Una mujer en la UIA. El baño del poder empresario que ya no será sólo de hombres
Carolina se paró para ir al baño. Salió del despacho de presidencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), adyacente a la tradicional sala de reuniones del Comité Ejecutivo, y empujó la única puerta que tenía escrito "Toilette". La entrada es blanca y está escondida detrás de un vitral verde agua con el símbolo de la UIA . Allí frenó en seco. En el baño en el que se ameniza el poder industrial se encontró de frente con tres mingitorios, señal de que ninguna mujer solía pasar por allí.
La empresaria industrial retrocedió al ver el coqueto y espejado baño de presidencia, con azulejos grises cerca del piso y media pared pintada de color beige. En el único inodoro en el habitáculo, según pudo corroborar LA NACION en estos días, otro signo de masculinidad se manifiesta: la tabla está siempre levantada. "No llegué hasta ahí. Me detuve en los mingitorios", cuenta Carolina.
En 132 años de historia ninguna mujer de negocios había necesitado entrar a ese baño en el sector de presidencia de la UIA, la organización empresaria más grande de la Argentina. Desde esta semana, Carolina Castro fue la primera en integrarse al Comité Ejecutivo como Prosecretaria 2°. "Seguramente se adaptará", dice Castro sobre el toilette. El presidente de la entidad, Miguel Acevedo, que ya estuvo pensando su remodelación, lo confirma: "Va a haber muchos cambios".
"Es un orgullo y una responsabilidad. Primero, por la gente que confió en mí. Nuestro sector atraviesa un momento difícil y tenemos que trabajar mucho para revertirlo", afirma Castro a LA NACION. "Es bueno que cada vez más mujeres industriales se abran camino con esfuerzo y trabajo, en estos espacios de representación. Espero que estemos abriendo camino a muchas más de nosotras a futuro", agregó la también mamá.
Sus hijos "se quejan" de que su trabajo dirigencial le saca mucho tiempo. "A la UIA no la conoce nadie", le replica uno de ellos, miembro de las nuevas generaciones. "Lo voy a tener que mandar a la UIA Joven", bromea Castro.
"No tomé la agenda de género. Estaba acá", afirma Acevedo y destaca que en Junta Directiva hay seis mujeres (Cecilia Rena, Paula Bibini, Karina Leis, Agustina Schcolnick, Marysol Rodríguez e Irene Wentinck), entre 40 hombres. "Carolina es un muy buen cuadro. Se lleva todo por delante, algo que habitualmente se ve como positivo en los hombres, pero negativo en las mujeres. Nosotros necesitamos y queremos esa impronta", agregó el directivo de Aceitera General Deheza (AGD), que descuenta que se vivirán momentos de "tensión" –y aprendizaje– en las discusiones por venir.
Castro es una empresaria industrial de tercera generación. Junto a su mamá, Juana Guidi, dirige la autopartista Industrias Guidi y emplea a 550 personas –un 20% mujeres– en sus plantas de Zárate y Almirante Brown. "Ella es mi principal referente industrial. La admiro mucho. No es fácil ser mujer en una industria de hombres", ratifica Castro.
Castro se ocupa actualmente de la dirección del área de Recursos Humanos. La politóloga fue además presidenta de la UIA Joven (hoy tiene 39), subsecretaria Pyme en el Ministerio de Producción en 2016 y 2017, y sherpa del Business-20, el foro empresarial encargado de diseñar recomendaciones al G20 que se hizo en el país.
En la cúpula de la UIA analizaron sumar más de una mujer al Comité. Rodríguez, directora de Ventas de Sinteplast, era una posibilidad. Pero su padre, Miguel Ángel, fue nombrado vicepresidente de la entidad fabril. Para el futuro, no descartan la llegada de la joven al comité. "Mientras, suman experiencia en la junta", contaron.
Bibini, empresaria (dueña de una firma agroindustrial y frigorífica) y ministra de Producción, Trabajo y Desarrollo Sustentable del gobierno de Juan Manuel Urtubey hasta el año pasado es otra de las candidatas que sonaron con mucha fuerza, cuentan en la UIA. Fue la primera mujer en la Junta Directiva en 2017.
"La llegada de las mujeres en los cuadros de la UIA es el resultado de un trabajo conjunto que se vino haciendo desde las bases de UIA Joven [dirigida actualmente por Tomás Karagozian], sumado a un recambio generacional que hoy permite tener lugares de participación y decisión, donde las mujeres demostraron que tienen condiciones y mucha impronta para hacerlo. Se fueron dando pasos sólidos y fuertes donde se pudo abrir un camino que hoy muestra que las mujeres participan, no por una cuestión de cupo, sino de igualdad de oportunidades", dijo Bibini.
"La visión y mirada particular de la mujer resulta un aporte fundamental en las organizaciones; su capacidad en la delegación del trabajo y su inteligencia emocional puesta de manifiesto en sus acciones, se traduce en que su intervención en los ámbitos de gerenciamiento o dirección, permiten lograr un mayor éxito en los negocios que emprenden o forman parte", explica.
"La representación en la gremial a partir de la UIA es una herramienta de transformación", describe Rodríguez, secretaria de UIA Joven, a este medio. "Soy parte de una familia industrial, donde los valores del esfuerzo y la generación de valor a través de la producción son fundamentales", agrega la joven, que busca promocionar "una industria nacional, moderna e innovadora, que genere empleo de calidad y que sea un factor transformador de la realidad".
Como Carolina Castro hubo otras empresarias del sector que dieron el gran salto en los últimos tiempos. Desde el mismo rubro aparece, por caso, Isela Costantini , expresidenta de General Motors y de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) en 2015. Fue la primera mujer al frente de la agrupación que nuclea las automotrices argentinas, un mundo masculino.
Quienes trabajaron con ella tienen muy presente su potencia como dirigente. Fue elegida en octubre de ese año y rompió los moldes de la institución. "Fue quien terminó con la tradición de la elección de forma alfabética", recuerda alguien que la conoce. "Convenció a todos que en un año electoral era mejor elegir líderes de otra norma no sin antes asegurarse el voto individualmente para ella", dicen en esa mesa. En 2016 fue reelecta y cuatro meses después se fue para asumir como la primera presidenta de Aerolíneas Argentinas en el gobierno de Mauricio Macri.
"La incorporación de Carolina Castro a la mesa chica de la UIA habla de un cambio cultural que llegó para quedarse y da crédito al reconocimiento tanto en hombres y mujeres a la formación académica, a la idoneidad en la materia y a la capacidad de toma de decisión sin condicionamientos de género. Y pone en valor la necesidad de la diversidad en posiciones de liderazgo en las organizaciones", dice a LA NACION Rosario Altgelt, gerente general de Latam Argentina, presidenta en 2018 del Coloquio de IDEA y vicepresidenta actual de IDEA.
"Las causas son múltiples, pero además de mirar la foto tenemos que ver la película", señala Castro. "El mundo industrial en general, y el automotriz en particular, ha sido tradicionalmente un mundo masculino por cuestiones de formación, de las características del trabajo, que antes eran más físicas, y también porque la mujer en general participaba menos del mercado laboral. Hoy con la automatización ya no hay tantas barreras físicas, y tenemos que trabajar más en la formación para incentivar a las mujeres a seguir carreras técnicas. Y habrá que seguir dando el debate y encontrando soluciones para equiparar las cargas del cuidado de familia", reclama.
Agustina Schcolnik tiene un año menos que Castro, es ingeniera industrial del ITBA y trabaja en Celulosa San Pedro con su papá. Allí fabrican papeles para corrugar. Llegó a la UIA en 2015. "Producir, generar valor agregado y dar trabajo es una de las cosas más gratificantes que existen", afirma y agrega: "En las generaciones más jóvenes el rol de la mujer está instalando de una manera más natural. La mujer aporta una manera diferente de liderazgo porque porque tiene una mirada más empática, una gran capacidad de trabajo, es multitasking y se adapta con facilidad".
Para Juana Torresin, segunda generación en Astillero Coserena y administradora de empresas de la UCA, "parte de la nueva visión es la desnaturalización de viejos paradigmas y la generación de nuevas formas de funcionamiento. La problemática de género es uno de ellos". Juana dice que la industria es el factor más dinamizante de la sociedad y agrega que "las cadenas de valor son lo que realmente genera el desarrollo que llega a toda la población. Es clave colaborar en la construcción de un ecosistema que permita a nuestro país ser competitivo. Queda mucho por hacer".
Miguel Acevedo se acerca al baño de presidencia de la UIA. "Estamos pensando en poner una pared ahí", señala un espacio entre el baño privado y los tres mingitorios. "Hay que prepararlo para las chicas", explica el director de AGD. "Quizás tengamos que poner ganchitos debajo de la mesa", sonríe, pensando en las carteras de quienes debatirán en el Comité. El reelecto presidente de la entidad fabril más grande del país dice que -como muchas cosas- su compañera de vida se lo enseñó y él aprende. Las carteras nunca se apoyan en el piso. "Es mala suerte", explica.
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