Un número esperado, pero con la ayuda del impuesto a la riqueza
Con ese aporte extraordinario, el Gobierno tendría un superávit de 0,05% del PBI en mayo; sin el mismo, el déficit mostraría una caída interanual de 80%
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El aporte extra al fisco del llamado “impuesto a la riqueza” el mes pasado –que alcanzó los $80.234 millones– generó un dato impensado: el Gobierno pudo mostrar un superávit fiscal primario del 0,05% del PBI, o de unos $25.714 millones.
Sin esos fondos frescos, el déficit primario de mayo llegó a los $54.520 millones. Suena a mucho, pero el año pasado –en una cuarentena estricta que requería más gasto para empresas y trabajadores, y que recaudaba menos impuestos– el rojo de las cuentas públicas fue de $250.000 millones. Esto significa que el ministro de Economía, Martín Guzmán, redujo en un año el déficit en un 80%. No por nada es mirado de reojo por algunos dentro del Frente de Todos.
Los números del resultado fiscal del mes pasado serán difundidos hoy por el Ministerio de Economía. Sin embargo, según fuentes oficiales a las que accedió LA NACION, el rojo financiero –que incluye la deuda– fue de $144.852 millones. Con el aporte extraordinario, ese resultado no hubiera cambiado de signo.
Pese a que se había informado que por el llamado impuesto a la riqueza habrían ingresado $145.000 millones en mayo, sólo se registraron –por un tema de clearing– $80.234 millones. El resto, contaron las fuentes oficiales, se verá a partir de los números de junio.
Consultados por este medio, las fuentes oficiales ratificaron que el aporte extraordinario debe contemplarse, ya que son “recursos que se captaron” efectivamente, aunque sea por única vez y a que estén afectados a destinos específicos.
En el Gobierno informaron que, pandemia mediante, los recursos tributarios crecieron fuertemente. Aumentaron los derechos de exportación, el IVA neto de reintegro (90%), Ganancias (61%), y también estiman un “buen crecimiento” de los aportes y contribuciones de la seguridad social. No sólo la pandemia afectó la base de comparación. Aquí también entran los aumentos de los precios internacionales de las commodities y los cambios en los diseños tributarios, que implicaron mayor presión fiscal.
“Los recursos crecen en promedio un 70%”, contaron las fuentes oficiales, y recalcaron que hubo una mejora de la actividad económica. Sin embargo, los economistas privados suelen comparar los datos de este año con 2019 para tener una mejor idea del comportamiento de las variables públicas.
Los gastos tuvieron un crecimiento en el mes de 18,3%, bien por debajo de la inflación acumulada en el período. Sin embargo, aquí nuevamente entra la comparación con el tiempo de cuarentena estricta. El año pasado existían programas de gasto muy elevado, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP). Si se eliminan esos dos programas, calculan oficialmente, la expansión del gasto está en línea con la suba de los precios: 48,1%.
Los datos que publicará hoy el Ministerio de Economía establecerán que gastos de capital (obras pública e infraestructura) aumentando al 76,4% con una base de comparación viciada. Se trata de $19.401 millones.
Por otra parte, el gasto en subsidios energéticos también se mantiene elevado, y muestra un avance durante el mes pasado de 57,2%, por encima de la inflación. Se trata de la mayor pelea que enfrentó Guzmán con La Cámpora en el año electoral. El ministro de Economía quería aumentar más las tarifas (en dos partes) y sostener estables los subsidios, pero finalmente se impuso la visión de Cristina Kirchner de dar sólo un aumento y de un dígito en 2021. El extra de subsidios económicos para Cammesa de este mayo con relación al del año pasado llegó a casi $25.500 millones. Por otro lado, se gastaron en programas como el Plan Gas, para incentivar la producción, $5000 millones.
En el Gobierno admiten que el gasto es menor con una mayor flexibilización de la circulación. Por eso no hay un IFE o un ATP y se acumulan, con capas, los Repro II en diferentes versiones, según los sectores. Sin embargo, el diferencial viene por el lado de los ingresos, una situación que incluye el llamado impuesto inflacionario. Para eso vale un dato final: los recursos en mayo del año pasado, llegaban a $195.000 millones. Durante el mes pasado, ese número prácticamente se duplicó y llegó a los $394.000 millones. Son cuentas que Guzmán hizo con el objetivo en mente de poder cerrar en mayo o en junio un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), otro paso que, en un año electoral, la vicepresidenta le negó.
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