Australia en llamas
Una fuerte ola de calor con temperaturas que han superado en algunas ciudades los 49 grados centígrados, acompañada de una prolongada sequía, ha dado lugar al incendio masivo más trágico y sin precedente en la historia de Australia. Los meteorólogos destacan no solo las inusuales temperaturas, sino también la extensa duración de este fenómeno.
En efecto, los incendios comenzaron en septiembre y hasta ahora dejaron más de cinco millones de hectáreas arrasadas, 25 muertos, unas 2000 viviendas destruidas y, según la Universidad de Sídney, un número estimado de 1000 millones de animales muertos, generando, además, graves pérdidas económicas.
Si bien los incendios son parte natural del ciclo climático australiano, científicos han advertido durante mucho tiempo que este clima más cálido y seco contribuirá a que los incendios se vuelvan más frecuentes y más intensos. El calor seco, añaden, ha agudizado la combustión de muchas plantas, tanto que en los últimos tres meses los incendios han emitido a la atmósfera ya dos tercios del dióxido de carbono que el país emite en todo un año.
Los gigantescos fuegos han oscurecido el cielo y ciudades enteras se han visto recubiertas por capas de asfixiante humo. Sobre el particular, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que el humo causado por los devastadores incendios que afectan a Australia y que ya atravesó Chile, la Argentina y Brasil, impulsado por los vientos podría dar la vuelta al mundo dadas las condiciones actuales.
La oposición y varios expertos acusan al primer ministro australiano, Scott Morrison, de no creer en la lucha contra el cambio climático y de tomar las medidas preventivas necesarias para evitar los incendios. Cabe recordar al respecto el papel clave que jugó Australia al bloquear el avance de las negociaciones en la Cumbre del Clima, celebrada en Madrid pocas semanas atrás.
La vocera de la OMM, Clare Nullis, aseguró que si bien el cambio climático no es la única causa de esta ola de incendios, favorecidos por un tiempo inusualmente seco en la zona oriental del océano Índico y húmedo en la occidental, "sin duda alguna" el calentamiento global juega un papel evidente en la catastrófica situación en la que se encuentra el continente oceánico.
El consenso científico indica que los niveles crecientes de dióxido de carbono (CO2) están calentando el planeta. Australia se ha vuelto más calurosa en las últimas décadas y se espera que continúe haciéndolo, por lo que sus habitantes tendrán que acostumbrarse cada vez más a temporadas de incendios más virulentas y tempranas.
Las lluvias produjeron un alivio entre sus habitantes y permitieron consolidar las líneas de contención de varios incendios activos. Debido a la lluvia, las temperaturas bajaron. Sin embargo, en las últimas horas se registraron nuevas olas de calor que, junto a vientos huracanados, fusionaron dos megaincendios en el sudeste del país.
Si no se combate el cambio climático de forma urgente y drástica, cabrá esperar que escenarios parecidos a los australianos puedan repetirse en un futuro cercano en otras latitudes.