Vaca Muerta. La crisis del petróleo y la recesión complican la cadena de pagos
Las empresas de servicios petroleros que perforan, fracturan, mantienen y ponen en marcha la producción en los pozos de Vaca Muerta están atravesando una situación delicada, ya que por la caída de la demanda local y la baja global del precio del barril que produjo la crisis del Covid-19 se generaron problemas en la cadena de pagos, que tornan difícil sostener miles de puestos de trabajo.
Es que la cuarentena dispuesta por el Gobierno desplomó la venta de combustibles a niveles inéditos. La demanda de gasoil cayó más del 50%, la de naftas, en torno del 80%, y el combustible para aviones, alrededor de un 90%. Y la situación internacional empeora con el precio del barril a US$27,94.
Además de la situación petrolera, el sector gasífero tampoco repunta. Después de producirse una sobreabundancia de oferta en los últimos meses, el precio del gas se desplomó y cesaron las inversiones de nueva producción, lo que también afectó a las empresas de servicios.
La crisis se reflejó en la imposibilidad de pagar los salarios del mes pasado. Por ejemplo, la mayor firma de servicios petroleros del país, San Antonio, envió una comunicación interna a entre 100 y 200 de sus 3700 empleados en la que anuncia que están "imposibilitados de pagar sueldos el próximo lunes 4 de mayo, primer día hábil del mes". El texto, al que tuvo acceso LA NACION, agrega: "Estamos haciendo todas las gestiones posibles para aliviar esta situación y confiamos en poder acreditar sueldos, aunque sea parcialmente, en la semana del lunes 11 de mayo. Continuaremos trabajando incansablemente para resguardar a nuestra empresa y a nuestros empleados ante esta crisis inédita que afecta a todos", señala la comunicación.
Entre los motivos que llevaron a esta situación, la firma explica en el comunicado que la disponibilidad de fondos se ve restringida por la falta de pago de sus clientes, en una clara demostración de que la cadena de pagos cruje en el sector. Además, San Antonio se encuentra en negociaciones con los bancos para reestructurar los plazos de pago de diversos créditos por un total US$106 millones. Ante la consulta de este medio, en la compañía prefirieron no hacer comentarios.
Esta situación se suma a la de Halliburton, que envío también un comunicado interno señalando que pagaría un anticipo del salario el 30 de abril y, "cuanto antes sea posible, se pagará el saldo restante", sin especificar fecha. Según indicó, "esto es debido a la reducción pronunciada en nuestra facturación durante los meses de marzo y abril".
Otra alternativa a la que recurrieron las empresas fueron los retiros voluntarios para algunos de sus empleados. Tal fue el caso de Schlumberger, que abrió un programa entre el 1° y el 30 de abril, y de Pecom (la empresa de Perez Companc), cuya adhesión está vigente hasta el 31 de mayo.
La firma Weatherford, por su parte, anunció directamente suspensiones de empleados entre el 1° de abril y el 31 de mayo. La compañía dice que "la crisis en la que se encuentra el país, agravada por el brote del coronavirus", la coloca "en una coyuntura internacional que condiciona e impacta negativamente en la industria hidrocarburífera".
Las empresas de servicios petroleros emplean a la mayoría de los trabajadores que están en los yacimientos. A su vez, son la fuente de ingreso de una variedad de pymes contratistas, entre las que se encuentran las proveedoras de arena para realizar el fracking en los pozos no convencionales de Vaca Muerta, por ejemplo.
El ritmo de actividad de las compañías de servicios no depende de ellas. Quienes toman la decisión de invertir y aumentar o bajar los equipos de perforaciones son las empresas petroleras, entre las que se encuentran YPF, Pan American Energy (PAE), Tecpetrol, Pluspetrol, Exxon, Chevron, Shell, Total y Vista.
Al tratarse de una industria de capital intensivo, el freno en la producción es casi instantáneo cuando las condiciones para invertir no están dadas. Estas condiciones se fueron deteriorando desde que la administración anterior congeló el precio del petróleo, y tampoco repuntaron las expectativas con la llegada del nuevo gobierno.
En los próximos días se espera que el Ministerio de Desarrollo Productivo establezca un "barril criollo" en torno a los US$46 (mucho más alto que el precio internacional) para que, cuando la demanda repunte, las empresas vuelvan a invertir. Sin embargo, mientras no se reactive el consumo, el precio sostén no cambiará mucho la situación.
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