“Va a haber desabastecimiento”: la dramática carta de las librerías por las trabas oficiales que alerta que van a faltar útiles en 2023
La Cámara de la Industria de Artículos de Librería le envió un pedido a la Secretaría de Comercio para que revierta las nuevas licencias no automáticas para el sector; “va a terminar afectando el desarrollo de la educación”, dicen
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La nota urgente tiene fecha del martes y está dirigida al secretario de Comercio, Matías Tombolini. La cámara que agrupa a las librerías de todo el país reclama reconsiderar las nuevas trabas impuestas por el Gobierno a útiles escolares -entre miles de otros productos- que se importan por el “riesgo de desabastecimiento” de cara al año lectivo 2023.
Con la promesa de proteger las divisas en el Banco Central (BCRA) que el Ministerio de Economía logró recaudar por el “dólar soja”, la secretaría de Comercio impulsó un masivo pase de licencias automáticas (LA) a Licencias no Automáticas (LNA). Fueron más de 2700 posiciones arancelarias en las que aparecen bienes terminados, pero también insumos y bienes de capital. Con ese cambio, alrededor de la mitad del nomenclador quedó bajo ese paraguas restrictivo, que exige a los importadores a pedir un permiso a la cartera que dirige Tombolini para poder comprar esos bienes en el exterior.
“La Cámara de la Industria de Artículos de Librería (CIAL) responsable del abastecimiento de los útiles escolares, parte de singular importancia en el ciclo lectivo, se dirige a usted en relación con la inclusión en la resolución 26 [las nuevas trabas a la importación] en el régimen de licencias no automáticas”, comienza la nota a la que accedió LA NACION.
“Dicha resolución nos sorprendió toda vez que en estos momentos el sector se encuentra en pleno proceso de reabastecimiento de los canales comerciales que habrán de garantizar una adecuada disponibilidad de los instrumentos y los materiales imprescindibles para el inicio y desarrollo de la actividad escolar, etapa conocida como ‘vuelta al colegio 2023′ para el cual ya se han fijado fechas”, estimó la misiva enviada a Comercio.
“Del análisis del Anexo I de la resolución de referencia se anticipan ya procedimientos administrativos que, debido a los tiempos que demandan, alteran el proceso logístico que en la mayoría de los casos se define al cierre de Expopapelería 2022 (fin de septiembre) para que, ya en el mes de marzo de 2023 la cadena comercial disponga de los productos necesarios para la actividad escolar”, relataron los representantes de las librerías de todo el país.
Los directivos explicaron que, con las últimas trabas a las importaciones, quedaron involucrados: todas las diversas formas de material de escritura (bolígrafos, estilográficas, marcadores), incluso lápices, sean de grafito o de colores, en sus diversas presentaciones; correctores, sean por puntura o gomas de borrar; otros materiales imprescindibles para el aprendizaje, como papeles, cartulinas, materiales para la expresión artística (témperas, óleos, pinceles); carpetas, cuadernos, blocks, anotadores y agendas; material para el desarrollo de la geometría (reglas, compases, escuadras); pizarrones, bastidores y otras superficies planas para el apoyo al aprendizaje; otros instrumentos, como sellos, mochilas y porta viandas.
“No podemos entender cuál es el motivo por el cual, como señalan los considerandos de la resolución 26, se considera que ‘innumerables licencias para la importación que no representan necesidad ni urgencia para su ingreso al país’ y nuestra incomprensión se profundiza cuando se mezclan hidrolavadoras, palos de golf, esquíes, y patines de hielo con útiles escolares fundamentales con la educación”, criticaron los representantes de las librerías.
“Estamos convencidos de que la educación en modo alguno interfiere o limita la producción y el empleo”, ironizaron sobre la parte de los considerando de la norma de Tombolini en los que se dice que las trabas priorizan la producción.
“En consulta con nuestros asociados hemos estimado la necesidad de divisas que se requieren para evitar que se produzca desabastecimiento. Surgió que se requieren no más de US$9 millones para la importación en el próximo semestre (octubre de 2022 y marzo de 2023) de los útiles escolares necesarios para el desarrollo del ciclo lectivo 2023 sin que se produzcan tensiones indeseadas por desabastecimiento”, alertaron los empresarios, que pidieron que se reconsideren las trabas para esos productos y que se garanticen las divisas para la importación.
Las alarmas del sector
“Va a haber desabastecimiento en la temporada escolar”, señaló a LA NACION, Marco Selán, presidente de CIAL, que señaló que urge tener un canal de diálogo con el Gobierno para poder minimizar el riesgo que generan las restricciones. Selán acababa de cerrar su reunión de comisión directiva en la que varios socios alertaron sobre esos peligros.
El sector ya había tenido una alarma semanas atrás con otra resolución de Comercio, que ya había pasado algunos productos de LA a LNA. Entonces, se reunieron con Germán Cervantes, hombre que controla las SIMI (permisos de importación en Comercio). No hubo una resolución práctica de los inconvenientes, contaron.
“El gran tema es que los útiles escolares están compuestos, al igual que otros sectores, de un montón de subsectores, entre los que están el plástico, el papel, todo lo vinculado a la escritura, accesorios, marroquinería, un sinfín de cosas”, dijo Selán y agregó: “Por cuestiones de logística, una vuelta a clases se dirime entre diciembre y febrero, si no no llegás a todo el país; no llegás a hacer la distribución primaria, al distribuidor, al mayorista, minorista y a que llegue al público”.
“Si tenés que traer un insumo o producto que no se fabrica en la Argentina, los tiempos ya no dan. Tendrían que estar navegando”, completó Selán. “Esto va a afectar a la población estudiantil y al desarrollo de la educación. No hay forma de aprender a escribir sin un lápiz o un papel, o de aprender geometría sin los instrumentos necesarios”, dijo.
Luego del revuelo entre importadores e industriales, ayer, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, afirmó a LA NACION que el nuevo listado de restricciones a las importaciones será revisado en función de que puede haber correcciones necesarias. “El objetivo es que no se caiga el nivel de actividad, de empleo y de exportaciones”, dijo el ex diputado del Frente Renovador y hombre cercano a la UIA.
LA NACION consultó en Comercio sobre el impacto de la resolución 26, las nuevas trabas, particularmente en el mundo de las librerías y de las aulas, pero hasta ahora no hubo una respuesta de los hombres cercanos a Tombolini.
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