Científicas de exportación
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Días pasados, la matemática argentina Alicia Dickenstein fue gratamente sorprendida por un llamado desde Francia anunciándole que había ganado el premio L’Oreal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”. Es la séptima argentina en 23 años que recibe esta distinción a la trayectoria. La antecedieron Mariana Weissman (Física, 2003), Belén Elgoyhen (Neurociencias, 2009), Cecilia Bouzat (Bioquímica, 2014), Andrea Gamarnik (Biología molecular, 2016), Amy Austin (Ciencias ambientales, 2018) y Karen Hallberg (Física, 2019). Como “talentos nacientes” fueron distinguidas también Julia Etulain y María Molina.
Formada en la escuela pública, Alicia Dickenstein es doctora en Ciencias Matemáticas (UBA), investigadora superior del Conicet y especialista en Geometría Algebraica. Profesora honoris causa del Royal Institute of Technology de Estocolmo y de la Universidad del Sur (Bahía Blanca), es docente titular en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires e integra la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y la Academia Nacional de Ciencias.
En palabras del jurado, la doctora Dickenstein fue elegida “por sus trabajos excepcionales a la vanguardia de la innovación matemática, aplicando la geometría algebraica al ámbito de la biología molecular”.
Su profesión la llevó a recorrer más de 30 países, confirmando que comparte un lenguaje común que no sabe de barreras idiomáticas.
La científica habla de “inequidades invisibles” tan acendradas culturalmente que traban el desarrollo de las mujeres y que incluso la obligaron a tomar socialmente actitudes masculinas. En su opinión, los criterios de excelencia son muy desiguales según los géneros; de allí que agradece a sus padres porque nunca pensó que hubiera algo que los hombres pudieran hacer y las mujeres no.
En su afán por extender el estudio de las matemáticas, lleva ya cuatro libros escritos dirigidos a los chicos sobre esta disciplina que la apasiona; Matemax es el último. Apuesta también a que la distinción recibida motive a más mujeres jóvenes a estudiar Matemática o ciencias. Su ejemplo es por demás inspirador y, en términos matemáticos, confiamos en que se multiplique.