Aumento de un delito oculto
Si el Censo 2010 proyectaba que en 2020 habría unas 9000 personas de más de 100 años, el Registro Nacional de las Personas (Renaper) contabilizó para entonces más de 15.000, señala Mercedes Jones, socióloga y especialista en longevidad. Algo que parecía inusual ya se ha vuelto frecuente.
Hoy hablamos de la importancia de estrechar las distancias entre el ciclo vital, esto es la esperanza de vida, y el ciclo de salud. Nadie en su sano juicio desearía solo sumar años si la calidad de vida no acompaña. A buen ritmo y debidamente fondeadas, se multiplican las investigaciones científicas dirigidas a profundizar en las raíces de las enfermedades más que solamente pensar en cómo remediarlas cuando aparecen. La economía plateada asoma cada vez con menos timidez para plantear más oportunidades, mientras que la edad prospectiva, aquella que mide los años que nos quedan por delante en lugar de los que hemos cumplido, empieza a reemplazar a la cronológica.
Cualquiera sea la mirada, hay coincidencia respecto de los enormes beneficios de socializar a medida que transcurren los años. Una cadena de supermercados holandesa con más de 700 locales viene siendo noticia desde 2021 por haber inaugurado una fila de caja lenta especial para clientes que, sin apuro, puedan querer dedicar unos minutos a conversar con la cajera, como parte de la iniciativa más amplia “Uno contra la soledad”, en favor de acompañar a adultos mayores. En España, adoptaunabuelo.org propuso escribir una carta para Navidad a tantos mayores solos y convocó a más de 160.000 escribas.
Es que la realidad de quienes llegan a etapas avanzadas de la vida puede ser sumamente dura, particularmente dentro del ámbito familiar y del sistema de salud, en ciudades además poco amigables para las personas mayores. Sus pedidos de asistencia se incrementaron un 25% de enero a octubre últimos, según reveló el Programa Proteger, del Ministerio de Salud porteño. El 83% denunció violencia intrafamiliar o doméstica y 7 de cada 10 refirieron maltrato psicológico. Víctimas mujeres en un 75% y con un 65% de victimarios hombres, más de la mitad de los pedidos son de personas de 75 años o mayores, sujetos de distintas formas de abandono en un 25%, 20% por maltrato ambiental (romper cosas en la casa de la víctima), 16% por maltrato económico o patrimonial y otro 16% por maltrato físico. Imaginemos las tremendas secuelas, en directa proporción con el tiempo que se prolongaron los abusos, basta pensar que se trata de sus propios hijos en un 53% de los casos, o de personas de su entorno que, en muchos casos, conviven con ellas, así como también de maltrato institucional. Cuadros de depresión o irritabilidad ante su autonomía y su autoestima minadas, soledad y desesperanza… Médicos que carecen de formación en gerontología o geriatría deben ser capacitados para detectar manifestaciones de estos traumas en la salud y brindar asesoramiento, asistencia o derivación.
El Programa Proteger da visibilidad y concientiza sobre los derechos de las personas mayores y las acompaña desde un abordaje integral a través de su línea 0800-222-4567. Todos podemos saber de alguien que necesite ayuda. Estamos ante un delito oculto, que puede y debe adquirir visibilidad en la sociedad para que la Justicia actúe en defensa de un segmento tan castigado. Instalar las temáticas y las miradas que plantea una nueva longevidad constituye todo un desafío cada vez más perentorio.
LA NACION