Claridad con los costos jubilatorios
Diario El País/España
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MADRID.- Los agentes sociales y el Ejecutivo anunciaron un acuerdo para la reforma de las jubilaciones cuyo objetivo principal, según sus promotores, es facilitar aún más la capacidad de los trabajadores de hacer compatible la actividad remunerada y la pensión que les correspondería por edad o tiempo trabajado. Siempre es de celebrar que el diálogo social se mantenga en buena forma y capaz de sacar adelante soluciones, pese a las tensiones de los últimos años.
El envejecimiento va a ser, junto al cambio climático, el principal desafío de la economía española durante las próximas décadas. Las proyecciones indican que en 2050 uno de cada tres españoles tendrá más de 65 años. El sistema tendrá que funcionar con una proporción entre jubilados y trabajadores muy por encima de la actual.
Para animar a los españoles a seguir trabajando después de la jubilación, el Gobierno ha apostado por las fórmulas del retiro parcial y activo, que permite cobrar, además del salario, la pensión que les correspondería, añadiendo incluso una cuantía extra.
El problema que tienen estas fórmulas, especialmente la jubilación parcial, es lo que cuestan. Y no hay ninguna señal que indique que la solución a la que han llegado los agentes sociales se ajuste a la rebaja en el gasto en pensiones en el futuro que España está obligada a cumplir.
Es indudable que el Estado hace bien en fomentar la actividad de los trabajadores mayores, no solo por los beneficios que aportan a la economía española, sino también para no desperdiciar un talento profesional deseoso de seguir contribuyendo. Sin embargo, no puede hacerlo agravando una situación de gasto creciente. Si queremos evitar la sensación de que España vuelve, una vez más, a cargar la cuenta a las generaciones futuras, el Gobierno debería aclararlo.