US$320 millones proyectados. El plan de Aerolíneas Argentinas para no pedirle más plata al Estado
Al tiempo que proyecta un déficit creciente, que demandará este año entre US$250 y US$300 millones del Tesoro Nacional, Aerolíneas Argentinas presentó un plan para generar ingresos adicionales con la oferta de servicios distintos a la venta de pasajes. Negocios como el transporte de cargas, la venta de millas o la oferta de comodidades adicionales para el viaje podrían generar, en conjunto, US$320 millones hacia 2021.
"Con subsidios constantes, esto dejaría a la compañía en costo cero", aseguró Máximo Amadeo, director comercial de Aerolíneas Argentinas. Para el ejecutivo, desarrollar las "nuevas líneas de ingresos" demandará una inversión relativamente baja, porque implica fundamentalmente optimizar las capacidades ociosas que ya existen al interior de la compañía.
"Vamos a terminar 2019 con US$200 millones de facturación en ingresos adicionales, lo que representa el 14% del total de ingresos de la compañía. El objetivo es llevarlo en dos años a US$320 millones, lo que sería un aumento del 60% y representaría el 20% del ingreso total", precisó Amadeo.
El 40% de los US$320 millones que se proyectan recaudar en 2021 (es decir, US$128 millones) provendrían del fortalecimiento del programa de fidelización Aerolíneas Plus. Fundamentalmente la venta de millas, que pasó de explicar el 2% de los pasajeros de un avión en 2017 a un 7% este año.
Otro 35% (US$112 millones) provendría de los productos adicionales al ticket -o ancillaries- que es todo aquello que se puede comprar por fuera de la tarifa básica del pasaje. Por ejemplo, valijas, embarque prioritario o ubicación del asiento.
US$64 millones aportaría el servicio de cargas de Aerolíneas Argentinas, en sus dos versiones. Por un lado, ya está funcionando Aerolíneas Argentinas Courier para traer paquetes desde Miami, que tiene hasta la fecha 35.000 usuarios registrados. Por otro, "antes de fin de año" comenzará a operar Aerolíneas Argentinas Puerta a Puerta, que llevará encomiendas dentro del país, aprovechando así el espacio vacío en las bodegas de los aviones de cabotaje (de una capacidad de carga aproximada de 3000 kilos) y utilizando la estructura de Jet Paq, que es una empresa del mismo grupo que Aerolíneas Argentinas y está presente en 32 puntos del país mediante representantes oficiales.
Se proyecta que el 5% restante (US$16 millones) provenga de la venta de paquetes turísticos, para lo que Aerolíneas Argentinas contará con el respaldo de su propio operador turístico -Optar-, aunque no descuenta alianzas con otras firmas del sector.
Otro de los servicios que puede prestar Aerolíneas Argentinas es el mantenimiento técnico para terceros, pero como esta idea todavía no está en marcha, la compañía prefirió mantenerla al margen de las estimaciones.
El aumento de la proporción de ingresos generados por servicios adicionales es, según Amadeo, una tendencia generalizada en las aerolíneas. "Es hacia dónde va la industria", dijo.
Según explicó, las aerolíneas tradicionales -o llamadas legacy en el sector- tienen una incidencia de alrededor del 20% de esos ingresos en su facturación y a eso es a lo que apunta Aerolíneas Argentinas. Para cumplir el objetivo Amadeo mira con atención modelos como el de Aeroméxico, Gol, Avianca o Latam y no tanto a las low cost, donde la venta de servicios adicionales tiene una incidencia mucho mayor porque es casi "su razón de ser".
Del plan de equilibrio fiscal a US$300 millones de subsidios
En 2011 Aerolíneas Argentinas registró un pico de subsidios recibidos: fueron US$841 millones en el año y US$132 por cada pasajero. Ese número comenzó a descender desde entonces. La gestión kirchenrista dejó el gobierno en 2015 con US$51 de subsidio por pasajero y 2019 cerrará con US$18, lo que fue posible no solo por el ajuste del monto transferido por el Tesoro, sino también por el aumento de pasajeros transportados. Este año, Aerolíneas Argentinas proyecta transportar a 13,5 pasajeros, 6% más que en 2018.
De todos modos, las cosas no salieron tal como la compañía planeaba. "Tendríamos que haber alcanzado el equilibrio este año", comentaron autoridades de la empresa. "Pero la devaluación, la suba del combustible -el principal gasto de la empresa- y la necesidad de bajar tarifas para ganar ocupación hicieron que no fuera posible". De hecho, las proyecciones del monto de auxilio que necesitará este año son mayores a la del año pasado y fueron aumentando mes a mes.
En julio el presidente de la compañía, Luis Malvido, habló de una necesidad de subsidios de "más de US$200 millone"; en agosto el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, habló de entre entre los US$250 y US$275 millones y hoy la empresa se extendió sus pronósticos hasta los US$300 millones.