Abrazos en pandemia
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La edición online del World Press Photo 2021 (www.worldpressphoto.org) estuvo marcada por el coronavirus. “El primer abrazo”, elegida la fotografía del año, plasma la historia de Rosa, una mujer brasileña de 85 años que recibió su primer abrazo en agosto pasado tras cinco meses de encierro. Quien la abraza entre plásticos es una enfermera de la residencia paulista donde pasó el confinamiento, recluida de sus afectos. Mads Nissen es el fotógrafo danés que captó la enorme carga emocional de ese momento.
El eslogan del concurso es “Conectando al mundo con las historias que importan” y ciertamente pocas cosas se han vuelto más importantes que los abrazos en tiempos de aislamiento. Basta escribir “cortina de abrazos” en cualquier buscador para hallar cientos de imágenes en clara muestra de una creatividad al servicio de encontrar formas para expresar afectos en tiempos de pandemia.
Está científicamente comprobado que los abrazos reducen el nivel de cortisol en sangre, fortalecen el sistema inmune, estimulan la oxigenación, disminuyen la presión arterial, liberan tensiones y relajan los músculos, además de incrementar la confianza y elevar la serotonina, entre otros maravillosos efectos. Incluso se suele decir que con cada abrazo se gana un día de vida. Si un abrazo deseado se prolonga por 20 segundos, la producción de oxitocina, conocida como la hormona del amor, se incrementa bajando niveles de estrés y elevando la tolerancia al dolor.
Entre tantas cosas cuya falta tantos hemos sufrido en estos meses se encuentran ciertamente los abrazos. Abracemos la esperanza de recuperarlos pronto.