Vaca Muerta: el sector que crece pese al contexto económico, pero que está lejos de desarrollar su potencial
Las petroleras internacionales destacan la productividad de los recursos naturales y la calidad de los recursos humanos, pero advierten que las restricciones cambiarias y los cambios en las reglas de juego limitan las inversiones en el país
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La industria del petróleo y el gas está de festejo en la exposición AOG, que se lleva adelante en La Rural. Pese a la incertidumbre por el contexto político y económico del país, el sector está dinámico y con objetivos previsibles, como hace tiempo no se veía.
Con la terminación de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y con las obras para duplicar la capacidad de transporte de los oleoductos, la industria se prepara para tener una balanza comercial energética positiva de manera sostenida a partir del próximo año. La promesa de ser la segunda turbina de generación de divisas del país comienza a ser una realidad.
Los ejecutivos del sector, sin embargo, se debaten entre la melancolía y el orgullo por lo logrado. Mientras que algunos se sorprenden por el incremento de la producción pese al contexto económico, otros se preguntan cuánto más podría aportar Vaca Muerta, con una macro ordenada, previsible y sin tantas barreras burocráticas.
“Cuando llegué a la Argentina, traje una curva de producción de uno de los mejores pozos de Permian (Estados Unidos), donde trabajé durante muchos años, y lo comparé con el promedio de producción de Vaca Muerta. Estamos privilegiados aquí”, dijo el presidente de Shell Argentina, Ricardo Rodríguez, en un auditorio de la AOG, frente a más de 300 personas de la industria, en una charla con Ernesto López Anadón, presidente del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG).
“En la otra área que somos privilegiados es en el capital humano, que a pesar de todos los desafíos logran grandes retornos”, agregó el ejecutivo venezolano. Shell produce actualmente 45.000 barriles diarios en el país y es el segundo productor de petróleo más grande de Vaca Muerta, después de YPF y en niveles similares a Vista.
Pese a tener las condiciones naturales y los recursos humanos super competitivos, Rodríguez dijo que hay tres variables que disminuyen esa rentabilidad: “Es importante que mejore el acceso a divisas, porque tenemos que pagar a proveedores para traer la tecnología y pagar dividendos a nuestros accionistas. La otra parte tiene que ver con la rentabilidad y con precios, porque no tenemos un mercado libre. En la Argentina no tenemos el precio del Brent y eso crea una diferencia grande en competitividad que a largo plazo puede jugar en contra. Por último, es necesario que haya reglas de juego estables, que se respeten independientemente de los distintos gobiernos”.
El ejecutivo se refería a la decisión del Ministerio de Economía que, luego de que el ministro y candidato Sergio Massa saliera tercero en las elecciones primarias, volvió a aplicar una política recurrente en la Argentina: acordó con las empresas congelar el precio del barril de petróleo y establecer un “barril criollo” de US$56, cuando la cotización internacional –el Brent– está en US$92, una brecha de casi 60%.
“Shell invierte por año entre US$22.000 a US$25.000 millones, de los cuales hay entre US$8000 a US$9000 millones que van al sector de upstream [producción de petróleo y gas]. Dentro de ese paquete, compito con mis colegas de Brasil y del Golfo de México, principalmente, por obtener capital. Nosotros invertimos en la Argentina US$500 millones al año. Me gustaría invertir más”, indicó Rodríguez.
A su lado se encontraba Catherine Remy, directora general de TotalEnergies para la Argentina, la empresa francesa que opera el proyecto más austral del mundo de producción de gas offshore, en el mar argentino. “La compañía tiene un presupuesto de millones de dólares para invertir, y el directorio decide cómo se reparte entre los países, entre los cuales están Angola, Escocia y la Argentina. Cuando vamos a defender un proyecto en nuestra casa matriz, tiene que estar alineado con la estrategia de la compañía en cuanto a emisiones, medioambiente, seguridad y rentabilidad. Acá entra en juego el precio del gas. También se mira el acceso a divisas y, sin bien sabemos lo complejo que es la situación actual en la Argentina, también es complicado para una compañía internacional”, dijo.
La ejecutiva francesa habló en español, con tonada porteña por haber vivido varios años en el país un tiempo atrás, sobre las características de la industria: “Se pone mucho dinero de una vez y esperamos después los ingresos a lo largo de los años. Para ello es necesario tener reglas claras y estables”.
TotalEnergies es el mayor productor de gas privado del país, con una producción de 18 millones de metros cúbicos por día (m3/d), que equivale al 13% del total del país. Hace unos meses, la compañía tomó la decisión, junto con sus socios Pan American Energy (PAE) y Wintershal Dea, desarrollar otro yacimiento costa afuera, Fenix, que sumará 10 millones de m3/d más a la oferta total a partir de noviembre 2024, tras una inversión de US$700 millones.
El presidente del IAPG, López Anadón, había advertido sobre los desafíos que todavía atraviesa el sector en la inauguración de la exposición AOG 2023: “Esta industria necesita inversiones que necesariamente requerirán de endeudamiento privado en el exterior y que se deben realizar mucho antes de comenzar a exportar volúmenes significativos. La industria ya ha dado muestras de su potencial y compromiso durante la pandemia y también en estos últimos años. A pesar de todas las vicisitudes, hoy estaros exportando gas y petróleo. Vaca Muerta hoy tiene luces, pero aún no está cerca de parecerse una ciudad como Eagle Ford [Estados Unidos]. Le pido a la política que ilumine a Vaca Muerta”, dijo.
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