Vaca Muerta: los números del sector que alivia las reservas del Banco Central y las cuentas fiscales del Tesoro
Los subsidios a la energía cayeron 40% en términos reales en los primeros siete meses del año y el rubro acumula un superávit de la balanza comercial de US$2934 millones, cuando el año pasado era negativo en US$1158 millones
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El presidente Javier Milei visitó por primera vez Vaca Muerta hace apenas dos semanas. Fue el mismo día en que conoció al presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, el ejecutivo que su gobierno eligió para dirigir la principal empresa industrial del país. En el sector cuentan que el mandatario quedó asombrado por la dinámica que muestra la actividad, que a partir de este año comienza a aliviar tanto las cuentas fiscales como las reservas del Banco Central (BCRA), lo que implica un punto de inflexión con relación a las últimas décadas.
El sector energético continúa dándole buenas noticias al equipo económico, aún luego de pasar el invierno, que es la época del año de mayor consumo de gas y electricidad. En los primeros siete meses de 2024, los subsidios a la energía cayeron 40% en términos reales y el sector acumula un superávit de la balanza comercial de US$2934 millones, cuando en 2023 era negativo en US$1158 millones. Es una diferencia de US$4092 millones que impacta positivamente en las reservas de la entidad monetaria.
El saldo positivo en la balanza comercial se debe al aumento exponencial de las exportaciones de petróleo y a la caída en las importaciones de gas, debido a que entró en funcionamiento el gasoducto Néstor Kirchner, lo que permitió sustituir las compras de gas natural licuado (GNL) por producción de Vaca Muerta.
En el acumulado de los primeros siete meses, las exportaciones de petróleo crecieron 65% y pasaron de representar US$1887 millones a US$3115 millones. En julio, en particular, las ventas externas de crudo crecieron 89,8% y los principales destinos fueron Estados Unidos, Chile, Panamá, Brasil y Países Bajos, según el último informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA) que publica el Indec.
El sector energético en su conjunto (incluidas también las exportaciones de lubricantes y electricidad) creció 28,5% y representó un ingreso de divisas por un total de US$5665 millones (el año pasado era US$4407 millones). La variación se explicó principalmente por un aumento de las cantidades exportadas de 28,3%, ya que los precios prácticamente no tuvieron variación (0,2%).
En cuanto a las importaciones, el sector redujo las compras de combustibles y lubricantes del exterior en un 51%, de US$5565 millones en los primeros siete meses del año pasado a US$2731 millones. Esto se debió gracias a una caída de 13% en los precios y de 43,6% en las cantidades importadas de GNL, gasoil y energía eléctrica.
Reducción de subsidios
Los menores costos de importación de gas y los aumentos de tarifas de gas y electricidad permitieron, además, que los subsidios al sector aumentaran solo 129% nominal, lo que implica una reducción del 40% en términos reales, según destacó el último informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP), que depende de la UBA y el Conicet.
En concreto, el Estado transfirió en los primeros siete meses del año $3,8 billones al sector energético, de los cuales Cammesa recibió $2,2 billones y Enarsa, $1,5 billones. El resto se destinó a al programa de incentivos Plan Gas.
Sin embargo, el IIEP aclara que en la primera parte del año aumentó la deuda flotante del Estado Nacional en $130.369 millones en términos nominales, explicado por devengamientos por encima de los pagos, principalmente de Enarsa, y otros rubros menores. “En siete meses, el mayor aportante a la deuda flotante es Enarsa, que suma $49.500 millones y explica el 38% del total de deuda acumulada en el período. A su vez, Cammesa no aportó a la deuda flotante en el acumulado anual”, dijeron.
Actualmente, gracias a la reducción de los costos y al aumento de tarifas, los usuarios residenciales, las industrias y los comercios cubren en promedio un 80% del costo del servicio de electricidad y gas, mientras que el resto lo aporta el Tesoro con subsidios. El dato se desprende de un detallado informe que realizó el exvicejefe de Gabinete y exsecretario de Energía, Gustavo Lopetegui,
La relación entre los precios que pagan los argentinos por la energía y los costos de generarla dominó el debate público en las últimas décadas debido al impacto que tuvo en las cuentas del Estado. En gran medida, los especialistas señalan que el sector energético fue parte del problema económico argentino en los últimos años. El gobierno de Cristina Kirchner perdió los famosos “superávits gemelos” que festejaba Néstor Kirchner debido a la decisión de congelar tarifas. Eso implicó un aumento fuerte del gasto en subsidios, que tuvo su correlato en las cuentas fiscales, y un desincentivo a la producción, que generó la pérdida de exportaciones y la necesidad de recurrir a importaciones de gas, afectando las reservas del Banco Central. Ahora, en cambio, parece ir en la línea de las soluciones.