Una pelea por subsidios redujo las frecuencias y afectó a miles de pasajeros
La reducción del 50% del servicio fue porque las empresas cuestionan el pago atrasado de las compensaciones; el Ministerio de Transporte recibirá hoy a las compañías
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A raíz del conflicto que atraviesa a más de 100 líneas de colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por el retraso en el pago de subsidios, miles de pasajeros se vieron afectados en la mañana de hoy por las demoras en los servicios, que redundaron en largas filas en distintos puntos del conurbano y en tiempos de espera de hasta 40 minutos por fuera de lo habitual.
En un comunicado, las líneas nucleadas en la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros (CEAP), la Cámara Empresaria del Transporte Urbano de Buenos Aires (Cetuba) y la Cámara del Transporte de la Provincia de Buenos Aires (Ctpba) exigieron al Gobierno el pago atrasado y anunciaron una reducción del 50% del servicio. Según pudo saber LA NACION, las cámaras empresarias fueron convocadas a una reunión que se realizará mañana en la sede del Ministerio de Transporte de la Nación para dialogar sobre la situación.
“De todas maneras, la afectación del servicio fue muy baja, solamente entre un 5 y un 10% bajaron su frecuencia, no llegó al 50%. La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) estuvo verificando la prestación de servicio y labrando las actas correspondientes. Del parque de la mañana, que rondaba las 6500 unidades, unas 6000 estaban prestando servicio”, aseguraron desde el Gobierno. Sin embargo, no pudieron precisar exactamente cuáles fueron las líneas que adhirieron a la medida.
“Estamos todos muy preocupados. Es una decisión que tomamos en conjunto las empresas para poder darle al Estado una mayor posibilidad de tiempo para que empiece a normalizar los pagos y podamos funcionar sin problemas”, dijo a LN+ José Trolio, presidente de la CEAP. La medida de protesta comprendió a las líneas que van del número 1 al 799 y despertó la queja de algunos usuarios, aunque otros pasajeros, sin embargo, manifestaron demoras habituales.
Héctor Ávila trabaja en maestranza, a pocas cuadras del Puente Saavedra, y toma la línea 28 todos los días a las 3.30 de la madrugada desde el puente La Noria y hoy tuvo una demora de 40 minutos. “Por suerte, en mi trabajo no me hicieron problema, pero llegué muy tarde. Ahora, por las dudas, voy a probar volviendo en el 59. Ya pasaron dos e iban llenos”, contó el hombre a LA NACION, al caer la tarde de ayer.
Juan, inspector de la línea 59, que estaba parado a unos metros, escuchó la conversación y lo alentó en su regreso a casa. “Hay reducción del servicio, sí, pero no del 50% como dicen. Al menos nuestra línea está funcionando en un 80%”, aseguró.
Fernanda Senafonte, empleada administrativa de 42 años, también sufrió la demora, pero por la mañana. “Si bien el camino que hago todos los días no es tan largo, porque vengo en la línea 19 desde Olivos hasta Puente Saavedra, hoy la demora fue de 20 minutos, cuando habitualmente es de cinco minutos”, dijo la mujer.
En el mismo sentido, se expresó Felipe Aguilar, 36 años, que tomó la línea 71 a las siete de la mañana desde la terminal de Villa Adelina. “La frecuencia, en general, oscila entre los cinco y los siete minutos, pero hoy fue de 14, así que sí, yo sentí la reducción [del servicio]”, afirmó.
Vacaciones de invierno
Jorge y Alberto son inspectores de la línea 71 y estaban realizando el control en la siguiente parada. “Estimamos que la frecuencia está reducida en unos diez minutos. Si bien afecta, por lo menos estamos en vacaciones de invierno. Podría ser peor”, deslizaron. Y agregaron: “Nosotros no lo sabemos exactamente, pero puede haber pasado que de cinco coches para un tramo, se hayan guardado dos o tres. Hay que ver cómo sigue, porque el conflicto puede escalar y que mañana reduzcan más servicios”.
Otros usuarios, sin embargo, manifestaron demoras habituales, como es el caso de Marcela Ugarte, empleada doméstica de 49 años, que viaja diariamente en la línea 130. “A la mañana no sentí ninguna demora. Quizá ahora un poco para volver, pero tampoco tan distinta a la de todos los días”.
El relato de Emiliano, inspector de la línea 130 lo confirmó: “Nuestra línea está dentro del Grupo DOTA, que además incluye a otras líneas de colectivo como las 111, 84, 152, 8 y 25, y no se ha restringido el servicio en ningún caso. Doy fe que están funcionando los 81 coches de la línea 130″.
Si bien el comunicado en el que las empresas anunciaron la medida expresa claramente que la idea es evitar la paralización total, la falta de repuestas o el fracaso de la reunión prevista para mañana, podría hacer extensiva la reducción del servicio a otras líneas, afectando a más usuarios todavía.
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