El negocio de WeWork es rentar o comprar edificios en diferentes partes del mundo, transformarlos por dentro y convertirlos en espacios de trabajo compartido o "co-working".
Adam Neumann estuvo al mando de la empresa desde que la cofundó en 2010. Pero esta semana anunció que dejaría su cargo como director ejecutivo y que renunciaría a un control significativo sobre la compañía, luego de que se complicaran los planes de la firma para vender acciones en la bolsa.
WeWork, que arrienda oficinas en más de 500 ubicaciones en 29 países, tenía a Neumann como una especie de líder carismático que impulsaba la expansión de la firma.
Reconocido como un emprendedor poco común que sabía convencer a los grandes inversores para financiar sus proyectos, cayó en desgracia luego de que el valor de la empresa bajara drásticamente antes de la oferta pública inicial en el mercado accionario.
En ese contexto, la salida a bolsa se pospuso y analistas de mercado han estado cuestionando que el modelo de negocio sea realmente rentable a largo plazo.
Pero... ¿quién es Adam Neumann?
De un kibbutz a un co-working
Originario de Israel, Neumann estuvo en la Armada antes de mudarse a Nueva York para "conseguir un gran trabajo, divertirse mucho y ganar mucho dinero", como lo dijo en una entrevista con TechCrunch en 2017.
Se matriculó en el Baruch College de la City University de Nueva York en 2002, pero se retiró justo antes de graduarse para dedicarse a los negocios.
Una de sus primeras empresas fue una compañía de ropa para bebés que se convirtió en la marca de lujo Egg Baby.
Más tarde, él y su socio comercial Miguel McKelvey, renovaron un espacio de oficina y subarrendaron la propiedad. Vendieron finalmente el negocio, pero la idea se convirtió en WeWork.
Neumann, quien finalmente se tituló en 2017, ha vinculado el origen de WeWork con su historia personal, relacionando su infancia itinerante y el tiempo que pasó viviendo en un kibutz, con el énfasis de WeWork en el trabajo comunitario.
Incluso dijo en una entrevista con el diario Haaretz que a veces se refería a WeWork como "Kibbutz 2.0".
Dinero fácil
La extravagante personalidad de Neumann cautivó a los inversores, incluido el gigante japonés Softbank, un importante promotor de la empresa.
El presidente ejecutivo de Softbank, Masayoshi Son, supuestamente resolvió los términos de una de sus rondas de inversión durante un viaje en automóvil, después de un recorrido de 12 minutos por las oficinas de WeWork en Nueva York.
La inversión de Softbank ayudó a la compañía a alcanzar una valoración máxima de aproximadamente US$47.000 millones, a pesar de sus grandes pérdidas, una situación que ha generado repetidos cuestionamientos.
Neumann intentó abordar ese rompecabezas, diciéndole a Forbes en 2017: "Nuestra valoración y tamaño hoy se basan mucho más en nuestra energía y espiritualidad que en un múltiplo de ingresos".
Trabajo y placer
El crecimiento de WeWork convirtió a Neumann en multimillonario, con un patrimonio neto estimado en US$2.200 millones, según Forbes.
Su glamorosa vida personal (su esposa Rebekah es la prima de la actriz Gwyneth Paltrow, mientras que su hermana Adi es una ex modelo que alguna vez fue una Miss Teen Israel), contribuyó a los rumores sobre la compañía.
Pero la combinación de trabajo y placer, que había sido un elemento clave de la cultura de WeWork, se convirtió en un problema a medida que la empresa hizo planes para salir a bolsa.
Los potenciales inversores cuestionaron los vínculos entre las finanzas personales de Neumann y WeWork, así como su decisión de expandir la firma a áreas de interés personal, como el surf y una escuela.
También plantearon preguntas sobre su capacidad de tomar decisiones en medio de quejas sobre su estilo de vida lleno de fiestas.
La magia se desvanece
WeWork trató de responder a esas inquietudes. Entre otros pasos, Neumann devolvió US$5.9 millones en acciones que había recibido por vender la marca "We".
Medios económicos estadounidenses reportaron que si esposa Rebekah Neumann -prima de la actriz Gwineth Paltrow- también renunció esta semana de sus cargos en la empresa.
Pero incluso el anuncio de que Adam Neumann se haría a un lado y reduciría su poder de voto en el directorio, no logró calmar las dudas sobre las perspectivas a largo plazo de WeWork.
Los críticos han dicho durante mucho tiempo que la empresa es una típica compañía de bienes raíces, y que sus finanzas inestables se han ensombrecido por el estilo personal de Neumann.
Sin embargo, habrá que ver cuándo y en qué condiciones la empresa saldrá finalmente a bolsa y cuál será realmente su valoración de mercado.
BBC MundoTemas
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