Cáritas: contagiar solidaridad
Desde el comienzo de la cuarentena, Cáritas ha acompañado a más de 2.200.000 personas de comunidades de todo el país con kits sanitarios y alimentos. La tarea, que comienza a nivel parroquial, se extiende luego al plano diocesano y nacional a través de una red de instituciones y organismos claves que permiten llegar a la mayor cantidad posible de ciudadanos que no pueden satisfacer sus necesidades más básicas.
La ya escandalosa pobreza se vio agravada por el aislamiento social impuesto por la pandemia. Sin gas, sin agua, sin cloacas, en condiciones de hacinamiento o sin techo, muchas familias debieron enfrentar el virus. A ellas hay que sumar a quienes perdieron sus redes de contención en las calles cuando los comercios cerraron y los peatones dejaron de transitar.
Falta de alimento y de abrigo, escasez de leña, caída drástica del trabajo en torno al turismo, las realidades de las Cáritas diocesanas son muy variadas y campañas como Afrazarte proponen abrigar a quienes viven en regiones donde el frío golpea fuerte. Tampoco se descuida la importancia de la prevención frente al Covid-19 y se distribuyen folletos, además de colaborar en la confección de barbijos y camisolines para quienes los requieren.
Juan Pablo Gasme, coordinador de Desarrollo Institucional de Cáritas Argentina, describió una situación que se extiende por fuera de los límites conocidos: "La compleja realidad económica de nuestro país comenzó a escalar a sectores que nunca antes habían requerido asistencia. Hoy estamos ante una nueva realidad, que implica el empobrecimiento de familias trabajadoras que, por primera vez en la vida, deben salir a pedir ayuda". Algo similar describíamos días pasados en estas columnas al referirnos a la labor de Seamos Uno.
No basta con el esfuerzo generoso que hasta acá nuestra sociedad desplegó solidariamente junto a una institución tan seria, comprometida y transparente como Cáritas. Hoy necesitamos redoblar las acciones. Sumar más recursos. Convocar a más voluntarios. El papa Francisco habla de la importancia de remar juntos porque estamos juntos en la misma barca, frágiles y desorientados.
La labor de Cáritas hace foco sobre tres ejes estratégicos: el alimentario, el sanitario y el de ingresos familiares, este último dirigido a facilitar el acceso a la ayuda estatal y a reactivar actividades laborales. Imaginemos el ejército de buenas voluntades que se requiere movilizar en dirección a satisfacer todas estas enormes demandas que hoy se multiplican.
En el área metropolitana de Buenos Aires, Cáritas es uno de los brazos de la iniciativa Seamos Uno y articula también acciones con organismos del gobierno de la ciudad, abriendo comedores en numerosas parroquias que debieron reforzar la atención, o entregando también ropa o artículos de primera necesidad. Aun ante una acuciante realidad como la que plantea la pandemia, Cáritas sostiene su incansable y variada labor habitual y la refuerza.
Es necesario que no seamos solo observadores y que abracemos a los que más sufren ayudando a quienes ponen el cuerpo. Sumemos nuestra colaboración de alguna forma para quienes tanta ayuda precisan.