Un incendio en una planta profundiza la falta de botellas
La principal afectada es la industrial del vino, pero también el impacto se siente en el comercio de las conservas; la pandemia y un incendio en una planta clave profundizaron el problema
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MENDOZA.- En la crisis por el faltante de botellas de vidrio en todo el país, las aguas están divididas, sobre todo en la industria vitivinícola, en cuanto a las posibles soluciones. Hay quienes ven la copa medio llena y otros, medio vacía. Pero, lo que realmente preocupa, es que todavía no aparecen respuestas concretas para evitar un impacto fuerte en el sector productivo del vino, pero también de las conservas.
Por eso, hay una serie de alternativas en el corto y mediano para intentar salir a flote, pero nada sobre terreno firme, sobre todo luego del incendio en una de las principales fábricas del país. Mientras se esperan avances, crece la incertidumbre por la posible caída en el mercado interno y externo, además de los problemas de financiamiento, según contaron a LA NACIÓN diversas fuentes oficiales y del mundo del vino.
El Gobierno provincial también se metió en la discusión y presiona a la Casa Rosada con una asistencia para empezar a importar, algo que los empresarios ven poco viable.
“Estamos preocupados porque no tenemos novedades en cuanto a la producción de vidrio; pero entendemos que se está tratando de solucionar lo antes posible. Realmente es un problemón a corto plazo para todas las bodegas, sobre todo para el fraccionado de vino, lo que puede impactar en las exportaciones, que tanto cuesta mantener e incrementar”, contó a LA NACION el gerente de uno de los grupos vitivinícolas argentinos con mayor presencia en el mercado internacional.
La visión se replica entre los diferentes actores del sector, atentos a las acciones que también pueda hacer el Ejecutivo local, que ya envió una carta al flamante ministro de Agricultura, Julián Domínguez para intentar beneficios en aranceles de importación. Asimismo, se analiza la posibilidad de que las cristalerías sean las encargadas de ingresar el producto desde el exterior y comercializarlo.
“Estamos acelerando las gestiones con la Nación; esperamos novedades esta semana. Si no, empezaremos a mirar con mayor preocupación los riesgos que tiene para la industria quedarse sin botellas”, explicaron desde el Ministerio de Economía provincial.
De todas formas, hay quienes se muestran expectantes y consideran que se trata de un problema que podría resolverse en poco tiempo, con la activación de hornos. “Esperemos que sea algo coyuntural, por una baja de la productividad en las cristalerías por la pandemia y por el aumento de la demanda de vino, agravado ahora por el accidente del incendio, que ocurrió el 19 pasado. Para la vitivinicultura es una situación grave y es muy necesario que se solucione a la brevedad, no sólo para las exportaciones sino para el mercado interno tanto para empresas grandes como chicas. Es necesario que se resuelva; siempre hubo capacidad instalada de vidrio en la Argentina para abastecer el mercado. Debería revisarse cómo aumentar las productividades y que los proveedores puedan dar respuestas en forma rápida a las bodegas”, explicó José Zuccardi, uno de los principales bodegueros referentes del sector en el país y presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar). De hecho, fuentes del sector también hicieron hincapié en que importar botellas “no es una solución a corto plazo, por logística y costos”.
De esta manera, una de las principales expectativas está puesta en la solución que tenga la producción de vidrio en las próximas semanas, sobre todo luego del incendio que se produjo en la firma Verallia, en la comuna de Guaymallén, en Mendoza, una de las principales fábricas del sector en el país, junto con Cattorini, en San Juan, y Cristalerías Rosario, en Santa Fe. Eso profundizó el complejo escenario que ya se venía observando durante la pandemia, cuando creció de manera exponencial el consumo de envases de vidrio no sólo en la industria del vino sino en diversas ramas productivas, como la conservera, e incluso en los domicilios.
“No tenemos respuestas aún de cuándo se podrá normalizar todo. Se siguen evaluando los daños; por ahora no hay producción. No sabemos cuándo se podrá retomar”, explicaron a LA NACION desde Verallia.
La industria vitivinícola utiliza un promedio de 900 millones de botellas por año, llegando a casi 1.000 millones durante el 2020, a raíz de las nuevas ocasiones de consumo originadas por la pandemia de coronavirus, según informaron desde Bodegas de Argentina.
Por eso, a la espera de que se restablezca el trabajo en esta compañía, hay bodegas que empiezan a buscar por otro lado, empezando a establecer contactos con otras cristalerías más chicas, al tiempo que asoman, lentamente, las nuevas tendencias en envases: latas y bag in box. Sin embargo, ambas posibilidades llevan su tiempo; en el caso de las firmas más pequeñas podrían abastecer el mercado recién en el segundo trimestre del 2022. En cuanto a los nuevos recipientes, es una jugada difícil de poner en marcha de un día para el otro, sobre todo por la tradición histórica de la botella.
“En esta crisis deberían resolverse a la brevedad con la mayor productividad de las cristalerías, porque esperamos hornos nuevos que entren en funcionamiento a la brevedad. Los otros envases, como latas y bag in box, son envases diferentes que pueden tener evoluciones y sustituir a otros, pero esto es a mediano plazo”, señaló Zuccardi.
Por su parte, el dirigente de un grupo bodeguero internacional comentó: “Siempre se están estudiando otras alternativas. Hoy en Argentina ya existen las latas, aunque es un mercado incipiente, pero con esta situación empiezan a estudiarse más a fondo los nuevos envases”.
“Hay un problema de velocidades y segmentación de productos. No podés avanzar tan rápido en migrar consumos a las latas o el bag in box. Es más rápido tratar de que se fabriquen más botellas que pensar en acelerar la producción de vinos en lata o el bag in box, sin certezas además de que el consumidor acepte de igual forma el vino que toma hoy en botella en los envases sustitutos”, explicaron desde una asociación de bodegueros, al tiempo que dejaron en claro lo que puede pasar con el vino que no se envasa. “Perderse como producto, no. Es más problemático para las bodegas el perder mercado, ventas, y el perjuicio o descalce financiero que esto les puede ocasionar en especial a las pymes. Si no vendés perdés flujo de ingresos y eso te puede complicar financieramente por el lado de las altas tasas de interés y el nulo financiamiento que hoy tienen”, completaron los expertos del rubro, a la espera de una solución al grave faltante de botellas, que mantiene en vilo a una de las industrias más importantes del país.
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