Alcoholemia, más controles y sanciones
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En la ciudad de Buenos Aires, donde uno de cada cinco siniestros viales está ligado al consumo de alcohol, se realizaron en 2024 un total de 360 mil controles de alcoholemia. El máximo tolerado de alcohol en sangre aquí es de 0,5 gr/l para conductores de vehículos particulares, de 0,2 gr/l para motociclistas y de cero para principiantes y conductores profesionales. Aquellos conductores que den positivo quedan inhabilitados a conducir por un mínimo de dos meses y, según el dosaje, se aplican multas que van de $94.530 a $1.260.400, incluso con penas de arresto en algunos casos.
En época de fiestas, desde el área de Fiscalización de Espacio Públicos se supervisa también la venta de bebidas en comercios y plazas. En 15 diferentes puntos estratégicos, el Gobierno porteño duplicó la cantidad de testeos respecto de esta época del año pasado. Se indicó que se concretaron 5399 testeos hasta las 7 del miércoles 25, casi el doble del año anterior, con 45 positivos. A cargo del Cuerpo de Agentes de Tránsito de la Ciudad, los controles incluyen la verificación de la documentación obligatoria, el uso de alómetros para detectar alcohol y, cuando den positivo, un test con alcoholímetro.
En esta Navidad, la ONG Luchemos por la vida reportó que 8726 controles en la Ciudad de Buenos Aires revelaron que un 8% de los conductores controlados dieron positivo de alcohol, con 70 conductores que estuvieron por encima del límite permitido en la Ciudad –uno de ellos con casi 6 veces el máximo permitido–, reflejando una tasa de positividad semejante a la del año pasado.
En la provincia de Buenos Aires, donde la norma es nada de alcohol al conducir, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) reportó que más de un 20% de los conductores, detenidos en la Autopista Ricchieri, o en la zona de Mar del Plata, dieron positivo. Estos elevados guarismos reflejan el nivel de inconciencia de buena parte de la población, responsable de tantas pérdidas de vidas.
La Argentina es el primer país consumidor de alcohol en América Latina con 9 litros de alcohol puro por habitante por año, siendo el alcohol el principal factor de riesgo de muerte y discapacidad para las personas de entre 15 y 49 años de edad. Multiplicar e intensificar los controles de alcoholemia a lo largo de todo el año, a toda hora, particularmente por la noche y en fines de semana, es clave, al igual que exigir que las sanciones se cumplan. Lamentablemente, debemos dar cuenta de que muchas veces estas no se efectivizan y no se notifica fehacientemente a los infractores, quienes siguen conduciendo, amenazando con su irresponsable accionar sus propias vidas y las de los demás.