Un selecto grupo de exportadores saca a España de la recesión
BARCELONA—La economía española salió de una recesión de dos años gracias a un reducido pero resistente grupo de exportadores. Estos ‘conquistadores’ son tan competitivos que están vendiendo caviar a Rusia, zapatos a China, vestuario a Hollywood y autos a Alemania.
En una fábrica cerca de Barcelona, la subsidiaria de Volkswagen Group, Seat S.A., ensambla el modelo León tipo hatchback con destino a Alemania, que hace poco superó a España como el mayor mercado de la automotriz. "Es un verdadero logro teniendo en cuenta que el mercado alemán está en baja, es muy maduro y es muy exigente", dijo su vicepresidente ejecutivo de Relaciones Gubernamentales e Institucionales, Ramón Paredes.
El récord en las exportaciones es la razón principal que explica cómo España pudo anunciar esta semana un crecimiento de 0,1% en su Producto Interno Bruto en los tres meses hasta septiembre, tras nueve trimestres consecutivos de contracción. Si bien esto no es suficiente para aliviar la tasa de desempleo en el corto plazo, la tendencia va en la dirección correcta.
El alza en ventas internacionales de España, que han subido casi 7% este año, es aún más impresionante si se tiene en cuenta que Alemania, la potencia exportadora de Europa, ha registrado una reciente debilidad en sus ventas. Señales de una recuperación española impulsada por las exportaciones han catapultado la Bolsa de Madrid un 30% desde junio y atraído a inversionistas de la envergadura de Bill Gates, Warren Buffett y Carlos Slim.
España, la cuarta economía de la zona euro, ha sido la más exitosa entre sus pares del continente a la hora de implementar la fórmula de "exportar-o-morir" recetada por la Unión Europea, bajo la batuta de Alemania, después de que el bloque económico empezara a desmoronarse en 2008. La idea era que las exportaciones, respaldadas por cambios regulatorios para favorecer los negocios, generarían las divisas extranjeras necesarias para pagar su enorme deuda soberana, mientras creaban simultáneamente empleos fabriles que darían un empujón al consumo interno.
Las exportaciones de España han crecido 21% desde 2008. Como componente del PIB, han pasado de 26,5% a 34%, superando a Italia y Francia en esa medida. España aún sigue por detrás de Alemania, que exporta 52% de su PIB.
Las exportaciones experimentan esta bonanza en España en parte porque sus empresas están desesperadas por hallar una alternativa al mercado interno, y porque el gobierno ha liberalizado una legislación laboral arcaica, reduciendo los costos y aumentando la flexibilidad operativa, indican analistas. Motivadas por la necesidad, las compañías han tomado enérgicas iniciativas para penetrar mercados más allá de la UE, que normalmente representa unas dos terceras partes de las exportaciones del país. "El mercado del sur de Europa cayó en una forma dramática y tuvimos que ir donde había crecimiento", dice Víctor Martínez, director comercial de Celsa Group, una siderúrgica que representa casi 1% de las exportaciones españolas. Las acereras españolas han estado haciendo negocios en países como Argelia, Marruecos, Brasil y Venezuela. Las exportaciones españolas a países fuera de la UE aumentaron a 37% del total en 2012 frente a 30% en 2007.
Esa expansión podría verse amenazada por la apreciación de 8% del euro frente al dólar desde julio, que encarece las ventas a los países fuera del bloque económico. La apreciación del euro es "preocupante porque va en la dirección contraria a la estrategia de crecer con las exportaciones", dijo Robert Tornabell, economista de la escuela de negocios Esade.
Y si bien las autoridades se jactan de la potencia del motor exportador, los escépticos aseguran que los beneficios son imperceptibles para la mayoría de los españoles. "El verdadero milagro español es llegar a fin del mes", declaró hace poco Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del opositor Partido Socialista. El desempleo, que hoy ronda 26%, seguirá siendo alto por años porque sólo cerca de 4% de las empresas españolas exportan y poco más de 1% lo hacen con regularidad, afirma Jaume Llopis, profesor de administración de empresas en la escuela de negocios IESE.
La agencia española de promoción del comercio, ICEX, apunta que el número de exportadores ha crecido más de 10% anual en los tres últimos años. Pero dado el panorama en las provincias y las limitadas opciones de crédito para muchas pequeñas y medianas empresas, "pasarán 10 años antes de que podamos reducir el desempleo a menos de 15%", añade Llopis.
Alfonso Villar, fundador de Playspace, una compañía de juegos en línea, empezó a explorar el mercado internacional después de que empresas similares en América Latina, donde no se había promocionado, descubrieron su producto por su cuenta. "Nos habíamos estado concentrando en España y de repente vimos que muchos latinoamericanos jugaban nuestros juegos", señala Villar.
Primero trató de entrar vía Paraguay, Uruguay y Perú, pero descubrió que su ancho de banda y el tamaño de sus mercados no eran suficientes. Finalmente dio el salto al mayor mercado, Brasil. Ahora, la mitad de las ventas de la firma de 25 empleados proviene del exterior.
Los líderes sindicales critican los cambios a la legislación laboral que ayudaron a las exportaciones a despegar, argumentando que lastimaron la ya deprimida demanda interna al perjudicar a los trabajadores. Las modificaciones están diseñadas para facilitar el proceso de contratación y despido, reducir la indexación salarial, disminuir las indemnizaciones por despido y restarles poder a los sindicatos en la negociación colectiva.
En parte como resultado, los costos del trabajo sindicado, que muestra qué porcentaje de la producción recibe la economía de un país en relación a los salarios, habían caído 10% para mediados de 2013 frente a su máximo de 2009, a cerca de su nivel de 2007, según el Ministerio de Economía de España. "Despedir a trabajadores y reducir su poder adquisitivo no suena como una manera para forjar una recuperación sostenible", dijo José Mesa, un representante de la Unión General de Trabajadores.
Ejecutivos aseguran que los cambios eran necesarios porque un boom inmobiliario en la década previa a la recesión había inflado los salarios y desequilibrado el mercado laboral. Ahora, aseguran, España volverá a ser competitiva.
Entre el primer trimestre de 2008 y mediados de 2013, la productividad laboral creció 13%, según cifras oficiales. "España ha aprovechado la crisis para hacer sus deberes de casa", dice Javier Pujol, presidente ejecutivo de Ficosa, una compañía de autopartes con sede en Barcelona y operaciones en toda Europa.
La competencia se ve en la manera en que las multinacionales están recurriendo a España como una plataforma de producción para suplir otros mercados. En 2007, 16% de las ventas de la filial local de Nestlé provinieron de las exportaciones. En 2012, fueron 25%.
Mientras tanto, algunas firmas se están aventurando hacia aguas complicadas. El fabricante de zapatos Emboga SA está desafiando a China, el mayor exportador de calzado del mundo, en su propio terreno, al abrir más de una decena de locales. Caviar Nacarii, que cultiva caviar, ha incursionado en el mercado ruso.
Sastrería Cornejo, una empresa de 93 años que suministró vestuario al cine español y a Hollywood, en cintas como El Gladiador, siguió invirtiendo su escaso capital para expandir su colección de un millón de prendas. "Decidimos que teníamos que ser más competitivos, porque el negocio internacional era lo único que podría salvarnos", dice María Ortega Cornejo, ejecutiva de la empresa familiar. Hoy, las exportaciones representan 75% de su facturación, frente a menos de 50% antes de la recesión.
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