Cambio climático: nuevas advertencias
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El último informe presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha advertido de que el impacto del cambio climático es “más rápido, más grave y más amplio” que lo previsto hace 20 años. Si bien el artículo optó por no cuantificar el efecto en términos de producción global, señaló que el daño desproporcionado se sentiría en las economías más pobres y vulnerables. En lo que consideró un escenario de alta vulnerabilidad, estimó que 183 millones de personas más estarían desnutridas en los países de bajos ingresos debido al cambio climático para 2050.
Sobre el particular, Hoesung Lee, presidente del grupo de expertos, señaló que el informe es una grave advertencia sobre las consecuencias de no haber tomado medidas y demuestra que el cambio climático es una amenaza grave y creciente para el bienestar general y para la salud del planeta. Destacó además que las acciones que se tomen hoy determinarán la forma en que las personas se podrán adaptar y cómo la naturaleza responderá ante los crecientes riesgos climáticos, concluyendo que “las medias tintas ya no son una opción”.
El nuevo informe llevado a cabo por los principales científicos del clima de la ONU se produjo poco más de cien días después de que la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas en Glasgow (COP26) acordara intensificar las medidas para limitar el calentamiento global a 1,5°C y evitar así las peores consecuencias del cambio climático. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó a este nuevo informe como “un atlas del sufrimiento humano y una acusación que apunta al fallido liderazgo en materia climática”.
El aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de las plantas y los animales, y ha provocado la mortalidad en masa de diversas especies, como árboles y corales. Estos fenómenos meteorológicos extremos se producen de manera simultánea, lo cual genera impactos en cascada que resulta cada vez más difícil controlar. Estas inclemencias meteorológicas han expuesto a millones de personas a una grave inseguridad alimentaria e hídrica, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, en las pequeñas naciones insulares y en el Ártico.
El cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas están perjudicando a la economía mundial y, si no se controlan, sumirán a millones de personas en la pobreza, al tiempo que aumentarán los precios de los alimentos y perturbarán el comercio y los mercados laborales. Cualquier nuevo retraso en la acción mundial concertada hará que se pierda rápidamente el poco margen que queda para asegurar un futuro habitable.
Frente a estos diferentes retos es necesario que todos –los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil– trabajemos conjuntamente para dar prioridad a la reducción del riesgo. La actual crisis climática requiere mucha más determinación para ponerle freno al uso insostenible de los recursos naturales. Mientras más se retrase una acción mundial conjunta, el tiempo seguirá agotándose para asegurar un futuro habitable para las generaciones que están por venir.