Una familia necesitó casi $100.000 para no ser indigente en mayo
La canasta básica alimentaria creció 5,2% entre abril y mayo
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La inflación continúa en niveles altos y esto impacta en los índices de ingresos que determinan los límites para la pobreza y la indigencia. Se trata de la canasta básica total y alimentaria, respectivamente, cuyo monto para mayo se conoció esta tarde. Del análisis del Indec, el organismo oficial de estadística, se desprende que una familia tipo de cuatro miembros necesitó $217.916 para no ser pobre, mientras que requirió $99.053 para no caer bajo la indigencia.
El aumento de la Canasta Básica Total (CBT, mide la pobreza) fue de 7,2% entre en mayo, mientras que la Canasta Básica Alimentaria (CBA, para la indigencia) creció 5,2%. Resultan subas insostenibles para muchas familias, aunque puede destacarse que crecieron por debajo de la inflación del mes pasado, que fue de 7,8%, lo que marcó una desaceleración respecto de abril, cuando alcanzó el pico más alto del año, con 8,4% de incremento intermensual.
En los últimos 12 meses a mayo, la CBT tuvo un aumento de 118,6% y la CBA, de 122,6%, ambos por encima de la inflación acumulada en ese período, del 114,4%. “La canasta básica alimentaria subió relativamente poco en mayo, pero también es porque venía creciendo fuerte desde enero hasta abril; entonces, los precios se tranquilizaron un poco -explicó Jorge Colina, de Idesa-. Para adelante, los precios de los alimentos van a seguir subiendo. Lo mismo sucedió con la canasta básica total, que creció 7,2% y había estado subiendo a razón de 8%. Acá lo relevante es el aumento interanual. La canasta alimentaria está en 123% y la total en 118% y los salarios de los informales no están subiendo esa tasa, sino que por debajo del 100%. Entonces por eso es que lo que vamos a ver va a ser un aumento de la pobreza, porque es imposible que los ingresos de los informales puedan acompañar semejante inflación mensual”.
En los últimos años, comenzó a configurarse con mayor fuerza un segmento de trabajadores que aun con empleos no consiguen alcanzar el nivel mínimo para no ser pobre. El salario promedio del sector registrado se ubica en $239.882,73 (brutos), de acuerdo con el Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), por lo que necesita una familia tipo, compuesta por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de seis años y una hija de ocho años es prácticamente lo mismo que gana un trabajador promedio, aunque esta cifra solo contempla a los registrados.
Por su parte, Lorena Giorgio, de Equilibra, destacó: “La suba de la canasta básica alimentaria, bastante por debajo del 7,3% de abril, acompañó al dato de inflación de mayo que difundió recientemente el Indec, que reflejó una desaceleración en la inflación del rubro alimentos y bebidas no alcohólicas (desde 10,1% en abril hasta 5,8% en marzo). Dado que los salarios vienen creciendo a un ritmo por encima del 6% mensual (los privados mucho más), cabe esperar que la pobreza ceda levemente o al menos frene su escalada”.
Para un adulto solo, el monto necesario para no ser pobre en mayo fue de $70.523, mientras que para una familia de tres integrantes (compuesto por una mujer de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61 años), de $173.486, y para un hogar de cinco integrantes (compuesto por un varón y una mujer, ambos de 30 años, y tres hijos de 5, 3 y 1 año), de $229.199. Las mismas configuraciones familiares necesitaron de $32.056, $78.857 y $104.182, respectivamente, para no ser indigentes.
La CBT aumentó 7,2% en enero, 8,3% en febrero, 8% en marzo y 6,3% en abril, en todos los casos menos el último por encima de la inflación, que había arrojado 6%, 6,6%, 7,7% y 8,4%, respectivamente. Por su parte, la CBA se había incrementado 7,2% en enero, 11,7% en febrero, 9% en marzo y 7,3% en abril.
Además, Giorgio agregó que la canasta básica total subió por encima del 6,3% mensual de abril, “reflejando buena parte del impacto de la suba de las cotizaciones financieras que habían tenido lugar a fines de abril, y no habían sido captados por el indicador de ese mes”. Y agregó: “Si bien el tipo de cambio oficial sigue teniendo un rol primordial, lo cierto es que la participación de las cotizaciones financieras en los procesos de formación de precios de las empresas es cada vez mayor”.
“Que la CBA haya incrementado un 5,2% cuando la inflación de alimentos y bebidas fue de 5,8% pone un respiro en la distribución del ingreso que se encuentra bastante golpeada. Los salarios del sector informal, que son los más vulnerables, han sufrido una gran pérdida de poder adquisitivo en los últimos años y eso no se corrige con un mes de baja suba relativa de las canastas. De aquí en adelante, el resultado se lee más como una pausa en la inflación, más que un quiebre en la tendencia. El año es muy largo y los precios están muy expuestos a los shocks de la economía”, aseguró Lucio Garay Méndez, de Eco Go.
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