Santa Fe: historias increíbles de personas que escondieron plata y perdieron fortunas
Es frecuente que los pequeños ahorristas guarden billetes en sus casas y los escondan en lugares particulares; en muchos casos eso los condujo a pérdidas cuantiosas
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El caso de los empleados municipales que encontraron unos US$75.000 en un mueble en desuso, en medio de un basural de Las Parejas, en Santa Fe, parece insólito, pero la necesidad de los argentinos de ahorrar en moneda extranjera para no perder por la devaluación del peso, sumada a que muchos eligen atesorarlos en sus casas porque desconfían del sistema bancario o no quieren pagar, da lugar a muchas anécdotas difíciles de creer. Entre quienes están al frente de empresas que brindan cajas de seguridad privada y en el mercado en general hay relatos dignos de una película de Woody Allen.
“Nos sucede con frecuencia que, luego de contratar su caja de seguridad, nuestros clientes se relajan y nos cuentan anécdotas o situaciones sufridas al guardar sus valores en sus casas. Una vez nos tocó el caso de una pareja que había estado ahorrando para irse a vivir al exterior. El marido guardó los dólares en una caja en el altillo de la casa y, cuando estaban próximos a mudarse, empezaron a desocupar el inmueble donando o tirando todo lo que no podían llevarse. Entre esas cosas, la mujer tiró a la basura la caja con los ahorros”, contaron en diálogo con LA NACION tiempo atrás fuentes de Hausler, firma que gestiona cajas de seguridad privadas.
“La pareja terminó revolviendo la basura en el basurero municipal, pero no pudieron encontrar sus ahorros y debieron quedarse en el país”, agregaron.
Otro caso de dólares que se perdieron sucedió cuando una familia se fue de vacaciones y escondió ahorros y equipos electrónicos en el horno. “Parte de la familia regresó de forma anticipada, pero no volvió el que había escondido los valores. Encendieron una noche el horno para cocinar y quemaron parte de lo que estaba escondido”, continuaron relatando.
“Otro cliente escondió dinero en el hueco de una pared de durlock, pero la rotura de un caño en esa misma pared mojó todos sus ahorros”, sumaron.
Otros enemigos de los billetes son el paso del tiempo, el calor y el óxido. “Un cliente nos contó que compró un departamento a reciclar. Contrató un electricista para renovar la instalación eléctrica. Al desarmar los tomacorrientes y las teclas de luz, encontró rollitos de dólares en las cajas embutidas: dólares muy viejos, degradados por el paso del tiempo, el calor y el óxido, que algún dueño previo había dejado”, aseguraron.
Otro cliente de Hausler escondió dólares en el espacio entre la carpeta de cemento y el piso de madera entablonada en una casa antigua y los encontró parcialmente comidos por ratones. Por suerte, pudo viajar a los Estados Unidos y se los cambiaron por nuevos, ya que se había conservado la numeración.
Pero en algunos casos los billetes pueden ser rechazados, como ocurrió en operaciones inmobiliarias que se realizaron en sus salas de escritura. “Nuestro servicio de conteo y verificación de billetes tuvo que rechazar billetes degradados por haber sido guardados en macetas o jardines sin la protección adecuada”, afirmaron.
Por su parte, Juan Piantoni, presidente y CEO de Ingot Cajas de seguridad, dijo que lo más habitual es que la gente guarde valores en sus casas sin la debida protección, en bolsas mal cerradas, con bandas elásticas que se secan y dañan los billetes o muchas veces los entierran y la humedad los termina dañando. También los ponen en el tapa rollos de las cortinas y los roedores los terminan comiendo.
“Supimos de casos de personas que los han enterrado y luego no los encuentran o los han puesto cerca de lugares calientes, generando un deterioro en el billete”, cerró.
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