Una larga historia de problemas
Apenas ocho años después de la Declaración de la Independencia hubo un default
En el libro "El default y la reestructuración de la deuda", Eugenio Bruno repasa del siguiente modo los varios casos de defaults y reestructuraciones de deuda que ha tenido la Argentina
- Default y reestructuración del empréstito Baring. En 1824, la provincia de Buenos Aires contrajo el famoso empréstito con la casa financiera de Londres, Baring Brothers, en una operación muy discutible ya que el país sólo recibió el 56% del capital contraído. A raíz de la inestabilidad de los nuevos gobiernos patrios, de las luchas internas y externas y de las economías locales quebradas y atrasadas, este préstamo cayó en default en 1828. El incumplimiento se extendió durante los dos mandatos de Juan Manuel de Rosas. La reestructuración se produjo recién en 1857, es decir, casi 30 años después del default (cuando Rosas ya no estaba en el poder) y no demoró demasiado en ser negociado.
- La crisis de 1890 y las reestructuraciones de Pellegrini y Sáenz Peña
En el contexto de una fuerte crisis económica, social y política (la famosa crisis del 90), el presidente Juárez Celman fue obligado por el Congreso a presentar su renuncia indeclinable. Carlos Pellegrini, su vicepresidente, asumió como nuevo presidente hasta completar el término original de seis años de Juárez Celman que vencía en 1892. Al momento de la asunción de Carlos Pellegrini la deuda externa era muy significativa. El servicio de la misma representaba aproximadamente el 50% de los ingresos fiscales (similar carga al momento en que Rodríguez Saá declaró el default a fines de 2001). Pellegrini entendió, no obstante, que era imprescindible para mantener los mercados externos para la colocación de las exportaciones que la Argentina honrara su crédito internacional en un marco de renegociación voluntaria y amistosa con sus acreedores bajo el cual no descartaba plazos de gracia para los pagos. El plan consistió en un préstamo sindicado a la Argentina por un monto equivalente a las sumas necesarias para abonar los intereses de la deuda pública externa por los próximos tres años.
En las elecciones presidenciales celebradas en 1892 para suceder a Pellegrini, se impuso la fórmula Luis Sáenz Peña-José Evaristo Uriburu. El nuevo presidente y su equipo de asesores financieros, encabezado por el ministro Juan Romero, tenían la convicción de que el Acuerdo de Consolidación Argentino, celebrado el año anterior por Pellegrini, había sido un mal arreglo para el país ya que condicionaba negativamente las arcas fiscales y el progreso económico de la Nación. Por lo tanto, conforme a su entendimiento, se imponía una renegociación de sus condiciones con los acreedores. Después de algunas rondas de negociaciones se llegó a un nuevo programa financiero: los pagos de capital fueron suspendidos por diez años; la tasa de interés se redujo significativamente durante los primeros cinco años desde la firma del acuerdo; a partir del sexto año se pagarían intereses a tasas más altas, y la Argentina no emitiría nuevos títulos por varios años.
- El default militar-radical
El siguiente incumplimiento se produjo en 1988 durante el período radical de Raúl Alfonsín, en el marco de las negociaciones entre el gobierno y los banqueros que se habían iniciado en 1982 y bajo las cuales se venían refinanciando anualmente los vencimientos que la Argentina debía afrontar.
Bajo estas negociaciones, los bancos otorgaban nuevos financiamientos para evitar que el país entrara formalmente en default (los vencimientos de capital se refinanciaban y los pagos de intereses se concretaban con nuevos préstamos de parte de los bancos y una parte, un tanto menor del total, con reservas propias de los países endeudados). Pero en abril de 1988 los bancos decidieron dejar de apoyar a la Argentina en abril de 1988 ante el incumplimiento de Raúl Alfonsín y el ministro Juan V. Sourrouille a distintos compromisos.
- Plan Brady
Luego de varias rondas de negociaciones, la Argentina llegó a un acuerdo preliminar con sus bancos acreedores en el marco del Plan Brady. Los términos del acuerdo fueron los siguientes. La Argentina ofrecería nuevos títulos en canje por los préstamos comerciales vencidos. El monto de deuda cubierto por el acuerdo sería de US$ 23.000 millones en concepto de capital y US$ 8.000 millones en concepto de intereses en mora, emitiéndose bonos a la par, con descuento y por reconocimiento de los intereses.
- Megadefault de Rodríguez Saá
Finalmente, el default decretado por Adolfo Rodríguez Saá durante su gobierno interino a fines de diciembre de 2001.
La decisión de Rodríguez Saá fue apoyada jubilosamente por la gran mayoría del Parlamento argentino sin siquiera repararse que aproximadamente el 60% de los servicios de pago correspondía a los bancos, fondos de pensión (AFJP), fondos comunes de inversión, compañías de seguros e inversores personales argentinos.