Coronavirus: China versus Australia
La comunidad internacional debe acompañar el reclamo tendiente a que el país asiático informe al mundo cómo se originó la pandemia de coronavirus
Australia es uno de los países que reclaman que China informe detalladamente al mundo cómo se originó la pandemia de coronavirus. Demanda, además, que se autorice una investigación independiente que permita esclarecer lo acontecido con la expansión del Covid-19, que ya acumula más de 3,5 millones de infectados y alcanza casi 250.000 muertes.
Bajo las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ente que hasta ahora, curiosamente, solo ha aplaudido a China por su reacción ante lo sucedido en el Instituto de Virología de Wuhan, esto debió ser una obligación ineludible.
China no ha cumplido lo dispuesto por las regulaciones internacionales de la salud vigentes desde 2007, que establecen que este tipo de acontecimientos sanitarios extremadamente peligrosos deben ser notificados dentro de las 24 horas.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, con fuerte apoyo en este tema, incluso entre los representantes de la oposición, insiste en la necesidad de que se cumpla con la obligación señalada, claramente desoída al punto de que ha transcurrido un mes entero de inexplicable demora.
El actual es un momento en el que se deben privilegiar, sin mezquindades, la transparencia, la información veraz y la ayuda mutua internacional.
La gravedad de la hora impone cooperación para determinar cuál ha sido el origen del virus. No hay espacio para especulaciones políticas ni para privilegiar ninguna defensa vedetista de la imagen de unos u otros.
Las autoridades chinas continúan negándose a acceder a tan razonables pedidos y, en cambio, han amenazado a Australia con dejar de comprarle vino y carne, y con suspender el flujo de turistas chinos que la visitan, si el gobierno de Morrison sigue presionando para que se investigue el origen del brote mundial de coronavirus. Se trata de una forma de abierta coerción económica que lejos está de disimular lo que ha sucedido.
La comunidad internacional debe acompañar el reclamo y exigir que se investigue y se informe sobre el derrotero de una pandemia que ya prevé impredecibles costos al mundo.