Biden, Trump y América Latina
El 3 del mes próximo, los ciudadanos norteamericanos concurrirán a las urnas para elegir nuevo presidente. Un Partido Republicano desunido procura la reelección de Donald Trump frente a la candidatura del exvicepresidente Joe Biden por el Partido Demócrata.
Los datos de las encuestas de opinión arrojan que Biden lleva un margen de ventaja de aproximadamente 12 puntos sobre su competidor. No obstante y teniendo en cuenta la experiencia de los pronósticos de los últimos tiempos en muchos países, podría decirse que ninguno de los dos tiene asegurado aún el triunfo.
De continuar Trump en el poder, para América Latina será un escenario previsible: claramente, nuestra región no ha sido una prioridad de la política exterior del actual mandatario.
Si se impusiera Biden, el escenario podría cambiar sustancialmente, dado que ha sido el vicepresidente norteamericano en ejercicio que más ha viajado por América Latina en toda la historia y que más cercanía tiene con muchos de sus dirigentes políticos más significativos. Se presume que sellará un necesario cambio de tono en la relación con nuestra región, reemplazando posturas y actitudes arrogantes por acercamientos amistosos.
En materia de sanciones económicas a Cuba, Venezuela y Nicaragua, "la troika de la tiranía en nuestra región" para Trump, presumiblemente se mantendrían bajo la presidencia de Biden como una de las herramientas dirigidas a combatir el autoritarismo, defender la vigencia de los derechos humanos y las libertades individuales, y evitar que, a través de estos países, Irán profundice su influencia en América Latina. La candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, ha confirmado que las sanciones económicas se mantendrían, aunque probablemente perfeccionadas, de modo de evitar que las remesas de ayuda familiar que llegan desde el exterior terminen en manos de los gobiernos de estos tres países.
Respecto de los flujos migratorios hacia los Estados Unidos, Biden ha anunciado una suerte de Plan Marshall para El Salvador, Honduras y Guatemala. Con inversiones del orden de los 10.000 millones de dólares, procura generar oportunidades económicas domésticas que se traduzcan en un aumento notorio del empleo, desalentando a todos aquellos que hoy creen –bien o mal– que no tienen futuro en sus propios países. Los Estados Unidos continuarán asimismo priorizando la lucha contra el terrorismo, la corrupción y el narcotráfico.
En materia comercial, ante la creciente presencia de China en nuestra región, Biden ha sugerido la necesidad de moderar actitudes proteccionistas. El tema no es menor, ya que los Estados Unidos exportan a América Latina tres veces más que a China.
Por todo esto, nuestra región aparece con algún mayor vigor en el radar del candidato del Partido Demócrata que en las propuestas y visiones retóricas del actual presidente norteamericano.