Vuelven los “Cabrera boys” y las internas ya paralizan una transición clave
El ministro de Economía, Luis Caputo, sumaría gente cercana a Francisco Cabrera, exministro de Producción, en el área de Industria; actualmente, LLA trabaja con el exvicepresidente de General Motors, Federico Ovejero
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El ruido es ensordecedor en el mundo industrial agobiado por la crisis y ante la incertidumbre de lo que viene. “Se están matando”, relataron quienes conocen los lugares de poder que faltan ocupar en el mundo productivo. Las empresas industriales que sufrirán el impacto de “la motosierra” o el ajuste, que se acercan cada vez más a parar sus plantas por la falta de divisas para producir y que acumulan una creciente deuda en dólares, no saben quién será su interlocutor en el gobierno de Javier Milei, que comenzará en pocos días.
Un equipo libertario ya trabajaba en la compleja transición con el actual Gobierno, pero su sobrevida pende ahora de un hilo tras la llegada del ministro de Economía, Luis Caputo, al Palacio de Haciendo. Es que “Toto” –contaron– buscaría reflotar a quienes en el sector fabril nominan como los “Cabrera boys”, en homenaje al exministro de Producción de Mauricio Macri, Francisco Cabrera.
Hasta hoy, el exvicepresidente de General Motors, Federico Ovejero, se había reunido dos veces con el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio “El Vasco” de Mendiguren. Una vez solo y otra con equipos. La última fue el 22 de noviembre último luego de las elecciones que le dieron la victoria a Milei. Sin embargo, según supo LA NACION, tras reuniones del eventual jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con Ovejero y, luego, con Caputo, habría comenzado una pulseada por espacios de poder.
Caputo habría dicho que él tenía su gente para industria. Esos nombres, señalaron, son recomendados por hombres cercanos a Cabrera. Este avance se da sin la venia de Mauricio Macri, cercano a Cabrera y que además tiene plena confianza en la habilidad de Caputo.
“No hay plata”, ya adelantó Milei. Por eso, pese a que algunos creen que va a estar muy reducida y prácticamente sin capacidad de acción, la cartera de Competitividad Industrial –así se llamaría la nueva Secretaría de Industria en la era libertaria– será una importante área, junto a la Secretaría de Comercio en el vínculo que establezca el gobierno entrante con las empresas.
Es que en la constelación –alrededor de esas palancas– aparecen además la banca especializada (el BICE e incluso el Banco Nación) y todas sus carteras de créditos, sumados a los varios fondos existentes en materia productiva para el sector privado. “Esto es una fábrica de pastas. La casta se está repartiendo los ravioles”, bromeó un industrial ante el conflicto por los cargos.
Sin definiciones
El jueves a la mañana y en el Centro de Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires, los poderosos empresarios que caminaban en la Conferencia Industrial de la UIA escuchaban nombres de todos los colores. Nadie daba por confirmado nada. Se enumeraban: Daiana Fernández Molero, Fernando Grasso y Esteban Marzorati, entre otros. Claro que en ese mismo encuentro se cruzaron Ovejero, el hombre encargado de la transición, y Martín Etchegoyen, el secretario de Industria de Macri cuando Cabrera dirigía el Ministerio de Producción. Se los vio charlando en solitario en un sillón.
“Pancho está revoloteando alrededor de Caputo”, contó un importante pope de la industria a este medio. En el entorno de Ignacio Pérez Riba, exjefe de Gabinete de Cabrera, reconocen que recomiendan gente para la gestión que Caputo quiere en Industria. LA NACION llamó a Pérez Riba, a Cabrera y a Caputo, pero ninguno quiso responder a las consultas sobre estas internas.
“Se están matando porque Ovejero tenía el equipo armado oficialmente [Hugo Pascarelli, Ornella Calvete, Carlos Oubiña, Miguel Ascárate, Jorge Colina, Javier Cardini o Pablo Pejlatowicz, entre otros técnicos puros] y entran los ‘Cabrera boys’”, explicaron. “Lavigne quería volver. Es muy liberal, del equipo de Pancho [Cabrera]”, agregaron. “Pablo va seguro”, contaban desde ese rincón del extinto Ministerio de Producción. Se trata de Pablo Lavigne. Cerca de La Libertad Avanza todavía no lo confirmaban. “Solo está ayudando a ordenar las ideas de Comercio”, contaron cerca de Lavigne, donde dicen incluso que todavía ni lo pudo hablar con su mujer. Les espera un fin de semana bravo.
Lavigne fue uno de los coordinadores de macroeconomía de la Fundación Pensar, que en su momento presidía Cabrera. Ingresó al Ministerio de Producción como director nacional de Facilitación del Comercio Exterior cuando Cabrera lo dirigía. El pensamiento del economista de la UCA con maestría en el CEMA está más cerca del que pregona el exsecretario de Comercio, Miguel Braun, que el que suelen expresar sus exempleadores, Dante Sica (en su consultora Abeceb) y Hernán Lacunza (en su consultora Empiria).
Con Lacunza había armado la política comercial del plan de Horacio Rodríguez Larreta, hasta que el alcalde porteño perdió las elecciones con Bullrich. Hasta ayer trabajaba en el área de Comex de Empiria.
Marzorati, excoordinador General de Facilitación de Comercio, director de Importaciones y Director Nacional de Empalme, suena fuerte en el mundo industrial. Se acercó en junio pasado a los equipos que dirigía Sica con Patricia Bullrich, desde ahora ministra de Seguridad de Milei. Trabajó en cómo desarmar las SIRA (los permisos de importación).
Grasso, que habla tanto con Ovejero como con Cabrera, fue secretario de Industria entre abril de 2018 y diciembre de 2019. El exhombre de Adimra, ya había sido subsecretario del área entre diciembre de 2015 y marzo de 2018 en tiempos de Cabrera. Cerca de él afirman que él está “para colaborar”, pero no estaría al frente. Es un hombre querido en la industria. En la Secretaría de Innovación ya daban por hecho a Alejandro Cosentino, que ya estuvo con Macri. No obstante, dependería de la jefatura de Gabinete.
“Parece que va a haber cambio de interlocutores”, aventuraban en una importante empresa de capitales nacionales sobre quiénes dirigirán Industria con la vuelta al ruedo de Cabrera y su gente. “Lo único concreto es Lavigne para Comercio”, señalaban en esa empresa.
Las internas intrínsecas al mundo de las secretarias productivas y sus satélites bancarios podrían expandirse a los ministerios. En la conferencia industrial, la eventual canciller, Diana Mondino, dijo a LA NACION que la Secretaría de Comercio debería depender de la Cancillería. Sin embargo, todo parece indicar que el Palacio de Hacienda que dirige Caputo buscará tener la botonera del comercio exterior vinculada al dumping, aranceles y las licencias no automáticas.
Mondino incluso se animó a adelantar que las licencias no automáticas dejarían de existir y que la deuda que se disparó cerca de US$30.000 millones en importaciones con proveedores, casas matrices y bancos “es privada”, lo que implicaría que, en un eventual desdoblamiento cambiario, quienes no se hayan cubierto con instrumentos atados a la devaluación tengan a futuro un impacto en sus balances contables.
Las internas no están resueltas pese a la urgencia en la que se encuentra la economía y prometen nuevos capítulos en el futuro. Así lo resumió un viejo político conocedor de las estructuras estatales y el poder. “Cuando ven café con leche, todos corren con la medialuna en la mano a ver si la pueden mojar”, cerró.
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