Un tercio de la clase media dejó de ir al supermercado
Ahora se opta más por pequeños almacenes y tiendas de descuento
Hace un par de meses, Claudia Arce decidió dejar de hacer una gran compra quincenal en el supermercado que tiene a cuatro cuadras de su departamento, en el barrio de Congreso, y se convirtió en cliente habitual de una tienda de descuento. "Me parece que ya no tenía sentido ir al súper, porque perdía mucho tiempo y tampoco representaba un gran ahorro. Ahora estoy gastando lo mismo yendo cada dos o tres días al Eki que tengo enfrente de mi casa", explicó Arce, una joven fotógrafa.
Su caso es uno más de los miles de consumidores de clase media que en los últimos meses dejaron de hacer sus compras habituales en los supermercados. Según un estudio de la consultora Análisis e Inteligencia de Mercado (AIM), realizado en la Capital Federal, en el último tiempo las grandes cadenas perdieron más de un 20% de sus clientes. Hace sólo tres meses, el 85% de los porteños realizaba habitualmente sus compras en las grandes cadenas, mientras que en la actualidad ese porcentaje cayó al 63 por ciento.
De los que abandonaron los supermercados, un 67% eligió los comercios barriales, como almacenes y minimercados, mientras que un tercio se inclinó por las tiendas de descuento, como Eki o Día. Sin embargo, en AIM destacan que el éxodo de clientes que vivieron las grandes cadenas no fue parejo en todos los segmentos de la población y está muy ligado a los ingresos de los consumidores.
"El gran desafío que tienen por delante los supermercados es recuperar a la clase media, ya que del total de los clientes que en los últimos meses admiten que dejaron de comprar en las grandes superficies, más de la mitad (56%) pertenece a ese segmento de la población", sostuvo Andrés Broner, socio de la consultora AIM.
En los sectores medios, los supermercados perdieron casi un tercio de sus clientes habituales. Hasta julio último, el 90,8% de la clase media realizaba sus compras en supermercados, y hoy sólo lo hace el 63,2 por ciento. Los grandes ganadores fueron los almacenes de barrio, que vieron cómo su participación trepó del 6,6 al 22,4%, y las tiendas de descuento, que multiplicaron por ocho su número de clientes (su participación creció del 1,3% al 10,5%). Además, surgieron nuevas propuestas, como los clubes de trueque, el Mercado Central o los supermercados mayoristas, que ya acaparan un 2,6% de los consumidores de clase media.
En AIM señalan que la pérdida de clientes de los súper se explica, entre otros factores, por los cambios en los hábitos de compra, impulsados básicamente por la crisis económica. "Como la gente no tiene plata, cada vez realiza compras más chicas y por menos valor, y a pesar de que la mayoría continúa percibiendo a los supermercados como una oferta económica, en muchos casos terminan eligiendo otras propuestas por un tema de comodidad o cercanía", afirmó Broner.
Consultados por AIM, dos tercios de las personas reconocieron que en los últimos tres meses están comprando menos productos que antes, o la misma cantidad pero en envases más pequeños, mientras que un 17% señaló que sólo lleva lo que considera indispensable y posterga el resto de las compras. "La verdad es que en mi caso ya no vale la pena ir al supermercado porque estoy comprando sólo lo básico y, en este tipo de productos, los precios que encuentro en el autoservicio chino cercano a mi casa son los mismos", comentó Esteban B. Rodríguez, empleado de una librería.
El último refugio
A diferencia de lo que sucedió con la clase media, la crisis no provocó cambios tan profundos en la elección de lugares de compra de los sectores de bajos ingresos. Tradicionalmente, en el segmento más pobre de la población los supermercados tuvieron menor consenso y por esta razón su participación no se vio tan golpeada por la crisis. La penetración del sector cayó del 75,4 al 57,9 por ciento, y los que se vieron beneficiados fueron los comercios barriales -que ya tenían una alta participación en el segmento y ahora crecieron del 19,3% al 28,1%- y, en menor medida, las tiendas de descuento, que pasaron del 1,8% al 8,7 por ciento.
Frente a la pérdida de clientes de la clase media, los consumidores de mayores ingresos se convirtieron en el último refugio de los supermercados. Hace tres meses, el 94% de los consumidores del segmento ABC1 hacía sus compras en las grandes cadenas y sólo un 6% concurría asiduamente a los comercios de barrio. Hoy el porcentaje de los clientes de los almacenes subió al 11,8, y otro 5,8% se declaró consumidor habitual de las tiendas de descuento, aunque la gran mayoría (82,4%) permanece fiel a los supermercados.
Buscar lo más barato
"La modalidad de una gran compra mensual hoy quedó reservada casi exclusivamente a los segmentos de la población con mayores ingresos y sólo el 1% de los que dejaron los supermercados pertenece al segmento ABC1. A lo sumo, lo que está pasando con los sectores de mayores ingresos es que, en muchos casos, están modificando la cadena de la que son clientes, pero sin abandonar el canal. Cada vez más personas admiten que en los últimos meses dejaron de comprar en una cadena y se pasaron a otra a la que perciben como más barata", sostuvo Broner.
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