Un problema de AB InBev: tiene demasiados hogares
LONDRES— Si Anheuser-Busch InBev NV completa la compra de SABMiller PLC por unos US$108.000 millones, esta ciudad podría perder uno de sus mayores residentes corporativos y la séptima mayor compañía que cotiza en la bolsa local.
Determinar dónde se ubicará la sede central de la compañía que surja de esta fusión no es nada fácil.
AB InBev indicó que la compañía combinada permanecerá registrada en Bruselas. No obstante, las asambleas anuales de accionistas se llevarán a cabo en dos ciudades cercanas: Lovaina y Lieja, antiguas sedes de las cerveceras belgas que se unieron en 1987 y que con el tiempo crecieron hasta derivar en lo que hoy es AB InBev.
La alta gerencia de la compañía, sin embargo, seguirá trabajando en Nueva York. En 2008, luego de la adquisición de Anheuser-Busch Cos., el presidente ejecutivo, Carlos Brito, abrió una "oficina de gestión funcional" en el centro de Manhattan. Cuando no está de viaje, Brito trabaja principalmente allí, al igual que el director financiero, el director de marketing y la mayoría de la junta ejecutiva de AB InBev.
A principios de este año, Brito trasladó muchos de los empleos corporativos en Estados Unidos, incluyendo de marketing y ventas, a una "oficina de estrategia corporativa" en el barrio de Chelsea, en Manhattan. Y la ciudad de St. Louis, donde se encuentra la imponente cervecería de ladrillo —con establo de caballos Clydesdale incluido— en la que se produce Budweiser es todavía considerada por AB InBev como su sede oficial en EE.UU.
Los accionistas de AB InBev y SABMiller tendrán un montón de lugares que pueden llamar su hogar. La compañía combinada mantendrá su cotización principal en la NYSE Euronext, una bolsa europea que se encuentra en Bruselas.
Sin embargo, también se negocia en Johannesburgo, donde nació South African Breweries, precursora de SABMiller, y en Ciudad de México, en cuyo mercado de valores AB InBev comenzó recientemente a cotizar después del retiro de Grupo Modelo, la cervecera mexicana que adquirió en 2013.
Los ADR (certificados que representan acciones de compañías extranjeras que se transan en EE.UU.) de AB InBev continuarán cotizando en la Bolsa de Nueva York bajo el símbolo "BUD", por la marca de cerveza estadounidense.
Esta multiplicidad de sedes empresariales y bolsas pone de manifiesto la creciente complejidad de establecer dónde se encuentra hoy la sede central de un gigante multinacional que adquiere una compañía tras otra. El lugar que una sociedad llama su hogar a menudo tiene tanto que ver con las leyes fiscales y de gobernanza como con la proximidad a las fábricas o a los clientes, o al lugar donde comenzó el negocio.
Un ejemplo similar es el de Fiat Chrysler Automobiles NV, el gigante automotriz surgido el año pasado tras la adquisición de Chrysler por la italiana Fiat. La compañía combinada está registrada en Ámsterdam, pero tiene domicilio fiscal en Londres. El presidente ejecutivo, Sergio Marchionne, trabaja en las sedes operativas de Milán y Detroit, y la bolsa donde la compañía cotiza primariamente es la de Nueva York.
En el caso de AB InBev, sus raíces en Bélgica le han proporcionado grandes ventajas financieras a causa del tratamiento fiscal que ese país reserva para algunas multinacionales, aunque esos acuerdos son actualmente objetos de una amplia investigación de la Comisión Europea.
AB InBev reportó una tasa de impuestos efectiva de 18,1% en 2014, menos de la mitad del 39,5% que Anheuser-Busch había registrado en 2007, antes de ser comprada por InBev. SABMiller, con sede en Londres, tuvo el año pasado una tasa tributaria efectiva de 26%.
"Tienen los beneficios de operar como una empresa belga", dice Ortwin Carron, un abogado de impuestos corporativos de DLA Piper LLP.
Ejecutivos y asesores siguen trabajando muchos detalles de la propuesta fusión. Algunos asesores han dicho que el tema de la sede corporativa no ha sido de gran relevancia en las conversaciones entre las dos compañías.
"Nuestras raíces en Bélgica se remontan a siglos atrás y son una parte importante de nuestra identidad y patrimonio", dijo una vocera de AB InBev. La empresa dijo que cumple todas las leyes impositivas y se negó a comentar sobre la investigación tributaria de la UE.
El domicilio legal y fiscal de SABMiller se encuentra en el Reino Unido, adonde South African Breweries se mudó en 1999 desde Johannesburgo. Esta decisión se produjo en medio de una salida masiva de empresas de Sudáfrica, que en aquel momento sufría por una caída de la moneda y el acceso limitado a inversionistas internacionales.
No está claro si la compañía mantendrá una presencia significativa en Londres de completarse la fusión, lo cual deja en duda el destino de la sede de SABMiller en el lujoso barrio londinense de Mayfair. SABMiller emplea a unas 800 personas en Londres y Woking, una ciudad al suroeste de la capital británica.
La compañía ha dicho que su objetivo es lograr al menos US$490 millones en ahorros de costos anuales cuatro años después del cierre de la adquisición. El ahorro sería producto de la combinación de sedes corporativas y de las oficinas regionales que actualmente se superponen, así como un recorte de costos administrativos.
Si se concreta la fusión, Londres perderá uno de los componentes principales de su índice de acciones líderes FTSE 100, lo que sería un duro golpe para la Bolsa de Londres. Hasta el lunes, la capitalización bursátil de SABMiller en esa bolsa se situaba en alrededor de 65.000 millones de libras esterlinas, o US$98.000 millones.
La bolsa mantiene una lista de espera de grandes empresas que aspiran a ingresar al FTSE 100. El primer lugar de esa lista está hoy ocupado por Auto Trader Group PLC, un mercado de compraventa de vehículos que tiene menos de un décimo del tamaño de SABMiller.
The Wall Street Journal