Una posible salida de Chávez entusiasma a los mercados
Los inversionistas suelen huir de la inestabilidad, pero en el caso de Venezuela, está sucediendo todo lo contrario.
El precio de la deuda soberana se ha disparado y los retornos, que se mueven en la dirección opuesta, han caído. La Bolsa de Valores de Caracas ha duplicado su valor en lo que va del año y es la bolsa de mejor desempeño en el mundo, según la corredora bursátil de Nueva York Auerbach Grayson.
Los bonos del país también se ubican entre los de mejor rendimiento este año. El índice JP Morgan de bonos venezolanos en dólares ha subido 9,5% desde diciembre, lo que más que duplica el retorno de 3,67% del índice JP Morgan de bonos de mercados emergentes.
Los inversionistas han favorecido a Venezuela a pesar de la creciente incertidumbre acerca del liderazgo político. El presidente Hugo Chávez, quien lleva 13 años en el poder, sufre de cáncer y enfrenta elecciones en octubre. Según los analistas hay una probabilidad razonable de que, en esta ocasión, no sea reelecto.
Russell Dallen, socio gerente de Caracas Capital Markets, cuenta que ha recibido decenas de preguntas de inversionistas extranjeros acerca de cómo invertir en la bolsa venezolana. "Los inversionistas internacionales están viendo que pueden duplicar su dinero", afirma. Venezuela alberga a algunas "grandes compañías, a pesar de estar en un mal vecindario", señala.
El auge de Venezuela representa un marcado contraste con lo que está ocurriendo en el resto del mundo. Europa está en medio de una crisis mientras que las economías de China y Estados Unidos exhiben signos de desaceleración. El resultado es que los inversionistas han huido de las acciones en general y de los mercados emergentes en particular.
Los inversionistas globales han retirado unos US$7.800 millones de los fondos de inversión especializados en mercados emergentes desde inicios de abril, según la firma de mercado EPFR Global.
Varias bolsas latinoamericanas también están de capa caída. Los índices de acciones líderes de las bolsas de Sao Paulo y Buenos Aires, por ejemplo, acumulan descensos de 6%y 10%, respectivamente, en lo que va del año.
La crisis europea ha demostrado que países como Grecia, que en algún momento fueron destinos favoritos de inversión, se pueden convertir rápidamente en parias. El caso de Venezuela demostraría lo opuesto. Cualquier mejora en la economía podría impulsar los valores de los activos del país, que han sufrido bajo la gestión de Chávez.
"El mercado ve un cambio de gobierno de forma muy favorable", dice Francisco Ghersi, socio de Knossos Asset Management, una firma de Caracas que administra unos US$25 millones en activos venezolanos denominados en dólares que ha incrementado sus posiciones en bonos emitidos por la petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA, que son considerados como bonos del gobierno.
Las elecciones presidenciales tendrán lugar el 7 de octubre. El principal oponente de Chávez es Henrique Capriles Radonski, el gobernador del estado de Miranda.
Muchos inversionistas creen que, quien resulte ganador, sentirá presión para devaluar el bolívar y, de esta manera, estimular la economía. El tipo de cambio oficial es de 4,30 y 5,30 bolívares por dólar, el país tiene un régimen dual, y algunos inversionistas opinan que la cifra debe estar más cerca de 8,50 bolívares por dólar, que es la tasa que está vigente en el mercado negro.
Una devaluación beneficiaría a los exportadores de petróleo, que se transa en dólares, y podría apuntalar la economía. La medida, por otro lado, también podría generar nuevas presiones inflacionarias, al encarecer las importaciones.
A pesar del auge de la bolsa y los bonos, a algunos inversionistas les preocupa que una transición desordenada hacia un nuevo gobierno pueda provocar una reacción negativa de los partidarios de Chávez en las fuerzas armadas y en los millones de pobres que dependen de los programas sociales del gobierno.
"Hemos aprovechado el auge para vender", indica Bryan Carter, vicepresidente de Acadian Asset Management, una firma de valores de Boston, que gestiona un fondo de US$65 millones que invierte en mercados emergentes. "Capriles sencillamente no contará con el mandato popular para tomar una decisión difícil" como devaluar, afirma.
La deuda externa, a su vez, casi se duplicó en los últimos tres años para alcanzar unos US$96.700 millones a fines de 2011, incluyendo US$74.000 millones en bonos. El total de la deuda se disparó de 15,6% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2008 a 31% del PIB en