Un país en guerra: los llamativos parecidos de la Argentina con la zona de conflicto
Falta de previsibilidad, desconfianza, volatilidad en el mercado, emisión monetaria, problemas de abastecimiento, inflación, proliferación de tipos de cambio múltiples y pérdida de reservas son algunos de los factores que caracteriza a la Argentina con los países en crisis bélica
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La Argentina no está en guerra, pero por algunos indicadores, pareciera estarlo. Bonos a precios de subsuelo, trabas para desalentar la demanda de monedas más fuertes y un país aislado del mundo son algunos de los parecidos que tiene la economía argentina con la de Rusia y Ucrania.
“Lo que tienen en común la Argentina y una guerra es el deterioro fiscal. Una economía de guerra le insume al Estado un montón de recursos, una especie de desmesura. Acá no es en armamentística, sino que hay otras cosas en juego, ideológicos y de política económica”, comparó Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos.
Con la economía paralizada, la recaudación decae y la vía para financiarse termina siendo la emisión monetaria. Como consecuencia, la inflación empieza a ascender, la moneda local se devalúa y los inversores huyen. “Por eso las altas inflaciones siempre han sido fenómenos asociados a las guerras, como Alemania, Hungría y Checoslovaquia después de la Primera Guerra Mundial. Pero la Argentina es uno de los pocos países que tuvo una hiperinflación sin guerra, en el año 1989″, agregó.
El miércoles la compañía MSCI decidió recategorizar a Rusia de su índice, luego de haber cerrado la bolsa durante una semana entera y haber tenido sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea por la invasión a Ucrania. De “mercado emergente”, decayó hasta la categoría “standalone” (mercado aislado). Es lo mismo que le sucedió a la Argentina el año pasado.
“Para las acciones, eso significa estar en el grupo de la muerte. Ningún fondo institucional, compañía de seguro o fondo global va a elegir invertir en activos así. Este tipo de decisiones suele ocurrir cuando hay alguna violación en los principios de libertad de mercado, de transparencia de información. En la Argentina, fue básicamente por la imposición del cepo. En Rusia, por la suspensión de sus cotizaciones y la caída vertiginosa de la liquidez. Básicamente, el MSCI está diciendo: ‘Estos activos tienen muchos problemas’”, explicó Nery Persichini, de GMA Capital.
Otra comparación. En Rusia, el rublo cayó a niveles históricamente bajos frente al dólar y hoy incluso vale menos que un peso argentino ($0,87 centavos). Desde que Putin decidió invadir Ucrania, la moneda se depreció casi un 40%, razón por lo cual los rusos corrieron al dólar y otros billetes más fuertes. Para desalentar la compra de moneda extranjera, estableció su propio “impuesto PAIS”.
Se trata de una comisión del 30% sobre el importe total de la operación, que los ciudadanos tienen que afrontar si quieren refugiarse en libra, euro o dólares. “Esto es lo que se llama un efecto extrafiscal de los tributos. Tiene dos objetivos. El primero, recaudatorio, engrosar las arcas del Estado. El segundo, desmotivar la compra de divisas, cargando a los contribuyentes de más tributos. Este tipo de sanciones se da cuando la moneda pierde valor y se genera una brecha importante, donde hay más demanda que oferta. En la Argentina, como las reservas del Banco Central eran escasas, el Gobierno puso el impuesto PAIS para cuidarlas. Después vendría la percepción de Ganancias, del 35%”, sostuvo el tributarista César Litvin, socio de Lisicki, Litvin & Asociados.
El contraste también se puede hacer con la economía ucraniana. Desde que empezó la guerra, los bonos de deuda del país europeo se desplomaron de los US$85 a US$30. En cambio, en la Argentina, antes de las PASO presidenciales de 2019 los títulos soberanos operaban en US$85. Un día después, cayeron a US$50. Una semana después, la baja se extendió a US$40. Actualmente, con canje de deuda mediante, valen US$40.
“Fueron dos shocks distintos, pero tuvieron un paralelismo evidente. En agosto de 2019 la caída de los bonos fue importante, pero la sangría de ese día se siguió prolongando. El piso lo vimos durante la pandemia. Tuvimos la reestructuración de deuda, y así y todo siguieron en mínimos, hoy en zona de US$30. Ucrania también tuvo una caída por la pandemia, aunque se recuperó rápidamente. El shock de la invasión rusa fue tal, con todos los efectos que eso conlleva sobre la economía, que disparó el riesgo de default a valores no vistos en mucho tiempo y replicaron el movimiento argentino de una manera vertiginosa”, afirmó Persichini.
Falta de previsibilidad, desconfianza, volatilidad en el mercado, emisión monetaria, problemas de abastecimiento, éxodo de empresas, inflación, proliferación de tipos de cambio múltiples, pérdida de reservas. Todos factores que en la Argentina se convirtieron en moneda corriente. “Fijate vos: sin conflicto bélico de por medio, tenemos las condiciones de un país en guerra”, cerró Tiscornia.
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