Uruguay corteja a inversionistas para usos no recreativos de la marihuana
Uruguay no quiere que los turistas acudan en masa a su territorio en busca de marihuana barata. En lugar de ello, espera que su condición de único país que regula en su totalidad la industria del cannabis lo transforme en un imán para la inversión en usos medicinales y otras aplicaciones de la planta.
Los líderes y los activistas del mundo a ambos lados del debate sobre la legalización de la droga miran de cerca el experimento del presidente José "Pepe" Mujica con la regulación estatal del uso de la marihuana para fines recreativos, medicinales e industriales, como textiles y papel fabricado a partir del cáñamo, la fibra de la planta.
Empresarios de Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña han visitado Uruguay y expresado su interés en invertir una vez que las normas que regulan la producción entren en vigencia, señaló en una reciente entrevista Julio Calzada, secretario general de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay.
El funcionario informó que más de un centenar de inversionistas, grandes y pequeños, han sostenido reuniones informales con el gobierno sobre los usos medicinales y no medicinales del cannabis . Calzada añadió que las primeras inversiones en la marihuana con fines médicos podrían anunciarse este año, aunque declinó divulgar los nombres de las compañías.
La ley uruguaya de la marihuana ha generado polémica entre algunos inversionistas, incluyendo nombres reconocidos de la industria de la hierba en Canadá y Europa. El cannabis puede ser usado legalmente en varios países y algunos estados de EE.UU. para reducir la náusea que provoca la quimioterapia y aliviar el dolor.
Un ejecutivo de uno de los principales productores de marihuana con fines medicinales, quien solicitó el anonimato por motivos regulatorios, dijo que empresarios se habían acercado a la compañía con la idea de trabajar en Uruguay. El directivo, no obstante, manifestó su preocupación de que el país esté uniendo en la misma legislación el uso del cannabis para fines medicinales y recreativos, lo que representa un riesgo para la reputación de las empresas que hacen investigación de los usos medicinales de la marihuana.
PharmaCan Capital, un banco mercantil de Canadá que ha invertido en dos empresas de cultivo de marihuana para fines medicinales, sigue de cerca los acontecimientos en Uruguay. Por el momento, sin embargo, la firma divisa mejores oportunidades en el mercado canadiense, que cuenta con el respaldo del gobierno, señaló Paul Rosen, presidente ejecutivo de PharmaCan Capital.
Los comentarios de Calzada acerca del interés de los inversionistas en Uruguay se realizaron después de que el gobierno de Mujica publicara este mes las normas sobre cómo La Nación de 3,3 millones de habitantes supervisará la producción y venta de la marihuana.
La ley uruguaya de la marihuana ofrece certeza a los inversionistas y una oportunidad para el desarrollo de nuevas industrias, dijo Mujica en una entrevista realizada en abril con The Wall Street Journal.
Mujica, un ex guerrillero que se desempeñó como ministro de Agricultura de un gobierno previo, dijo que se podría experimentar y hacer negocios en forma legal, y calificó la marihuana como una planta de donde podrían surgir una multitud de industrias.
El año pasado, Mujica y la coalición de gobierno de centroizquierda invirtieron una gran cantidad de capital político para lograr la aprobación de la ley de marihuana, pese a la oposición de dos tercios de los uruguayos. El gobierno ha insistido en que el objetivo de la medida es privar a los narcotraficantes de una fuente clave de ingresos y, al mismo tiempo, recaudar fondos para tratar a los adictos y educar a la población acerca de las drogas.
Algunos líderes de América Latina, un frente de batalla en la guerra contra las drogas respaldada por EE.UU., han manifestado su cansancio con políticas estrictas de prohibición. Hasta ahora, no obstante, Uruguay ha sido el único país en apartarse de las políticas prohibicionistas.
La nueva normativa de uso recreacional de la marihuana que entró en vigor este mes permite que los residentes de Uruguay mayores de 18 años puedan cultivar hasta un máximo de 480 gramos de marihuana al año para consumo personal, ya sea por su cuenta o mediante clubes. Los usuarios inscritos pueden también comprar hasta 40 gramos de la hierba al mes, suficiente para entre 60 y 80 cigarrillos, por cerca de US$1 el gramo en farmacias autorizadas.
En junio, el gobierno planea emitir hasta seis licencias a cultivadores privados que proveerán a fines de año a las farmacias autorizadas, informó Calzada. Posteriormente, los consumidores podrán hacer las primeras compras legales.
Las reglas que gobiernan los usos industriales del cannabis estarían listas en unos dos meses, como máximo, mientras que la redacción de las leyes para el uso de la marihuana con fines medicinales demorará unos cuatro meses, dijo Calzada, quien dejó la puerta abierta para la exportación, aunque enfatizó que el gobierno no trabaja en ese propósito exclusivamente. Lo que está claro es que Uruguay no quiere exportar cannabis para fines recreacionales, ni permitir la llegada de turistas en busca de la droga.
El presidente Mujica aseveró que su gobierno no tiene el más mínimo interés en contribuir a la expansión del consumo de la marihuana en su forma psicodélica y fomentar el desarrollo de la adicción.
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