Viajar solo: el negocio que explotó cuando al resto le iba mal
Empresas argentinas de aviación ejecutiva se beneficiaron por la llegada de nuevos pasajeros que las eligieron para evitar el tumulto de cabinas y aeropuertos
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A diferencia de la crisis que vive la aviación aerocomercial, las empresas que ofrecen vuelos privados atravesaron la pandemia de Covid-19 beneficiadas, en primer lugar, por la irrupción de los pasajeros que las eligieron para evitar el tumulto de las cabinas y aeropuertos, y luego por quienes buscaron ser repatriados. Como resultado volaron más y sumaron un nuevo público con costumbres distintas.
Miguel Livi, dueño de la firma de vuelos privados Royal Class, dijo que con el comienzo de la cuarentena se convirtieron en la solución para mucha gente que necesitaba trasladarse. “Hicimos vuelos larguísimos a Europa, Sudáfrica, Doha y a Estados Unidos de forma casi semanal porque administramos los dos aviones más grandes del mercado”, afirmó. Y agregó que volaron un 35% más que en 2019.
“Incorporamos 10 posiciones nuevas y ya tenemos un staff de 63 personas. Estamos en conversaciones para tomar más aviones que llevaremos a Miami”, añadió.
En la actualidad, tienen dos aviones propios que compraron recientemente para trayectos cortos y administran otros cinco entre sus bases de operaciones en la Argentina y los Estados Unidos.
En cuanto al público, dijo que, con la pandemia, se encontraron con el cliente que viajaba en corporativo y sumó a la familia. También apareció un nuevo grupo que no estaba acostumbrado a viajar en avión privado, pero pudo acceder ante tarifas más competitivas. Por caso, ellos ofrecen vuelos a Uruguay en aviones para seis pasajeros por US$3000, cuando antes salían US$5500.
En el mismo sentido opinó Felipe Carmona, director de Operaciones de Fly Zar. “Lo que explotó fue la banda negativa. Es decir que, si teníamos un vuelo hacia X destino, vendíamos la vuelta un 50% más barata. Eso hizo que alguien que no podía pagar un vuelo regular accediera al poder abonar la mitad, siempre sujeto a la disponibilidad y cambios de fecha y horario”, describió.
De acuerdo con esto tuvieron muchos casos de repatriados, ya sea de extranjeros que estaban en Argentina desde antes de la pandemia y tuvieron que optar por contratarlos para volver a sus países y de argentinos afuera que no accedieron a vuelos de repatriación o ante la ignorancia con respecto al virus prefirieron tomar vuelos privados.
“Viajamos en todo tipo de aeronaves a países limítrofes, a Colombia, a los Estados Unidos y a Europa”, aseguró Carmona, cuya empresa tiene siete aviones, un helicóptero y el avión de Lionel Messi bajo administración.
Por otro lado, el empresario y CEO de JetsBooking, Sebastián Chicou, señaló que en su caso el negocio se compensó, ya que mientras los servicios turísticos se paralizaron por la prohibición de ingreso de turistas extranjeros, los vuelos se incrementaron por la emergencia.
“Operamos unas seis aeronaves de distinto porte y los helicópteros que quedaron anulados. Tuvimos cuatro a seis vuelos por mes, lo que es bastante, y tratamos de compensar los tramos con los argentinos varados en el exterior. Como había demanda para volver también bajábamos el tramo de ida porque sabíamos que estaba comprada la vuelta”, explicó.
Por último, dijo que los nuevos pasajeros no viajaban en avión ejecutivo no porque no tuvieran la capacidad económica sino porque no tenían la necesidad. “Hubo nuevos pasajeros probando la aviación ejecutiva y también se extendió la posibilidad de compartir el jet privado”, cerró.
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