Un brasileño liderará la OMC con la misión de reactivar Doha
GINEBRA—El diplomático brasileño Roberto Azevêdo fue elegido como el próximo director general de la Organización Mundial del Comercio, indicaron el martes diplomáticos de la entidad. Azevêdo asume la conducción en momentos en que el papel del organismo como facilitador de ambiciosos acuerdos de libre comercio ha sido puesto en duda.
El diplomático de 55 años, que se ha desempeñado durante varios años como embajador de su país ante el organismo domiciliado en Ginebra, es el primer latinoamericano en acceder al cargo.
Azevêdo, que tiene un historial de atacar los subsidios agrícolas otorgados por Estados Unidos y Europa, reemplazará a Pascal Lamy, un socialista francés que encabezó la OMC durante los últimos siete años, pero no completó su proyecto más importante: la Ronda de Desarrollo de Doha, lanzada hace casi 12 años con el fin de reducir los aranceles y eliminar los subsidios agrícolas que distorsionan el comercio en todo el mundo. Las negociaciones parecen estar en punto muerto, víctimas de los desacuerdos entre EE.UU., China, India y otros países sobre una amplia variedad de temas.
La OMC se encuentra en una encrucijada, señalan analistas. Podría funcionar como un foro para grandes pactos globales como la Ronda de Doha, o podría mantenerse fiel a su rol legal de juez y jurado de las disputas comerciales. Si opta por lo segundo, la importancia del director general de la entidad disminuye en forma significativa, puesto que las disputas son resueltas por paneles de expertos, sin interferencia del liderazgo de la organización.
Ahora que la Ronda de Doha está con respirador artificial, los gobiernos negocian acuerdos comerciales fuera de la órbita de Ginebra. EE.UU. y la UE, por ejemplo, acordaron iniciar conversaciones sobre un amplio acuerdo comercial y de inversión. El gobierno de Barack Obama lanzó la Sociedad Transpacífica, que negocia la apertura de mercados en toda la Cuenca del Pacífico. La UE y Japón también negocian un pacto comercial.
Azevêdo asume como director general de la OMC en momentos en que el organismo enfrenta los desafíos presentados por el ascenso de los países en vías de desarrollo. Eso parece haber sido un factor importante en la selección del diplomático brasileño.
Su principal competidor era el ex ministro de Comercio Exterior mexicano Herminio Blanco, un férreo defensor del libre comercio que estudió en la Universidad de Chicago con el premio Nobel de Economía Robert Lucas y ayudó a negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre EE.UU., México y Canadá. Blanco era el candidato favorito de la Unión Europea, indicaron fuentes cercanas.
Azevêdo, en cambio, lideró varios desafíos contra los subsidios agrícolas de Europa y EE.UU., que han sido desde hace mucho tiempo el blanco de las críticas de los países en vías de desarrollo.
Azevêdo consiguió el puesto al hacer un intenso lobby ante los miembros de la organización de regiones emergentes como África y Asia que ven a Brasil como un defensor de sus intereses.
En capitales como Washington o Berlín, mientras tanto, Brasil es considerado un país que ha usado su creciente peso económico principalmente para bloquear acuerdos comerciales.
"Su designación no constituye un buen augurio para las negociaciones para un acuerdo global, puesto que Brasil no ha sido un gran promotor de una mayor liberalización del comercio global", indicó Eshwar Prasad, profesor de política comercial de la Universidad de Cornell.
No obstante, en una entrevista mientras hacía campaña para llegar a dirigir la OMC, Azevêdo afirmó que asumía el compromiso de reactivar la Ronda de Doha. "No cabe duda de que la reanudación de Doha será uno de los mayores retos de la OMC", manifestó. "Si este pilar no funciona, la organización se congela y pierde su funcionalidad".
No todos están convencidos de que vaya a lograr su objetivo. "Brasil no ha sido un socio muy positivo en la OMC", indicó el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, quien dirige el Centro para el Estudio de la Globalización en la Universidad de Yale. "Tal vez Brasil no tiene las mejores credenciales para encabezar la OMC. Como un país que tiende a ser proteccionista, no es un gran defensor de un sistema de comercio multilateral", sostuvo.
Otros observadores son más optimistas. "Tal vez sea la persona indicada para revivir las negociaciones", dijo Gary Hufbauer, del Instituto Peterson de Economía Internacional, un centro de estudios de Washington. "La única manera de restaurar la relevancia negociadora es hacer que su país y sus aliados sean mucho más cooperadores a la hora de abrir sus mercados", indicó.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó a través de un comunicado tras el nombramiento que, con la elección de Azevêdo, la OMC ayudará a los países miembro a superar los efectos adversos de la crisis financiera global de 2008 mediante un incremento del comercio mundial.
John Lyons, Matthew Dalton, Matthew Walter, Paulo Winterstein y Peter Kenny
The Wall Street Journal