Uber quiere expandirse en el interior y lanzará su aplicación de comida en Mendoza
PARA LA NACIONJulia D'Arrisso
Lejos de los conflictos que se generan en la ciudad de Buenos Aires, la plataforma Uber busca expandirse en el interior del país y además, se sumará en Mendoza al sector gastronómico antes de fin de año. La compañía que ya opera en la ciudad cuyana, mantiene diálogos en al menos 10 distritos de Córdoba, Santa Fe y el noroeste argentino donde planifica comenzar sus operaciones.
La empresa estadounidense puso en marcha un plan de expansión para la región latinoamericana donde se quieren agregar opciones de movilidad, como bicicletas, viajes compartidos, scooters, camiones e incluso helicópteros. Sin embargo, para Argentina esos planes aún no se materializarán hasta sentar las bases de la regulación en las distintas ciudades del país.
El caso emblemático de la Argentina para Uber es Mendoza, donde se pondrá en funcionamiento Uber Eats, que permitirá pedir comida a través de la aplicación con restaurantes adheridos y repartidores de la empresa. Este producto no es nuevo: ya está activa en 250 ciudades del mundo.
Para el funcionamiento de esta funcionalidad, se podrían sumar cuatro modalidades para los repartidores o "couriers": a pie, en bicicleta, en moto o en auto, según la distancia a recorrer. La incorporación de las cuatro opciones dependerá de la demanda local y las necesidades de consumidores, repartidores y locales. El plan es competir en el segmento con otras apps del estilo, como Rappi, Glovo o PedidosYa.
Además, la compañía brindará a los establecimientos gastronómicos una tableta donde podrá cargar su stock disponible de comidas. El target proyectado de tiempo de entrega será de 30 minutos.
Actualmente, según la empresa, hay aproximadamente un millón de usuarios activos de Uber y los choferes superan los 55.000 en el área metropolitana de Buenos Aires.
De hecho, Juan Labaqui, gerente de Comunicación del Cono Sur de Uber, habló con LA NACION sobre el momento que atraviesa la compañía en la Argentina y las proyecciones que tiene sobre el país.
¿Qué planes tiene Uber para la Argentina?
Seguimos interesados en permanecer en la Argentina. Hay interés en cada ciudad del interior y la Capital Federal. Hay un mercado que tiene enorme potencial para crecer, interés de la gente por manejar. La gente maneja entre seis horas en promedio y tienen el 80% del tiempo ocupado.
Buenos aires es la ciudad que crece más rápido en todo el mundo, sobre todo en las zonas sur y oeste de la Ciudad y el gran Buenos Aires. Las tasas de crecimiento más alto de Uber son en Mataderos, Lugano y Soldati. En la provincia de Buenos Aires, en La Matanza. Incluso antes los viajes eran el 70% en Capital y el 30% en las afueras y ahora eso se revirtió.
Hoy hay conversaciones que avanzan en distritos de Córdoba, Santa Fe y el noroeste. Además, hay proyectos de regulación en Puerto Iguazú, Rosario, provincia de Buenos Aires, Moreno, Córdoba, Jujuy.
Mendoza marcó una agenda y abrió las puertas para que se empiece a discutir cómo tendría que ser esto. De hecho, Eats se lanza en Mendoza antes de fin de año. Ya fue presentado y se están escribiendo repartidores.
¿Cambió en algo la actividad de Uber en Argentina a partir de la disposición de la legislatura porteña de endurecer las penas a los choferes de Uber?
La ley busca castigar al conductor. Vamos a ver cómo se aplica, pero para nosotros esto no es un cambio. Se sigue manteniendo la falta de interés en regular una forma de movilidad que ya se adoptó. Falta que se cree una instancia de diálogo.
¿Es decir que no hay diálogo con el gobierno de la Ciudad?
Hoy no. Y cada vez que hubo una conversación no hubo un diálogo constructivo, sino que nos dijeron que nos vayamos. Nosotros no vamos a cerrar cuando hay gente que encuentra una fuente de ingreso con la plataforma.
¿Qué pasó en otras ciudades de la región?
Hay ejemplos de regulación en toda la región. Montevideo se lanzó unos meses antes que Argentina y hoy tiene una regulación que reconoce que hay taxis, remises y transportes a través de plataformas. En México crearon un fondo de movilidad donde el 1,5% de todo lo que es generado va a la fiscalía local.
Por Julia D'Arrisso
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