Vaca Muerta: los 22 días de cortes dejaron una ruptura en la cadena de pagos
Las compañías de servicio comenzaron a comunicar que rescindirán los contratos basándose en la cláusula de fuerza mayor
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Los cortes de rutas en Vaca Muerta se levantaron finalmente ayer, después de 22 días en los cuales la industria hidrocarburífera se mantuvo prácticamente paralizada. Pero las consecuencias prometen ser duraderas. Algunas empresas de servicio, que se encargan de la perforación, mantenimiento y conexión de los pozos, comenzaron a notificar a sus proveedores que se suspenden los contratos realizados utilizando la cláusula de “fuerza mayor”.
Entre las empresas se encuentran las internacionales Schlumberger y Weatherford. Los equipos de Compras y Contratos enviaron un mail indicando que, debido a los cortes que realizaron los denominados trabajadores autoconvocados de la salud, “quienes mantienen bloqueadas, sin posibilidad de tránsito, la mayoría las rutas” de Neuquén, la mayor parte de las operaciones petroleras “debieron ser suspendidas, procediéndose a la parada de equipos, operaciones y baja del personal”.
Y que dicha situación “crítica e insuperable” también imposibilitó las operaciones de las empresas de servicio en los yacimientos. “Por lo expuesto, nos vemos forzados a declarar la FUERZA MAYOR (sic) para las operaciones de Neuquén en los contratos que nos vinculan con Uds., suspendiendo todos los efectos de estos, con efecto retroactivo y mientras continúe la vigencia de la medida”, dice el mail enviado por Schlumberger a una de sus proveedoras.
“Les solicitamos tengan a bien informarnos aquellas medidas efectuadas a la fecha y/o arbitrar medidas conducentes para poder retomar la actividad, debiendo realizar las denuncias policiales/judiciales correspondientes, las que deberán ser acreditadas remitiéndonos copia de las mismas”, agregó.
Edgardo Phielipp, secretario de la Federación de Cámaras del Sector Energético de la provincia de Neuquén (Fecene), indicó que la situación en el sector es “complicada” hace varios meses y que la falta de actividad durante casi un mes la empeoró.
“Desde fines de la semana pasada, varias compañías de servicio comenzaron a rescindir los contratos, y de manera retroactiva. Esto genera un enorme problema a futuro. Es una práctica que ya utilizaron las empresas el año pasado con la crisis de la pandemia”, explicó Phielipp.
La Fecene anunció ayer en un comunicado que, “por no disponer de recursos”, no podrán “afrontar las obligaciones salariales correspondientes al mes de abril”, ni cumplir con las obligaciones regulares, “estando cerca de la decisión de cierre”.
“Estamos en una situación financiera económica muy complicada, sin perspectivas ciertas sobre el futuro, con contratos rescindidos y no sabemos en qué condiciones y en cuánto tiempo se reactivará la cuenca. Por lo tanto, esto afecta realmente a Vaca Muerta. Ya ha afectado la confianza en la estabilidad, no solo jurídica, también de los aspectos de los cumplimientos de la ley por algunos sectores sociales”, dijo Phielipp.
En los últimos dos años y medio, Vaca Muerta tuvo tres grandes crisis, dos de ellas fueron generadas por cuestiones propias del país, mientras que solo una está justificada por un evento internacional impredecible, como la pandemia.
Las otras dos son el congelamiento del precio interno del barril de petróleo, que estableció la administración de Mauricio Macri en agosto de 2019, luego de perder las PASO y que se devaluara la moneda, y el conflicto reciente de los autoconvocados de salud, que paralizaron la industria durante 22 días.
En el medio, el gobierno de Alberto Fernández no contribuyó a restituir la confianza. El mayor control de capitales, las medidas que prohíben despedir trabajadores y obligan a una indemnización doble y la falta de señales claras opacaron la reducción de las retenciones para la exportación de petróleo y el lanzamiento del Plan Gas.
Vaca Muerta, la joya energética de la cual coinciden en elogiar el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, está cada vez más lejos de todo el potencial que prometía hace solo tres años. Ni la promesa de una nueva ley de hidrocarburos que beneficie al sector pareciera alcanzar para volver a reactivar la industria.
El próximo conflicto que proyectan las empresas es el de la renegociación de las paritarias con los trabajadores petroleros, en donde falta saldar el aumento del año pasado y el actual. “Es interesante recordar que requerían un incremento de 30% por 2020 con reanudación de requerimientos para 2021 en septiembre de este año. Eso probablemente se modifique a niveles superiores, y probablemente inéditos desde los tiempos de la hiperinflación. Los contratistas paralizados desde hace 20 días difícilmente puedan afrontar el pago de salarios de este fin de mes a tiempo, sin que hayan certificado trabajos por este conflicto, que queda claro que contó no solo con intencionalidad política y gremial, sino que también contó con apoyos y coordinación excepcionales”, indicó la consultora G&G Energy Consultants, que dirige Daniel Gerold, de mucha llegada a los ejecutivos petroleros.
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