Armoniosas orquestas juveniles
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El maestro Antonio Abreu, músico, economista, político y educador venezolano que también ocupó el cargo de ministro de Cultura en su país, falleció en 2018 dejando un valioso legado. En 1975 había fundado el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, apostando a la enseñanza musical para transformar vidas, ideando un modelo pedagógico y social que se ha venido replicando en muchos países.
Entre nosotros, su aliento movilizó la creación del Programa de Orquestas Infantiles y Juveniles de la Ciudad de Buenos Aires, que este año cumple 25 años.
En 1998, Claudio Espector y Beatriz Fuchs arrancaron en Lugano con 200 alumnos, 36 instrumentos y 6 docentes. Paulatinamente fueron sumando más barrios, convocando hoy a unos 2000 alumnos que formaron 24 orquestas.
Quienes muestran interés por dedicarse más profesionalmente a la música se incorporan a un grupo especial denominado Trayecto Académico Musical. Muchos, hoy profesionales, continuaron su camino en la Sinfónica Nacional o incluso en el exterior, dan clases o siguen ligados de alguna forma al programa.
En estas bodas de plata, planean estrenar obras escritas por algunos de sus jóvenes integrantes en el prestigioso Centro de Experimentación del Teatro Colón.
Cuando la vida diaria deja muchas veces escaso margen para el disfrute, este valioso programa ofrece a muchos jóvenes un espacio de contención, alejado de las calles, en el que la vida se siente diferente y mejor. Más de 20.000 chicos pasaron ya por las orquestas. Debemos celebrar y alentar propuestas como esta que apuestan al aprendizaje, al crecimiento y a desarrollar sanos hábitos de convivencia.