CCQ y no CCK
Sería un excelente mensaje con miras a la unión de la ciudadanía que el ex-Palacio de Correos llevara el nombre del gran artista Quino
El Ministerio de Cultura de la Nación intervino la fachada del histórico ex-Palacio de Correos, hoy remozado Centro Cultural Kirchner, en homenaje a Joaquín Salvador Lavado, Quino. Los personajes creados por el ilustre dibujante mendocino, fallecido a los 88 años, desfilaron iluminando la noche desde el imponente frente y un cartel de "Gracias, Quino" sintetizó el sentir de una nación. También en su recuerdo el gobierno nacional decretó un día de duelo nacional.
El emotivo homenaje de destacados colegas no se hizo esperar y, con desbordante creatividad, plasmaron una memorable despedida pública para el padre de Mafalda, su creación más famosa.
El diputado nacional Omar De Marchi (Pro-Mendoza) presentó un proyecto de ley para modificar el nombre del Centro Cultural Kirchner por el del humorista gráfico. "Quino es de todos, su nombre pacifica y une. Siempre estuvo por encima de las grietas", sostiene con acierto en los fundamentos de la iniciativa, mientras repasa su legado y la trascendencia de su obra en todo el mundo. Al igual que ese legislador, muchos reconocemos en Quino su condición de agudo observador social, así como la universalidad y atemporalidad de su genial obra, traducida a más de 30 idiomas. Con un lenguaje respetuoso, sus inteligentes intervenciones en boca de sus entrañables personajes son parte ya del patrimonio cultural de nuestro país y del recuerdo de todos.
Como reiteradamente comentamos en estas columnas, muchos de nuestros espacios públicos llevan nombres que alimentan la división y la visión personalista de la historia que nos une. Los bienes públicos no son patrimonio ni de un partido ni de una persona, sino de todos los ciudadanos. Su identificación, por tanto, no puede supeditarse a los tironeos políticos facciosos en este terreno, a los que el peronismo ha sido tan proclive a lo largo del tiempo, ni obviar que hayan transcurrido por lo menos diez años de la muerte de un exfuncionario para investir con su nombre un bien público, como la razonabilidad aconseja para no caer en inconvenientes cultos personalistas carentes de perspectiva histórica.
El nombre del Centro Cultural Kirchner (CCK) fue decidido por ley del Congreso Nacional, sancionada el 21 de noviembre de 2012. Desde entonces, la tan monumental como costosa y polémica obra integra la larga lista de calles, rutas, hospitales, escuelas, clubes, natatorios, gasoductos, represas y hasta un aeródromo que recibieron caprichosamente el nombre del extinto expresidente en una nefasta práctica que refleja la prepotencia de algunos sectores y el espíritu totalitario que en ella anida.
El presidente Alberto Fernández prometió cerrar la dolorosa grieta que atraviesa a nuestra sociedad. Su compromiso hizo que muchos albergaran esperanzas al respecto, a pesar de saber que su mentora insiste en convertirla en un abismo insalvable. El primer mandatario tiene ante sí una nueva oportunidad de promover la unión y la concordia entre todos los argentinos. Rebautizar el antiguo Palacio de Correos con el nombre Centro Cultural Quino sería indudablemente un acierto en dirección a la construcción de consensos, además de un digno homenaje al celebrado artista.
"El futuro queda hacia adelante", expresaba Mafalda. Ojalá nos encuentre trabajando juntos y codo a codo.