Chavismo explícito en la Cancillería
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Nuestro improvisado canciller, Santiago Cafiero, resolvió designar al exdiputado nacional por Mendoza Guillermo Carmona secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur. Reemplazó así a Daniel Filmus, nuevo ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Carmona presidió la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de la Nación entre 2012 y 2015. Fue autor del proyecto de la Comisión Bicameral Investigadora del ARA San Juan y de la ley de jubilación anticipada para excombatientes de Malvinas. Las asociaciones de veteranos celebraron su nombramiento.
Desde su banca se mostró contrario a la ratificación de los Acuerdos de Nueva York en temas pesqueros, en el entendimiento de que podrían abrir la puerta a la participación del Reino Unido en las regulaciones. Actualmente preside el Instituto de Ayuda Financiera para Pago de Retiros y Pensiones Militares.
Su designación fue aplaudida ruidosamente por la cohorte de medios televisivos y gráficos afines a Maduro. En marzo pasado, este fanático chavista festejó la salida de nuestro país del Grupo de Lima, al que calificó de “belicista”, cuestionando así las acciones regionales para encontrar una salida consensuada a la crisis venezolana. “El club de amigos de la derecha regional ya no cuenta con la complacencia de la Argentina. Llega el tiempo de integración en serio en favor del desarrollo de nuestros pueblos”, afirmaba.
A su paso por el Congreso, Carmona había hecho del tema Malvinas su eje político, al expresar un nacionalismo anacrónico en manifiesto rechazo a instancias de diálogo y cooperación. Cabe señalar su férrea oposición a la identificación de los cuerpos de nuestros soldados en las islas, sobre la que tan bien trabajaron el veterano argentino Julio Aro y el inglés Geoffrey Cardozo en el marco de la iniciativa No Me Olvides, que se coronó con la identificación y sepultura de 119 de los 122 argentinos enterrados en el cementerio de Darwin. Desde su banca, alejado de una aproximación civilizada a una cuestión sensible, Carmona sostuvo un discurso tan confrontativo como oportunista, contrario al reconocimiento de nuestros héroes, trabando también la postulación de Aro y Cardozo al Nobel de la Paz, algo que habría constituido un destacable ejemplo de fraternidad y camaradería internacional.
La elección de Carmona se traduce como una señal de endurecimiento de los reclamos de soberanía, en tanto la secretaría a su cargo ejecutará “las acciones de carácter bilateral, la asistencia en las negociaciones, el diseño de estrategias y la coordinación de acciones con todos los países para la defensa de los derechos e intereses argentinos” sobre las islas Malvinas. En 2022 se cumplen 40 años del conflicto. La ocasión debería aprovecharse para reunir apoyos en organismos internacionales con estrategias y negociaciones diplomáticas inteligentes, cuidadosas y pacíficas que prioricen el auténtico interés nacional y no los peligrosos e inútiles discursos violentos de barricada que caracterizan a Carmona.