Una nueva pandemia: los niveles de pobreza ya superan los que había durante la época de la cuarentena estricta
Una familia tipo necesitó en octubre ingresos por $62.105 para no ser indigente y $345.295 para no ser pobre
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Cuando el Gobierno inició su gestión, en diciembre de 2019, la pobreza de ese semestre había promediado el 35,5%, según los datos del Indec. Cuatro años después, la administración de Alberto Fernández y Cristina Kirchner podrían dejar la gobernación con un nivel de pobreza superior al 42%, según las proyecciones que surgen de los últimos datos de inflación y de las canastas básicas total (CBT) y alimentaria (CBA), que miden los ingresos mínimos que necesita una familia para no ser pobre e indigente.
De confirmarse la estimación, el nivel de pobreza podría superar incluso el peor momento de la pandemia. Fue en el segundo semestre de 2020, cuando la estimación del Indec llegó al 42%.
El nowcast de pobreza que mide la Universidad Torcuato Di Tella estima una tasa del 42,9% para el semestre de mayo a octubre de 2023, con un intervalo del 95% de confianza entre [41,4% y 44,4%]. Esto quiere decir que la pobreza podría estar en ese rango, según el informe que hace el economista Martín González Rozada, investigador y profesor de la Di Tella.
La estimación de la pobreza podría aumentar si en noviembre y diciembre el tipo de cambio oficial vuelve a tener una brusca devaluación, como se espera debido a la suba de la brecha cambiaria y a la escasez de reservas del Banco Central: la mayoría de los precios de los alimentos están atados a la variación del dólar oficial, por lo cual un aumento de su cotización afectaría de manera directa a las canastas que miden la pobreza e indigencia.
“Los economistas proyectan que después de las elecciones habrá un sinceramiento de precios y que la inflación de noviembre será mayor a la de octubre. Por lo tanto, se espera que las canastas suban más que en octubre. Esto solo puede ser compensando con un incremento de los ingresos de los hogares, que en principio no aumenta al mismo ritmo”, dijo González Rozada.
De hecho, según los últimos datos oficiales del Indec, los salarios subieron en el último año 132% en promedio hasta septiembre, cuando la inflación en el mismo período fue 138,3%. La consultora LCG calculó que los salarios no registrados acumulan una baja de 45% real respecto del “techo” alcanzado en noviembre de 2017, mientras que los salarios formales se encuentran 16% por debajo de los niveles de noviembre 2017.
“Si las cosas se mantienen como en octubre, la tasa de pobreza del último trimestre podría terminar en 46,5%, pero si hay una escalada de precios, la tasa podría superar el 50%, tranquilamente”, dijo González Rozada. Cuando se promedia esa tasa con la del tercer trimestre, que fue 42,6%, la tasa de pobreza del último semestre del año podría estar cerca del 44%.
“El Gobierno seguramente culpe a la pandemia, pero las tasas de pobreza de todos los países de la región, que también sufrieron la crisis del covid, empezaron a bajar, y nosotros estamos volviendo a los niveles de pobreza que teníamos en el segundo semestre de 2020. La pandemia y la guerra ya pasaron. Los niveles de pobreza e inflación que tenemos ahora se deben en gran parte a la política económica”, añadió el experto.
Los precios de la canasta básica de alimentos (CBA), que miden el ingreso mínimo que debe recibir una familia en la Argentina para no ser indigente, volvieron a subir por arriba de la inflación en octubre, lo que anticipa que la pobreza en el segundo semestre seguirá creciendo. El valor de la canasta básica alimentaria aumentó 8,6% el mes pasado y una familia tipo (dos adultos y dos menores) necesitó $160.603 para no ser indigente.
Tan solo un año atrás, esa misma familia necesitaba ingresos por $62.105,66 para cubrir sus necesidades básicas alimentarias; es decir, hubo una suba del valor de la canasta de 158,6%, cuando en el mismo periodo la inflación promedio fue 142,7%.
Para tener otra referencia, el salario mínimo, vital y móvil del mes pasado fue $132.000, mientras que un año atrás, era $54.550. Es decir, en 12 meses aumentó 142% el ingreso mínimo, casi 17 puntos porcentuales por debajo de lo que subió la canasta que mide la indigencia.
El valor de la canasta básica total (CBT), que mide los ingresos mínimos que necesita una familia para cubrir los alimentos y servicios que le permiten no ser pobre, aumentó 8,1%, apenas por debajo de la inflación en el mismo mes, de 8,3%. Sin embargo, en la variación interanual, los valores de la canasta subieron 147,1%, también por arriba del índice de precios (IPC). En este caso, una familia tipo necesitó $345.295.
“Casi 150% subió la canasta básica total en los últimos 12 meses. A la medición de pobreza del segundo semestre la vamos a tener que ir a buscar a nuevos máximos o muy cerca de los previos”, escribió el economista Gabriel Caamaño, en la red social X (antes Twitter).
“Hasta mediados de año, el promedio de los salarios empardó la dinámica inflacionaria. No obstante, la brusca aceleración de la inflación post devaluación erosionó toda la ganancia acumulada hasta entonces”, dijeron en LCG.
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