Un gigante intenta despegar: se unen American y US Airways
La nueva aerolínea tendrá ingresos por unos US$ 38.000 anuales; advierten que el proceso no será sencillo
NUEVA YORK.- Con la salida de American Airlines de su quiebra, ya puede comenzar el trabajo pesado para concretar la fusión de la aerolínea con US Airways. Probablemente sea un proceso prolongado, según los analistas. Pasaron dos años complicados para American Airlines, que se acogió a la protección de las leyes de quiebra en noviembre de 2011 y que en aquel momento esperaba hacer una rápida reorganización para emerger como una firma de transporte independiente.
"Por supuesto que es una muy buena noticia que la nueva American puede finalmente proceder con la fusión, pero la vida es corta y también lo es la luna de miel", dijo Vicki Bryan, analista de Gimme Credit. Anteriores fusiones grandes -Delta Air Lines y Northwest, United Airlines y Continental- tardaron más de dos años en completar su integración. La compra de AirTran por Southwest Airlines, anunciada en mayo de 2011, sigue siendo un trámite en curso.
Una corte federal abrió camino para que American pudiera salir de la quiebra, al dar el visto bueno para la formación de la mayor aerolínea del mundo. Un aspecto central del plan de reorganización fue la fusión con US Airways, que tuvo el respaldo de los acreedores y empleados de American. Pero el plan se complicó por un cuestionamiento del departamento de Justicia en el verano boreal, con el argumento de que perjudicaría la competencia y haría subir las tarifas.
Semanas antes de la fecha en que debía comenzar el juicio y luego de meses de incertidumbre, los entes reguladores y las aerolíneas llegaron a un acuerdo el 12 de noviembre. El juez Sean H. Lane, de la Corte de Quiebras del distrito sur de New York, concluyó que el acuerdo no modificaba el plan de reorganización tanto como para justificar una nueva votación de los acreedores y accionistas.
American fue la última de las aerolíneas tradicionales en presentar quiebra.
American y US Airways sostienen que la unión es la mejor esperanza de ofrecer a los viajeros una red global similar y capaz de competir con Delta y United. Pero American tendrá que trabajar duro para convencer a los pasajeros de que puede ofrecer mejor servicio.
Las fusiones de aerolíneas a menudo se ven afectadas por problemas con las reservas y con las redes de computadoras. United, por ejemplo, sufrió repetidas demoras de vuelos y problemas el año pasado por cuestiones asociadas con su fusión con Continental. Bryan dijo que probablemente le lleve a American dos años completar su fusión. Pero agregó que la aerolínea necesitará operar en plazos mucho más breves para convencer a los pasajeros e inversores de poder cumplir con sus metas.
"Creo que tienen la posibilidad de tener casi tanto éxito como Delta en 2008", dijo. "Tienen menos de un año realmente, una vez que cierran la transacción, para convencer al mundo de que pueden ejecutar lo que dieron". Esto significa fijar "una planificación clara y amplia y tener una colaboración sostenida, en especial con los empleados", dijo.
Esto será responsabilidad del nuevo equipo de conducción, encabezado por Douglas Parker de US Airways, que buscará dar energía y nuevas ideas a American, donde la moral se ha visto afectada por tensiones laborales.
La aerolínea unificada, que retendrá el nombre American Airlines, tendrá sede en la región de Dallas-Fort Worth. Tendrá 6700 vuelos diarios, 1500 aviones y alrededor de 100.000 empleados. Sus ingresos anuales rondarán los US$ 38.000 millones. American dijo que espera cerrar la fusión el 9 de este mes. Parker promueve la consolidación de aerolíneas desde hace años. Organizó, por ejemplo, la combinación de America West con US Airways en 2005.
Luego de que American presentara la quiebra, Parker vio la oportunidad de intentar una fusión, pese a la oposición de los gerentes. Convenció rápidamente, primero a los empleados y luego a los acreedores. Luego persuadió a los representantes de los pilotos, las azafatas y los mecánicos de su rival, de que apoyaran la fusión con US Airways, siempre que Parker condujera la empresa.
El voto, que cristalizó el desafío de los empleados a los gerentes de American y lo que describieron como una estrategia fallida a lo largo de los años, fue el punto de viraje en la batalla por el futuro.
Thomas W. Horton, presidente y CEO de American, inicialmente delineó un plan para que la aerolínea saliera de la quiebra como firma independiente, pero se vio obligado a apoyar la propuesta de fusión, cuando los acreedores la aceptaron. Horton quedará como presidente por tiempo limitado.
Frente a la oposición de algunas asociaciones por lo que podría representar la fusión en las tarifas, los reguladores antimonopólicos pidieron que la aerolínea venda derechos de despegue y aterrizaje en Reagan National Airport en Washington y en el aeropuerto La Guardia de New York, y también derechos y activos en tierra en otros cinco aeropuertos: O'Hare International de Chicago, Los Ángeles International, Boston Logan International, Dallas Love Field y Miami International.
Traducción de Gabriel Zadunaisky