Verano sin electricidad y una duda: ¿será cara o barata?
Hay muchas formas de racionar un bien escaso, como lo es actualmente en el país la energía; es de esperar que las actuales autoridades minimicen el daño
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Tiran abajo una casa y edifican un rascacielos. Donde vivía una familia, ahora viven 100. Todas demandan ravioles, analgésicos, electricidad, gas y agua. No hay nada imprevisto porque entre el momento en que se produjo la demolición y aquel en el cual ingresan a vivir las 100 familias pasan años. ¿Cómo es que la construcción de un edificio de departamentos no genera ninguna crisis alimenticia o farmacéutica y sí crisis en la prestación de los referidos servicios?
La reflexión viene a cuento del anuncio por parte del Poder Ejecutivo Nacional de que en el próximo verano probablemente haya que racionar el servicio de electricidad, vía acuerdos voluntarios y cortes en el suministro. Primera pregunta: ¿ya lo saben? Segunda pregunta: ¿cuánto se deberá a la naturaleza y cuánto al pasado de las inversiones en infraestructura?
Más allá de que al heladero que tiene que tirar su producción porque se le cortó la luz y en el local no tiene grupo electrógeno, desde el punto de vista de la política económica, la distinción causal es importante. Todos los eneros la demanda de energía es superior a la de los noviembres, pero parece que en 2025, parafraseando a Rebelión en la granja, desde el punto de vista de la temperatura, el próximo enero será “más enero” que los anteriores.
Tampoco se puede culpar a las autoridades si por un tema de lluvias en enero de 2025 las represas hidroeléctricas tendrán menos agua que en veranos anteriores.
Pero la realidad no se agota en fenómenos naturales porque también está el impacto de la política de tarifas públicas aplicada desde el abandono de la Convertibilidad. Es bien sabido que los congelamientos tarifarios aumentan la cantidad demandada, al tiempo que disminuyen la cantidad ofrecida. De cualquier producto, incluyendo la energía eléctrica.
Esto implica que a comienzos del año próximo convivirán restricciones al uso de la energía eléctrica con tarifas que recuperan posiciones en términos reales. Combinación ideal para la oposición política, que espero sea considerada como tal, por parte de los usuarios.
¿Volverán las inversiones en infraestructura eléctrica? Sí, con el tiempo. No con el mero paso del tiempo, sino con consideraciones que se dan a través del tiempo. En el interín, a bancar la situación.
Última, pero importante. Hay muchas formas de racionar un bien escaso; esperemos que las actuales autoridades minimicen el daño.