Massa analizará este fin de semana alternativas para evitar una devaluación
El ministro de Economía maneja opciones de diferentes sectores en medio de un cierre de importaciones que benefician al Banco Central, pero que prometen impactar en la actividad
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La sensación de urgencia, por ahora, aminora. El principal aliado del Gobierno es hoy el clima, algo que no maneja, pero acompaña. Gracias a la mejora de las temperaturas –le anunciaron en YPF al ministro de Economía, Sergio Massa– el país requeriría comprar menos barcos de Gas Natural Licuado (GNL). A eso se sumaba alguna ayuda de Yacyretá. Son menos dólares para perder.
Eso no alcanza. Por eso, hoy la secretaría de Comercio que lidera, Matías Tombolini, aceleró un torniquete a importaciones, que costarían a fin de año US$1500 millones. La semana que viene, Carlos Castagneto, impulsará un cambio de sistema en la AFIP de la Capacidad Económica Financiera (CEF), que presumiblemente hará de un primer filtro más duro para pedir permisos de importación.
En ese contexto, de a US$5 millones, US$10 millones o US$15 millones, las reservas del Banco Central (BCRA) dejaron de caer estrepitosamente, algo que aceleraba drásticamente las expectativas de devaluación. Estas últimas se entibiaron por el impacto de la suba de tasas de interés en los dólares financieros.
“Antes de definir cómo multiplicamos el volumen de exportaciones, queremos tener cerrada la planificación del volumen de importaciones”, dijeron esta semana a LA NACION en el Ministerio de Economía. “Estamos terminando”, agregaron.
Las propuestas en la mesa
Massa recibió, por lo menos, cuatro propuestas distintas para incentivar la venta de granos de los productores agropecuarios. Están la de los productores, la Bolsa de Rosario, los acopiadores y las cerealeras. “Cada uno patea para su lado”, contaron, cerca del tigrense, donde creen que este fin de semana debatirán internamente el mecanismo prometido por el ministro en el Consejo de las Américas, compromiso ratificado por su secretario de Agricultura, Juan José Bahillo. En los encuentros con los productores, Massa se dedicó a escuchar y a desinflar la tensión.
Mientras tanto, gana tiempo. El líder del Frente Renovador ya había prometido “pelotear” opciones el viernes pasado a las 21 con el equipo de Agricultura, que le llevaba –como contó LA NACION– la propuesta de un mecanismo que le permitiría al productor una mejora de lo cobrado en pesos por la soja de un 50% o una suerte de dólar equivalente a $209. Esa opción empujada por las cerealeras, por ahora, se desinfló.
Hoy, otra opción apareció en el radar. El llamado Refinoplus bis (lo impulsó Massa en 2008 para el petróleo), que implicaría reconocerle una mejora del 30% del precio a los productores a través de la emisión de un certificado de crédito fiscal aplicable al pago de las retenciones de soja por el 30%. El certificado se gatilla por cada liquidación primaria de granos que cada productor emita durante septiembre y se vende a cerealeras (estas lo podrían aplicar de manera plena si liquidan más). Esta opción no afecta futuros, dicen.
Un funcionario cercano a Massa afirmó que es “Plan B” que el Gobierno tiene en carpeta. El “Plan A”, que toma color con la ralentización del goteo del BCRA, no hacer modificaciones a esquema actual y seguir sumando de “a puchitos” esperando a que Massa logre fortalecer las reservas luego de su viaje a los EE.UU. “Alguna cosita más va a haber”, prometen en Economía, no obstante, sin dar mayores precisiones.
Algo de ese “Plan A” –un lento paso a paso sin cambios en el esquema cambiario– se deslizó desde las entrañas del BCRA, donde contaron que hoy había sido el último directorio del mes y destacaron que no se había prorrogado el llamado “sólar soja”, por el que el productor puede, del total de su venta, un 70% encajarlo en una cuenta bancaria que lo protege de la devaluación y, con el 30% restante, comprar “dólar solidario”.
“Es una señal de que a fin de mes cae. O se apuran o quedan afuera”, dijeron, y aseguraron que se revolean muchas promesas, pero que lo único concreto –el “dólar soja” de Miguel Pesce– se cae en una semana.
El campo viene pidiendo una unificación del tipo de cambio, lo que puede leerse como una devaluación del dólar oficial. Tanto en la entidad que dirige Pesce como en el Ministerio de Economía creen que esa no es una opción. “La devaluación de golpe y sin anclas solo genera transferencias de ingreso en las cadenas de valor, y empobrecimiento de empresas y gente”, analizan. Por ahora, en un “veranito” gracias al clima y las trabas, Massa gana tiempo en un estrecho sendero y dilata decisiones.
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