Un inédito fenómeno se expande en la Argentina y amenaza el relato central de Cristina Kirchner
Es una nueva figura que se cristaliza y que inquieta en el oficialismo, sobre todo cerca de quienes rodean a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Probablemente, nada preocupe más a los dueños y propaladores del relato kirchnerista en un año electoral: el fenómeno del trabajador pobre gana terreno en la Argentina.
Pese al optimismo que busca impregnar el Gobierno a los datos sobre el mercado de trabajo, los propios números oficiales ratifican que -cada vez más- tener un empleo en la Argentina ya no es garantía de salir de la pobreza, sobre todo cuando la inflación llega a los tres dígitos. Vale recordar que en febrero pasado llegó a 102,5% anual, pero que para los indigentes fue del 115%. Es probable que marzo sea peor.
Según datos del Indec, procesados por la consultora ExQuanti, en el tercer trimestre de 2022, el 33,5% de la población pobre tiene un empleo. Se trata de un fenómeno inédito que fue creciendo: aumenta el empleo, pero también la pobreza, porque los ingresos no alcanzan. En el segundo trimestre eran 33%; en el primero, 30,9%. Al cierre del gobierno de Mauricio Macri eran también 30,9%, pero en el mejor momento de Cambiemos, ese guarismo había llegado al 28% (2017). En la misma sintonía, la UCA ya había advertido a fines de año que más de tres de cada diez trabajadores eran pobres y que la tendencia crecía.
Los cálculos de ExQuanti, que pertenecen a un informe más profundo, llegan hasta el tercer trimestre, porque recién la semana que viene el organismo conducido por Marco Lavagna publicará los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) vinculados a pobreza e indigencia del segundo semestre.
Los expertos de ExQuanti, como otros como, Martín González Rozada, de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), proyectan que la pobreza llegará al 39,6%. De hecho, el econometrista de la UTDT sugiere que para el semestre septiembre-febrero es de 42%.
“Hay que relativizar el discurso oficial que habla de una mejora del empleo”, afirmaron en ExQuanti poniendo el foco tanto en la licuación de los ingresos y en la reversión de la tasa de pobreza que se ve en los últimos meses gracias a la elevada suba de los precios en el país. “Estos datos demuestran algo absolutamente nuevo que está pasando en la Argentina: trabajar más no te saca de la pobreza”, completaron los expertos.
El Indec informó que la desocupación cayó de 7% a 6,3% en 2022. Por otra parte, la subocupación bajó de 12,1% a 10,9%. Sin embargo, el trabajo informal subió de 33,3% a 35,5%.
Una defensa sin números
“No nos persiguen porque somos populistas, de izquierda, de derecha, de abajo o de arriba: no, [nos persiguen] porque igualamos a las sociedades”, postuló la vicepresidenta hace días atrás desde el auditorio principal del Centro Cultural Kirchner, y agregó: “El verdadero objetivo del lawfare es la criminalización de una política que tiene que ver con la redistribución del ingreso, con la movilidad social ascendente para que nuestras sociedades no queden cristalizadas entre ricos y pobres”.
La vicepresidenta hablaba supuestamente sobre sus dos gestiones como Presidente, y de la experiencia de Néstor Kirchner, pero no de la administración que comparte hoy por hoy con Alberto Fernández, a la que cuestiona públicamente. Además, ese argumento sobre la igualación ya no se verifica en los datos.
Al mismo momento de tiempo en cada gestión, el podio de mayores inflaciones se compone por el actual Presidente (368%), Mauricio Macri (172%), el segundo mandato de Cristina Kirchner (138%), el primero (87%) y el de Néstor Kirchner (27%). En los últimos cinco años, la caída de los ingresos de los ocupados fue salvaje y persistente en el tiempo: rondó el 25%, principalmente durante las corridas cambiarias de 2018 y 2019, y en tiempos de la cuarentena con la pandemia de coronavirus. Pero con Alberto Fernández no hubo recuperación de ingresos, aunque sí del empleo. Sin embargo, la calidad de trabajo recuperado siempre fue precario: informal o cuentapropista. Por eso, dicen los que saben, el ajuste se dio por ingresos.
Yendo al hueso. Con base en el documento sobre Evolución de la distribución del ingreso elaborado por EPH sobre total urbano y no los habituales 31 aglomerados, la totalidad de la población urbana ocupada de la provincia de Buenos Aires perdió 9,72% de sus ingresos en doce meses. Se trata de un número que supera a Córdoba, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires. En esa provincia es en donde más pobres hay.
Otro dato que corroe el relato del Gobierno y amenaza la perfomance del oficialismo en las elecciones presidenciales de octubre próximo: de la torta producida en el país, en el tercer trimestre de 2019 (con Macri), los trabajadores se llevaban el 45,1%, mientras que, en el mismo período de 2022, esa tajada fue de 43,6% (con Alberto y Cristina), según Cuentas Nacionales del Indec.
La conclusión parece clara. Se crea trabajo, pero es precario. Los precios aumentan y los ingresos no alcanzan para sacar a las familias de la situación límite ni probablemente para atraer más votos.
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