Una marca que debe su nombre a la "tacañería"
Scotch cinta adhesiva
La historia de la cinta Scotch comienza, extrañamente, con los autos de dos tonos en los años 20. El efecto de colorimetría de éstos exigía que los operarios taparan ciertas partes de la carrocería usando una combinación de cinta adhesiva fuerte y papel de carnicero. Sin embargo, una vez secada la pintura, al intentar remover esta cinta, se levantaba también parte de la pintura nueva, lo que echaba a perder el trabajo y hacía necesario retocar la pintura defectuosa.
Atento a esta dificultad, en 1925, Dick Richard G. Drew, un joven ayudante de laboratorio de 3M, desarrolló una cinta de enmascarado para autos que contenía adhesivo en los bordes, para que los operarios pudieran retirarla con mayor facilidad y sin dañar la pintura en el proceso.
Como esta cinta tenía un pegamento menos agresivo que la que se venía usando, los usuarios creyeron que se trataba de una estrategia para ahorrar pegamento y comenzaron a referirse a ella como "scotch" (escocesa, en español), en alusión a la fama de avaros que por entonces tenían las personas nacidas en Escocia. Años más tarde, éste sería el nombre con el que se lanzaría oficialmente el producto.
Hacia 1930, Drew notó otra necesidad en el sellado de las bolsas y creó la cinta con soporte de celofán impregnada de adhesivo. Este nuevo producto, que poseía un tratamiento tecnológico innovador a prueba de humedad, comenzó a usarse para sellar y reparar utensilios cotidianos. Quince años después, se introdujo el envoltorio con diseño de tartán: la tradicional tela escocesa de lana con cuadros.
Con el paso del tiempo, la empresa de tecnología 3M continuó creando nuevas cintas adhesivas, hasta llegar a contar hoy con más de 400 variedades y una fabricación anual de alrededor de 8,9 millones de kilómetros al año.
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