Un buen augurio para Europa: los alemanes abren sus billeteras
BERLÍN—Los consumidores alemanes, en su momento considerados un lastre para una economía dependiente de las exportaciones, están emergiendo como un rayo de luz en la sombría perspectiva de la zona euro.
Los datos y encuestas más recientes entre consumidores en la mayor economía de Europa sugieren que el consumo ha mostrado una sorprendente capacidad de resistencia en medio de los temores en torno a la crisis del bloque monetario.
Los economistas advierten que un alza en el gasto de los consumidores alemanes sólo representa un leve cambio en el crecimiento económico y no transforma a Alemania en un coloso del consumo como Estados Unidos. A pesar del aumento en los últimos meses, el consumo alemán aún estaría por debajo del nivel del mismo lapso del año anterior.
Asimismo, la profunda recesión en otras partes de Europa podría socavar la demanda interna en Alemania si la caída de las exportaciones reduce el empleo.
Los alemanes se han ganado desde hace tiempo la reputación de ser previsores y el año pasado ahorraron un promedio de 11,3% de sus ingresos, uno de los porcentajes más altos de Europa, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Como consecuencia, la industria alemana se ha concentrado en las exportaciones, para disgusto de los gobiernos extranjeros, incluido EE.UU., que exigen que Alemania haga más para impulsar la demanda en su economía de 2,5 billones de euros (millones de millones), unos US$3,27 billones.
Algunos economistas creen que se podría estar produciendo un cambio en el comportamiento del consumidor alemán. "Esta es una nueva situación para Alemania", indica Rolf Bürkl de la firma de investigación de mercado GfK Group, que compila un informe mensual que mide el ánimo de los consumidores alemanes. La encuesta de GfK mostró un aumento de la confianza en diciembre, continuando una tendencia alcista.
Tradicionalmente, cuando una desaceleración amenazaba la economía de Alemania, "la predisposición para comprar caía y la predisposición para ahorrar crecía. Ahora se observa el comportamiento opuesto", señala. GfK informó que la predisposición para gastar cayó en diciembre frente a noviembre, aunque sigue alta.
Mientras revisa un perchero de bolsas de cuero en una boutique de Gucci en Berlín, Melanie Weber, una doctora de 32 años, asegura que la crisis de la deuda europea no le preocupa. "Gasto lo mismo que el año pasado", sostiene.
Gracias en gran parte a un salto del consumo, el Producto Interno Bruto de Alemania se expandió 0,5% en el tercer trimestre frente al segundo, según la Oficina de Estadísticas Federales de Alemania, que no anualiza las cifras.
Aunque Alemania ha eludido, en su mayor parte, la crisis financiera, aumentan las señales de que el próximo año será más complicado para la cuarta economía del mundo.
Alrededor de 40% de las exportaciones del país se dirigen a la zona euro, incluidos algunos países que están reduciendo el gasto público y subiendo los impuestos como parte de programas de austeridad. El Bundesbank, el banco central alemán, acaba de revisar a la baja su pronóstico de crecimiento para el año próximo desde 1,8% a 0,6%. "En especial en los próximos meses, (el gasto de consumo) podría brindar una red de seguridad para la economía alemana, cuando las exportaciones ya se están debilitando y probablemente se debiliten más a raíz de la crisis", afirma Carsten Brzecki, economista de ING Bank.
Un motivo es que los alemanes no han sentido ninguna pérdida de su poder adquisitivo. En comparación con otros países, las finanzas públicas del país están mayormente en orden y hace poco el gobierno recortó levemente los impuestos.
Lo más importante es que la crisis de la zona euro aún no perjudicó el empleo alemán. El desempleo cayó a 6,9% en noviembre, el nivel más bajo de los últimos 20 años, y la confianza empresarial está mejorando, según el prestigioso índice Ifo, divulgado esta semana.
Mientras el desempleo cae, los alemanes se están sintiendo más seguros y prevén un aumento de sus ingresos, indicó GfK esta semana. Las bajas tasas de interés y el posible riesgo de un brote inflacionario han hecho que algunos alemanes decidan invertir sus ahorros en autos o bienes raíces. Daniel Saathoff, un matemático de 28 años, decidió invertir los 30.000 euros ahorrados en los últimos seis años en una cuota inicial para un departamento. "Creo que comprar algo es una mejor inversión. Si pongo los 30.000 euros en un banco no obtendré el mismo retorno", aseveró.
The Wall Street Journal