Corto de fondos, corto de explicaciones
El gobernador Kicillof debería dar explicaciones sobre el continuo derroche de dinero y recursos de los bonaerenses en áreas y producciones innecesarias
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Las fundadas críticas al documental sobre la gestión bonaerense de la pandemia de la que nos hicimos eco desde estas columnas se hicieron oír. Los años de gestiones kirchneristas pretendieron apropiarse reiteradamente de los valores del séptimo arte poniéndolos al servicio de producciones de dudosa factura pero contundente ideología, muchas veces haciendo foco en bastiones como la provincia de Buenos Aires.
En 2022, la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual provincial, Estela Díaz, junto a la periodista Mariana Carbajal y la directora Lucía Lubarsky de la productora Poncho Sauer anunciaban el estreno del documental Nosotras. Relatos de los feminismos bonaerenses. Cuatro capítulos de unos 30 minutos recorrían la historia de la militancia a favor de los derechos de las mujeres y del colectivo LGBTI+. Derechos sexuales, aborto, manzaneras, participación política, paridad legislativa, #NiUnaMenos, marea verde, cupo laboral travesti-trans, fútbol femenino y la creación de los ministerios de la Mujeres, en la Nación y en la Provincia abordados por la serie están actualmente disponibles en la plataforma. Al respecto, Mirta Bruno, referente del movimiento de mujeres de La Plata, sintetizaba el espíritu de toda una gestión: “Creo en la necesidad de feminizar la política, al igual que politizar los feminismos, por ahí se va haciendo el camino”.
No hay plata para salarios docentes ni para seguridad ni para viviendas, pero siempre aparece el dinero para militar el fallido proyecto nacional y popular
En esa misma senda, en octubre pasado, la TV Pública estrenaba unos cortos bajo el título de Arde. La llamada de los feminismos bonaerenses, que involucró a la misma productora y al mismo equipo. Otro buen ejemplo de cómo las canonjías se renuevan. A lo largo de 15 capítulos de 5 minutos cada uno, Jimena Pichi Carol, bailarina del colectivo Gordes Activistes, conducía una narrativa a través de las trayectorias de mujeres y diversidades en el territorio de la provincia de Buenos Aires con perspectiva feminista. Yendo de lo personal a lo colectivo, se presentó la labor cultural de una cooperativa taller-escuela-para personas travesti-trans, sumando a una mujer buzo, una capitana de barco, una líder mapuche, una intendenta de pueblo rural, entre otras, en una secuencia dirigida a resaltar una red de mujeres ocupando lugares tradicionalmente masculinos. Desde la cuenta de IG de la oficina ministerial, Díaz publicitó recientemente la serie. Con seguridad, y como era dable esperar habida cuenta de la asfixia fiscal que golpea a los habitantes de la provincia, no haya cosechado buenas devoluciones, pues una leyenda reza “Se limitaron los comentarios en esta publicación”.
El senador provincial Alejandro Rabinovich, presidente del bloque de Pro, adelantó que presentará en la Legislatura bonaerense un pedido de informes sobre las fuentes de financiamiento utilizadas para esta producción, así como también si se implicó a empleados del Estado, elementos o recursos para la confección de la miniserie.
Fuentes del Ministerio de Mujeres, creado durante la gestión de Kicillof, declararon que solo participaron del guion y de la elección de las historias pero que los fondos los consiguió la productora. En su página, Poncho Sauer dice hacer “contenidos con propósito” desde 2013. Entre otros clientes, mencionan a la TV Pública, el canal Encuentro y PakaPaka.
Por su parte, el cuestionado ministerio que aún sobrevive en la provincia –más que justificadamente cerrado a nivel nacional y sustituido por la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género– se presenta como desarrollando “políticas integrales para la plena igualdad, jurídica, social, económica, laboral, política y cultural entre los géneros. Transversalizamos el enfoque de género en el estado provincial”, dicen en la web. A dichos fines, la asignación a la dependencia rondó los 3600 millones de pesos en 2023. La gestión de Kicillof deberá explicar el destino de estos fondos, repartidos entre tantos cuestionables programas. No hay plata para salarios docentes ni para reforzar la seguridad, mucho menos para destinar a viviendas, cloacas o infraestructura, pero el gobernador bonaerense autoriza que se destinen recursos a producciones fuera del interés de una razonable mayoría. Corto de fondos y corto de explicaciones, la lista de cuestionamientos a su gestión no para de crecer. Mientras tanto, su provincia también arde.