Una venta masiva de bonos atados a la inflación presiona sobre los dólares libres
En los últimos 15 días, se liquidaron alrededor de $100.000 millones de títulos ajustados por CER; el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) y el Banco Central salieron a comprar para intentar contener la caída de la cotización
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La tranquilidad de los dólares financieros era una inquietud latente en el mercado. Hasta ayer, la cotización promedio del paralelo formal había subido 6% desde que comenzó el año, cuando en el mismo período la inflación acumulada superó el 25%. Esa tranquilidad, como suele suceder en la Argentina, se quebró de manera inesperada ayer con una venta masiva del activo financiero que fue la vedette en la primera parte del año: los bonos CER atados a la inflación.
Durante el día corrieron varios rumores sobre cuál fue la razón que gatilló ese desarme de posiciones en los bonos más codiciados. En un mercado tan chico como el doméstico, tres o cuatro actores pudieron haber generado el rally de ventas.
La consecuencia concreta y esperada es que la liberación de pesos presionó sobre los dólares paralelos, que hicieron despertar su cotización y generaron una disparada de ocho pesos al cierre de la jornada. El dólar MEP, por caso, subió de $209 a $217.
La duda es hasta dónde puede llegar la escalada del dólar financiero, ya que la liberación de pesos por la venta de activos podría continuar durante mañana, dicen los analistas. Ayer, los vendedores de bonos fueron en su mayoría empresas, que difícilmente vayan al mercado financiero a comprar divisas, ya que, por las restricciones oficiales, luego no podrían acceder al mercado oficial a adquirir divisas. Si además se supone que varias firmas vendieron bonos para pagar aguinaldos y vencimientos de impuestos, lo más probable es que hayan depositado los pesos en activos más líquidos.
El problema es que la pequeña “corrida” contra los bonos CER continuó hoy con inversores privados, que no tienen las limitaciones de las grandes empresas y que podrían refugiarse en moneda dura.
La venta masiva de bonos se esperaba para más adelante. Desde hace unas semanas comenzó la preocupación en el mercado por la dificultad del Tesoro para renovar los vencimientos de títulos de corto plazo más allá de septiembre de 2023, tras las próximas elecciones presidenciales. Solo en 2024 vence deuda en pesos por el equivalente al 13% del PBI.
En el mercado todavía se acuerdan del reperfilamiento que llevó adelante la gestión de Mauricio Macri, cuando Hernán Lacunza se hizo cargo del Ministerio de Economía tras perder las PASO, en 2015. Automáticamente, luego de ese resultado electoral, la tasa de renovación de deuda soberana se derrumbó y, ante la cantidad de pesos y dólares que quedaban liberados, el exministro tomó la decisión de realizar una renovación forzosa para evitar otra brusca devaluación.
La nueva “bola” de pesos que se generó estos días puso en alerta a los inversores, que decidieron dejar sus posiciones en bonos del Tesoro para volver a invertir (a menor tasa) en activos del Banco Central, que tienen un plazo más acotado y son más líquidos.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, insinuó que la imposibilidad del Tesoro de renovar a más largo plazo se debe a que la oposición dice que la deuda en pesos es insostenible y que algo habrá que hacer.
“Invito a los periodistas que entrevistan a economistas que estuvieron en el gobierno anterior o alineados con la oposición a que digan qué harían con la deuda pública en pesos. No podrían hacerlo. Sería algo gravísimo para el país y sería responsable que la oposición se manifieste públicamente al respecto”, dijo hoy Guzmán, en declaraciones a Radio Nacional. Y agregó: “Bajo nuestro gobierno se va a fortalecer el mercado de deuda pública en pesos”.
“El desarme de posiciones de bonos CER se dio por varias razones y de manera generalizada, ninguna compañía o ente público puede dar vuelta un mercado de esta forma. Hubo rumores de reperfilamiento de deuda en pesos, por un lado, y desarme de posiciones de cara a la próxima licitación del Tesoro, por otro”, explicó María Moyano Hidalgo, estratega de deuda corporativa de Adcap Grupo Financiero.
En los últimos 15 días, se vendieron alrededor de $100.000 millones de bonos CER. Para intentar contener la caída de la cotización, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses y el Banco Central compraron títulos en el mercado secundario.
Una de las tres metas que acordó Guzmán con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es la de limitar el financiamiento del Banco Central a 1% del PBI, mientras que el déficit fiscal debe ser 2,5% del producto. Esto significa, por lo tanto, que el resto del rojo del Estado debe cubrirse con préstamos de organismos financieros (FMI y Banco Mundial, entre otros) o con deuda en el mercado local.
El Gobierno se encamina a no cumplir con ninguna de las metas anuales, sin bien el FMI ratificó el acuerdo. En el primer cuatrimestre del año, el gasto real creció al 20% interanual, mientras que los ingresos solo subieron 4% en términos reales. Con esta dinámica, la reducción del déficit parece cada vez más lejana y eso le suma presión a la deuda en pesos, justo cuando el mercado le empieza a temer a un nuevo reperfilamiento.
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