Vaca Muerta: forcejeos, golpes y amenazas en una disputa del sindicato con una pyme
SCT, una Pyme de Río Negro, está prácticamente cerrada desde el 3 de enero; aseguran que el gremio extorsionó a sus clientes para que no los contraten, luego de una reunión que terminó con golpes
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El 21 de diciembre pasado, Cristian y Natacha Fernández, dos hermanos oriundos de Río Negro y dueños de la Pyme SCT, se presentaron a las 13:40 en la delegación del gremio de Petroleros Privados por un pedido de reunión del sindicato. Tras 45 minutos de espera, los recibió un grupo de dirigentes, entre los que se encontraba Ernesto Inal, el segundo del gremio, y el delegado para Añelo, Neuquén, Ricado Jara.
El encuentro duró 6:23 minutos. Natacha lo sabe porque ese día, al intuir una “actitud rara” de sus contrapartes, decidió grabar en audio la conversación que, a los pocos segundos, terminó con golpes y con ellos en el hospital.
La reunión fue el estallido final de un conflicto que comenzó meses atrás. SCT trabaja desde hace 25 años en la industria petrolera, alimenticia, minera, agrícola y arenera, entre otras, con cintas transportadoras. Las fabrican y las reparan. Son los únicos prestadores de este servicio integral por debajo del Río Colorado. Su relación con YPF data de hace años, pero fue en 2022 que una licitación de la firma controlada por el Estado torció la operación normal de la empresa.
Natacha y Cristian buscaban ganar un contrato millonario con la petrolera. Habían salido primeros en 2017 y ahora debían renovar su relación comercial. Pero en 2021 hubo un cambio: YPF firmó un convenio con el sindicato de Petroleros Privados para que todos los proveedores de servicios de la empresa de capitales públicos que dediquen personal a los yacimientos, sin importar el área con la que colaboren, deban estar encuadrados en su gremio. SCT, por su actividad, se enmarcaba en la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) desde sus comienzos.
En conocimiento de este nuevo requisito, ya que los dueños aseguran que se les mostró el convenio antes de ganar la licitación, comenzaron los trámites para traspasar sus 27 empleados a Petroleros Privados. Además, debían contemplar nuevos costos en la propuesta comercial a YPF: los salarios de los petroleros triplicaban los que pagaban a sus trabajadores en ese entonces. El día siguiente a hacerse del contrato, dieron de alta su inscripción. Solo pasaron seis meses entre su inicio de relación con el gremio y los puñetazos.
Apenas se inscribieron, el sindicato les habría informado, de acuerdo con los Fernández, que debían remitir todas las liquidaciones de sueldo mensuales a un estudio privado originario de Neuquén, llamado Grupo Gestión S.A. (que no tiene que ver con compañía de soluciones de recursos humanos, aunque prestan servicios similares), que auditaría la información para verificar que cumpla con los criterios del sindicato. Natacha apunta a que nunca se comunicaron de manera formal con ellos, sino que Jara le escribía al responsable de recursos humanos a través de WhatsApp, a su número privado, que obtuvo a través de una mamá del colegio, conocida en común.
SCT cumplió con los pedidos “intimidantes” del sindicato hasta la final del Mundial. Ese domingo por la noche, Cristian escribió en el grupo de mensajes que comparte con sus empleados las felicitaciones del caso, y les pidió que se presenten a trabajar el día siguiente con cuidado, debido a que los trasnochados andarían por la ruta que deben recorrer para llegar a los domicilios de sus clientes. Algún empleado transmitió ese mensaje a Jara, que le exigió a Cristian que de marcha atrás con el pedido de ir a trabajar. Finalmente, acataron.
El día siguiente, el Gobierno decretó feriado para recibir a la Selección. A 1149 kilómetros del Obelisco, en Añelo, Neuquén, los empleados de la Pyme SCT se presentaron a trabajar en YPF, por orden de sus dueños -debido a que no podían perder un día más de actividad- y en cumplimiento con los adicionales que rigen en esos días no laborables, según la empresa. Jara habría entrado a la planta de arenas de la estatal, citado a una “reunión informativa” a los empleados de SCT y los habría obligado a sentarse durante ocho horas en el comedor, sin poder ir a trabajar.
Después de esa situación de tensión, los Fernández fueron citados por el gremio a su delegación. La reunión comenzó con cordialidades. Acto siguiente, se escuchó la voz de Jara: “Estoy a cargo de la zona de YPF. Hay muchísimas cosas que arreglar en el servicio que vos tenés. Ayer encontré varias cosas que están mal y tenemos que arreglarlas. Ahí están los puntos”, le dijo a Cristian, y le entregó un papel con un listado de correcciones a realizar.
“Tiene que ser lo más rápido posible. Yo no voy a esperar mucho tiempo para resolverlo”, continuó Jara. Cristian les explicó que sus requisitos no eran compatibles con su empresa. “Repasemos un poco. Contrato on call nadie tiene. Por otro lado, cuando se trabajó con este pedido de YPF de que había que pasar a este gremio, se revisaron las categorías. No saben lo que es una cinta transportadora. No hay categorías para eso”, le respondió al reclamo del gremio de actualizar la estructura dentro de su plantilla.
Pese a los puntos a los que se refieren en la conversación grabada, ante la consulta de LA NACION, desde el sindicato comentaron que la citación a la Pyme se debió a maltratos, condiciones de trabajo no adecuadas e incumplimientos del convenio.
“Siempre intentamos trabajar dentro de lo que se solicita. Nuestra política uno, es no tener quilombo. Vamos a trabajar como piden. La gente no hace permanencia en planta, no trabaja más de 12 horas y con las horas extra hubo un tema, pero se solucionó. Los invito algún día a que se acerquen a la planta”, continuó Cristian.
Otro de los presentes interrumpió: “Nos está tratando como que no sabemos nada”. A partir de allí, se comienzan a superponer acotaciones y reclamos. Los funcionarios del gremio siguen enumerando reclamos, entre los cuales estaba que los trabajadores no podían trabajar doce horas y manejar. Jara menciona que cuatro se habían quedado dormidos en la planta. Cristian contestó: “Gracias por el dato, porque voy a averiguar quienes son y los voy a sancionar. No pueden quedarse dormidos, tienen que ir a trabajar”.
Superpuestos, los sindicalistas lo increparon por querer sancionarlos. Comenzaron los gritos y se escuchan en el audio los ruidos de golpes mientras que los “arrastraron”, de acuerdo con Natacha, al ascensor. El primero en agredir habría sido Inal.
Con la ropa rasgada, moretones y lastimaduras, los Fernández se dirigieron al estudio de su abogado y luego, al Hospital de General Roca a constatar los daños físicos. Cristian llamó al jefe de taller para que retire a todos los trabajadores de la planta de YPF por “temor a las represalias que podrían sufrir”. Realizaron una denuncia en la fiscalía.
De acuerdo con el sindicato, el primero en arrojar un golpe fue Cristian. Por este motivo, un abogado del gremio habría hecho una denuncia y un pedido de prohibición de acercamiento a la Justicia para que los Fernández se mantengan alejados de Inal, al que habrían “amenazado de muerte”.
En los días subsiguientes, de acuerdo con el testimonio de los hermanos, siete clientes los llamaron para avisarles que habían recibido amenazas del gremio de Petroleros Privados asegurando que les bloquearían sus predios si trabajaran con SCT. Por este motivo, desde el 3 de enero que la empresa está prácticamente paralizada y aseguran que deberían despedir a 20 de los 27 empleados de no reanudarse su actividad, debido a que la mayor parte de sus trabajos están vinculados al rubro petrolero, en el que aseguran que se la “tienen jurada” y no los dejarán trabajar.
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