Venezuela sigue la ofensiva de controles de precios; ahora les tocó a los autos
CARACAS —En un intento por contener el alza de la inflación, el gobierno de Venezuela decidió imponer controles sobre los precios de los vehículos. La medida más reciente es parte de una amplia ofensiva contra el sector privado que, en opinión de los economistas, agudizará los problemas de escasez del país y no estabilizará una economía que se está volviendo cada vez más volátil.
El presidente Nicolás Maduro promulgó el decreto a última hora del martes en un intento por regular un floreciente mercado de automóviles y camionetas de segunda mano. Los vehículos están en demanda debido a que los controles de divisas e importaciones del gobierno han reducido las ventas de los modelos nuevos y a que los autos, sin importar el año, sirven como una protección contra una de las tasas de inflación más altas del mundo.
La medida otorga al gobierno el control sobre los precios, tanto de los vehículos nuevos como de los usados, y prohíbe que los modelos de segunda mano sean vendidos a un precio mayor al de los nuevos. "Estamos estableciendo la prohibición expresa de estar especulando con vehículos usados a precios superiores a los de vehículos nuevos… tanto producidos aquí como importados", dijo Maduro. "Eso no se ve en ningún lugar del mundo. No tiene ninguna explicación", agregó en un discurso.
La explicación podría radicar en las leyes de la economía. "Es la oferta y la demanda. Como no hay autos nuevos disponibles, la gente está dispuesta a pagar una prima por un vehículo usado", indicó Yen Chen, economista del Centro de Investigación Automotriz, un organismo sin fines de lucro con sede en Michigan.
Las listas de espera para comprar autos nuevos en Venezuela se pueden extender hasta por un año y, por lo general, los vehículos salen prácticamente volando de los concesionarios. Sin embargo, los controles más estrictos por parte del gobierno han contraído el suministro de vehículos nuevos. Cerca de 130.000 automóviles se vendieron en Venezuela el año pasado, en comparación con 491.000 en 2007, según la Cámara Automotriz del país. Las ventas de los modelos fabricados en Venezuela cayeron 29% a 64.595 unidades durante los primeros nueve meses del año.
Un vendedor de Toyota manifestó que al concesionario en el cual trabaja llegan uno o dos autos al mes, pero que él recibe llamadas y visitas de entre 300 y 600 clientes interesados en comprar. "No sé qué decirle a toda esta gente", lamentó, declinando dar su nombre por temor a perder su empleo. "Si no conseguimos dólares pronto, no vamos a tener un solo auto que vender en 2014", señaló, aludiendo a los estrictos controles de divisas.
La decisión de Maduro forma parte de una campaña del gobierno para tratar de controlar una inflación galopante que supera 54% en 12 meses, aproximadamente el doble de la registrada hace apenas un año, debido principalmente al aumento en el gasto fiscal, dicen los economistas.
En las últimas semanas, el gobierno ordenó a las cadenas de electrónicos y electrodomésticos que redujeran sus precios en hasta 60%, encarceló a varios comerciantes a los que acusó de intentar inflar sus ganancias, envió inspectores a revisar los inventarios de unas 2.000 empresas en busca de productos acaparados, y puso un tope al costo de los bienes raíces comerciales, entre otras iniciativas.
El frenesí de actividad se produce justo antes de las elecciones municipales del domingo en las que se elegirán unos 335 alcaldes en todo el país. Los analistas señalan que la reducción de precios de bienes como aparatos electrónicos ha impulsado la popularidad de Maduro antes de la votación.
Maduro, quien ganó las elecciones en abril tras el fallecimiento de su predecesor, Hugo Chávez, ha afirmado que las medidas son necesarias para luchar contra lo que califica como una "guerra económica" lanzada por el sector privado contra su gobierno.
Chávez nacionalizó porciones extensas de las industrias venezolanas, debilitando el sector privado, e impuso estrictos controles de divisas que han producido escasez de dólares y golpeado a todo tipo de importaciones, desde los automóviles hasta el papel higiénico y la carne.
La mayoría de los economistas señalan que los controles de Maduro harán poco para reducir los precios de los autos y, en cambio, trasladarán a los vendedores y compradores de automóviles a un mercado negro.
"Lamentablemente, no es la primera vez que el gobierno está utilizando el método de control para corregir sus problemas y los resultados hasta ahora no han sido buenos", aseveró Ronald Balza, economista de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas. "Si usted no puede encontrar estas cosas, la gente va a pagar lo que pueda en el mercado secundario para obtenerlas, controle los precios o no".
Muchos venezolanos tratan de comprar un vehículo nuevo sólo para venderlo y quedarse con una ganancia, una de las múltiples formas en las que los ciudadanos tratan de aprovechar los controles cambiarios y de precios.
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