Una lucha acertada contra la inflación
Con buen tino, el BCRA elige apelar a la política monetaria
El Banco Central de la República Argentina elige acertadamente hacer política monetaria y no política cambiaria para luchar contra la inflación. Las devaluaciones se trasladan a precios si y sólo si sobran pesos (hay convalidación monetaria). En este contexto, el BCRA "limpió" el sobrante de pesos (stock) heredado de 4% del PBI ($ 200.000 millones) y redujo la emisión (flujo) de 44% (diciembre de 2015) a 25% (marzo de 2016); y así Federico Sturzenegger evitó una maxidevaluación con hiperinflación tras salir del Cepo. De hecho, cada vez que hubo un sobrante de dinero de 4% del PBI se terminó en híperinflación. Sucedió en 1957/1958 y en 1973/1974, consiguientemente la inflación del año siguiente a cada uno de esos períodos trepó a 113 en 1959 y 182% en 1975.
Hasta ahora el BCRA de Sturzenegger ganó dos batallas, la apertura del Cepo y la eliminación del sobrante de dinero, pero la guerra contra la inflación sigue. Esta contienda se define en la cancha de la emisión (flujo) y en el manejo de la deuda del BCRA (Lebacs) y su potencial déficit cuasi-fiscal.
Las Lebacs ascienden a $ 517.000 millones y pagan una tasa media del 34,5% con vida promedio de 50 días. O sea, al BCRA le vence deuda por 7% del PBI (9% a fin de año) cada 50 días, obstaculizando hacer política monetaria con tasa de interés. Paralelamente, las Lebacs generan un potencial déficit cuasifiscal que alimenta expectativas de emisión e inflación, impidiendo que la inflación baje más rápido. En este contexto, con J. Milei proponemos "limpiar" (parte) las Lebacs del pasivo del BCRA para potenciar la política monetaria antiinflacionaria, bajar más y más rápido tanto la inflación como la tasa de interés, afectando positivamente la inversión y el nivel de actividad.
En este sentido y aprovechando el arreglo con los hold outs, Hacienda debería desarrollar una ingeniería financiera que cambie Lebacs por bonos del Tesoro de largo plazo, cancelando adelantos Transitorios (US$ 25.000 millones) y/o Letras Intransferibles (US$ 67.000 millones) en el activo del BCRA. Este canje debe ser voluntario y los nuevos bonos deben suscribirse con Lebacs. La deuda neta del Estado no aumenta.
La limpieza de las Lebacs es obligación técnica (hasta moral) del Ministerio de Hacienda. Esto último se entiende fácilmente cuando se comprende que las Lebacs son fruto de la limpieza del sobrante de dinero que emergió de la monetización del déficit fiscal en presencia del CEPO. Por consiguiente, no hay duda de que esa deuda debería estar en cabeza del Sector Público Nacional y no del BCRA. Más evidente aún es que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gray, como mínimo, le debería limpiar $ 160.000 millones de Lebacs a Sturzenegger, ya que ese es el monto de emisión monetaria que Hacienda le pidió al BCRA emitir para financiar su exceso de gasto 2016.
El autor es director de E & R
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