Democracia global en crisis
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Según el último informe sobre la Libertad en el Mundo, que elabora la organización estadounidense Freedom House, durante 2020 los actores autoritarios se volvieron más osados mientras las principales democracias enfocaron la mirada hacia su interior, lo que contribuyó al decimoquinto año consecutivo de disminución de la libertad global.
El reporte señaló un llamativo deterioro en la calidad de la democracia, así como en las libertades civiles, y lo más preocupante es que esa erosión democrática coincidió con el ascenso en numerosos países de políticos populistas elegidos por el voto, pero que una vez en el poder, limitaron los espacios de la sociedad civil, erosionaron los pilares de la democracia representativa y la división de poderes, debilitaron el Estado de derecho y restringieron el respeto de derechos fundamentales.
El informe registró que la proporción de países catalogados como no libres ha alcanzado su nivel más alto desde que comenzó el deterioro de la democracia en 2006 y que los países que disminuyeron en los derechos políticos y las libertades civiles superaron en número a aquellos que los incrementaron. También redujo las puntuaciones de libertad de 73 países, lo que representa el 75% de la población mundial. Los afectados incluyen no solo estados autoritarios como China, Bielorrusia y Venezuela, sino también democracias en dificultades como Estados Unidos –durante el gobierno de Donald Trump– y la India.
Las respuestas de los gobiernos a la pandemia de Covid-19 exacerbaron el deterioro democrático global. Los cierres de emergencia fueron en algunos casos excesivos, politizados o aplicados brutalmente por organismos y entidades de seguridad. Y líderes antidemocráticos de todo el mundo utilizaron la pandemia como cobertura para debilitar a la oposición y consolidar su poder.
La democracia no es inmune a los autócratas populistas. La polarización, los ataques a los derechos civiles y la confrontación con la prensa conducen en mayor o menor grado al autoritarismo. Los dictadores Chávez y Correa no erradicaron la democracia en Venezuela y Ecuador con golpes de Estado. En vez de eso, la estrangularon poco a poco con ataques a las libertades civiles, dominando la esfera pública y usando el sistema legal para silenciar a sus críticos. También se resiente cuando no se respetan acuerdos constitucionales, como la separación de poderes y se trata de controlar al Poder Judicial, apoderarse de todas las instituciones de control, y crear partidos basados en la lealtad incondicional al líder.
Para fortalecer y darle plena vigencia a la democracia se requieren partidos políticos democráticos, con financiamiento transparente, un Poder Legislativo con capacidad para representar los legítimos intereses de los ciudadanos, instituciones y mecanismos de control que impidan el ejercicio abusivo del poder y aseguren niveles apropiados de transparencia y rendición de cuentas, y un Poder Judicial independiente que asegure la plena vigencia del Estado de derecho y una irrestricta libertad de prensa.